Israel y el fenómeno "baby boom" post-guerra

BBC Mundo - Por Jana Beris

16-04-2007

Jerusalén. Pasa lo mismo, afirman los expertos, tras todas las guerras: nueve meses después de finalizados los combates, comienza a registrarse un aumento en la cantidad de nacimientos. En el norte de Israel, eso está ocurriendo justamente ahora.

Nadie parece tener dudas: el baby boom que se aproxima está relacionado a la guerra del último verano entre Israel y Hizbolá, que estalló el 12 de julio, hace poco más de nueve meses.


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Los nacimientos de aquellos que se adelantaron un poco recién han comenzado, pero los números sobre lo que se espera hablan por sí solos.

El doctor Oscar Embon, director del Hospital Ziv en la ciudad de Safed, cuenta a la BBC : "Fuimos avisados por las clínicas del cuidado materno infantil que hay un aumento de un 35% de número de embarazadas comparado con el año anterior, así que esperamos para dentro de unos meses tener una ola de partos, como el conocido baby boom después de la Segunda Guerra Mundial".

El vínculo entre aquella guerra y lo que sucedió después, lo tienen presente también hoy los israelíes y lo mencionan al analizar la relación entre el conflicto de hace algunos meses y los nuevos embarazos.

El doctor Juan Barel, jefe de los Servicios de Rehabilitación al norte de Haifa, en el Hospital Mazra de Acre, lo dice claramente: "El primer efecto del baby boom se dio en los sobrevivientes del Holocausto, que enseguida después de la liberación de los campos de concentración se casaron y tuvieron hijos".

Y agrega: "Después de cada guerra en Israel siempre hubo un aumento muy grande de nacimientos. Hasta incluso después de la guerra de los Seis Días, que fue muy corta".

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

El doctor Carlos Giloni, psiquiatra jefe del Hospital de Naharia, opina frente al fenómeno: "Como en Israel hay un tramado social muy en torno a la familia y la familia es la base de la vida, cuando hay una guerra, lo que finalmente ocurre es que la gente adelanta un poco los proyectos que iban a ocurrir luego de cualquier manera".

El experto añade: "Los chicos se formalizan más rápidamente; los que pensaban formar familia lo hacen antes. O sea, cuando la muerte parece más cercana, uno piensa qué quiere realmente hacer en la vida".

No es que los que se acaban de convertir en padres, o están por hacerlo, hayan todos tomado una decisión al respecto recién al estallar la guerra.

Muchos estaban buscando un niño desde antes. Pero suelen ver un gran simbolismo en los tiempos si la mujer quedó embarazada después de iniciado el conflicto.

Una de estos casos es el de Nirit Yaakov, de Hatsor, en Galilea, cuya primera hija, Rom, nació hace menos de tres semanas.

"Hace meses -dice- que intentábamos y no lo lográbamos. Al fin, se nos dio traer esta vida en la guerra y para mí es muy importante aclarar que no nos doblegarán, que se nos fueron vidas, pero nos llegaron vidas nuevas".

Nirit, que habla con la bebita en brazos y cada tanto interrumpe para calmarla, agrega: "Yo estoy segura. Esto fue un mensaje de arriba, que justo en la guerra, al fin logré quedar embarazada".

El doctor Juan Barel menciona que la religión judía ofrece una respuesta al fenómeno: "Ésta dice que Dios da una vida cuando saca otra. Y eso se junta con el hecho de la visión que el nacimiento de un niño después de la guerra es una forma de elaboración del duelo o superación del duelo por pérdida de familiares o de gente conocida".

Eran, el esposo de Nirit, ve también en su nueva condición de padre, un gran simbolismo. "Para mi ésto fue como cerrar un círculo", explica.

"Supimos que Nirit está embarazada en la semana final de la guerra. Mi hermano entró ese viernes al Líbano en el último operativo de la guerra. Él recibió su vida de regalo pero dos de sus amigos murieron allí".

Eran agrega: "Para alegrar a mi mamá le mostré una fotografía de la ecografía en la que se confirmaba el embarazo".

CIRCUNSTANCIAL

Pero están también aquellos convencidos de que el único vínculo entre la guerra y el embarazo fue el cambio "técnico" en su forma de vivir.

Numerosas familias se fueron al centro o sur del país, desplazándose entre familiares, amigos, hoteles, para no estar al alcance de los misiles.

Parejas que a veces se cruzaban en distintos turnos de trabajo o no podían más que hablar por teléfono todo el día por sus horarios encontrados, pasaron entonces todo el día juntos.

No había una rutina normal de trabajo ni estudios. Eso acercó mucho a la gente.

Einat Lachmy, de la ciudad fronteriza Kiriat Shmona-blanco central de los cohetes- está segura de que ello fue determinante en su embarazo.

"Estábamos más tiempo juntos. Una pareja que la mayor parte del día no está reunida por razones de trabajo, en esa situación sí tuvo más tiempo de estarlo, porque la mayoría dejó el norte. O inclusive pasaba jornadas en el norte, en los refugios".

Einat y su esposo Itay lograron concretar, justamente a raíz de la guerra, lo que buscaron durante mucho tiempo: el nacimiento de Linoy, su primera bebé.

Los análisis psicológicos y sociológicos de los efectos de la guerra seguirán ocupando sin duda a los expertos. Pero Itai Lachmy ya tiene sus respuestas, claramente resumidas, en la figura de su pequeña hija.

"Linoy es una belleza, todavía muy chiquita.Tiene menos de un mes, así que por ahora no hace mucho más que comer, llorar y dormir. Pero lo hermoso es cuando abre los ojos y uno la mira.... Es difícil explicarlo. Me derrito; simplemente me derrito".

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