El Segundo Guernica de España

Joe Quinn

fuente: Signs of the Times
traducción de "El Averiguador"


Las bombas detonadas el 11 de marzo de 2004 en los trenes de Madrid fueron llamadas el “9/11 de España” tanto por el “Partido Popular” conservador y por la prensa controlada del gobierno. La referencia al 9/11 fue por supuesto el intento por forjar un lazo en las mentes de los españoles y del mundo entre los ataques del 11 de septiembre y las bombas de Madrid.

Supuestamente, el objetivo era convencer a la población española de que fueron atacados por insanos “terroristas árabes” quienes “nos odian por nuestra libertad y democracia”, entre otros razonamientos idiotas y pueriles. Sin embargo los hechos que la investigación ha mostrado dicen que los “terroristas árabes” no parecen ser los culpables.

Observando la evidencia, creemos que un nombre más apropiado para la atrocidad en Madrid sería “el segundo Guernica de España”.

En febrero de 1936, la población española eligió un gobierno popular progresista. Facciones fascistas dentro del círculo militar no estaban de acuerdo con aceptar un gobierno democrático y se rebelaron. Las fuerzas en disputa se dividieron en dos campos – los “republicanos” luchando por la democracia elegida, y los “nacionalistas” del lado de los militares rebeldes. Esto dio comienzo a una guerra civil, que duró hasta 1939 cuando los republicanos fueron derrotados y el General Francisco Franco se instaló como el absoluto gobernante, exiliando a la familia Real Borbona de España.

La Guerra civil española vió la formación de “brigadas internacionales”, grupos de hombres y mujeres de todas partes del mundo que fueron a luchar junto a los españoles contra la facción fascista. Sus esfuerzos resultaron finalmente fútiles, sin embargo vieron y entendieron la “naturaleza de la bestia” y se movilizaron.

Uno de los momentos definitorios de la Guerra civil fue el bombardeo de la Antigua ciudad de Guernica en 1937. Bajo el permiso de Franco, la Luftwaffe de Hitler tuvo una práctica pre-segunda guerra mundial, reduciendo a la ciudad a escombros y asesinando a 1600 civiles. Los Alemanes eligieron un día Lunes, día de mercado, para asegurarse de matar tantos civiles como fuera posible. La atrocidad llevó a Pablo Picasso a producir su gran pintura, quizás el trabajo gráfico de guerra más famoso de la historia. Esta pintura cuelga por fuera en la entrada del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York la cual fue cubierta con una tela azul un día de Febrero de 2003 cuando Colin Powell presentó el caso para la guerra de Irak. El simbolismo fue revelador. Un diplomático dijo que “no sería un fondo apropiado para que el embajador de USA ante Naciones Unidas John Negroponte o Powell hablaran de guerra rodeados de mujeres, niños y animales gritando de horror y mostrando el sufrimiento de un bombardeo”. Seguro que si. Pero por el otro lado, teniendo en cuenta que la guerra de Irak se basó en un paquete de mentiras, había algo realmente perverso acerca del ocultamiento del Guernica. Cubrir los 250.000 civiles muertos en Irak ha sido algo bastante difícil. Nuevamente, ¿a alguien le importa?

El ataque a la pequeña villa de Guernica en 1937 causó conmoción internacional y fue un indicador de la naturaleza despiadada de los fascistas, una lección que los residentes de las ciudades de Europa pronto aprenderían.

Sin embargo, el bombardeo de Guernica fue único en el sentido de que al menos la población española y de Europa se dio cuenta de que el enemigo no siempre, o quizás nunca, está “allí afuera”. En los ataques del 9/11, el pueblo americano tuvo su oportunidad de aprender la misma dura lección. Sin embargo solo unos pocos parecen haberla tomado como aprendizaje.

El 11 de marzo de 2004 en Madrid, el horror del fascismo moderno visitó nuevamente España; solo podemos esperar que al menos algunos españoles y personas de todo el mundo hayan aprendido de la historia y entiendan que casi 70 años más tarde, el enemigo sigue siendo el mismo. La lección que hay que aprender, y lo que tiene que verse y entender, es que ciertos grupos desean llevar al mundo hacia una “guerra sin final” basados en el principio psicópata de “destrucción creativa”, y utilizarán todos los medios posibles para que la gente acepte un destino inalterable.

Como lo fue en la Guerra civil española, la “Victoria” no puede alcanzarse a través de la confrontación física, sino Viendo a través de la mentiras y luchando por la Verdad, tanto en nuestras vidas personales como con el mundo en su totalidad. Desde este punto de vista, las agudas palabras de Fernando Valera, antifascista republicano durante la guerra civil española:
“Aqui en Madrid está la frontera universal que separa a la libertad de la esclavitud. Es aquí en Madrid donde dos civilizaciones incompatibles libran su gran batalla: amor contra el odio, paz contra guerra…esto es Madrid. Es la lucha por España, por la humanidad, por la justicia, con el manto de su sangre, que cubre a todos los seres humanos”

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