Operaciones psicológicas: El hilo "invisible" de un posible ataque a Irán

Manuel Freytas
IAR Noticias
14/05/08

Las claves (por sí o por no) de un ataque a Irán residen en la evaluación final que harán Bush y los halcones de un "plan permanente" de operaciones psicológicas orientadas a preparar a la opinión pública estadounidense y a crear las condiciones internacionales para las acciones militares ya planificadas por el Pentágono. Se trata de un "hilo invisible" que la prensa del sistema no analiza ni explora.

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De tanto en tanto en tanto los expertos se hacen la pregunta del millón: ¿Se atreverán Bush y los halcones a atacar Irán antes de la finalización de su mandato en enero de 2009?

Según una percepción generalizada en la prensa norteamericana, la actual obsesión de Bush y de Cheney es no abandonar el poder sin antes atacar a la "cabeza de la hiedra" conformada por Irán y Siria, que, a juicio de ambos, promueven y le dan sustento logístico a los grupos armados que atacan a las fuerzas norteamericanas en Irak.

Llamativamente, en las últimas semanas el lobby neoconservador que funciona en la Casa Blanca y el Congreso reverdeció las operaciones propagandísticas orientadas a fundamentar un ataque militar a Irán antes de que finalice el mandato de Bush.

Además, los últimos movimientos en la cúpula militar del Pentágono parecen consolidar una orientación bélica con jefes militares claramente alineados con la posición de Bush y de Cheney, impulsores viscerales de operaciones militares contra Irán y contra Siria.

También, algunos analistas estadounidenses advierten de razones geopolíticas estratégicas (por ejemplo, el control del petróleo euroasiático) que esgrimirían algunos jefes militares del Pentágono que consideran que Bush, antes de expirar su mandato, debería ejecutar el "trabajo sucio" de atacar Irán.

El ataque a Irán, en un contexto de guerra electoral y de batalla por el control de la Casa Blanca en noviembre, parecería, a simple vista, politica y socialmente suicida para Bush y los republicanos.

Los planes militares en existencia para atacar Irán, fueron revelados por la mayoría de los influyentes medios norteamericanos así como también los denunciaron los principales medios y analistas europeos que describieron, incluso, un comité especial del Pentágono para ejecutarlo.

Pero si bien está lo suficientemente probado que existe un "plan" (o varios alternativos) para atacar militarmente a Irán, lo que también existe probadamente es un "plan permanente" de operaciones psicológicas orientado a crear el clima internacional y el consenso social para lanzar acciones militares contra esa nación islámica.

Ese plan se desarrolla sistemáticamente a partir de dos frentes: A) La campaña mediática permanente de involucramiento de Irán y de Siria con el "terrorismo islámico internacional", y B) la denuncia, tambien permanente, de planes y amenazas "terroristas" que ejecutan principalmente EEUU, Gran Bretaña e Israel, además de otros países europeos aliados de la "guerra contraterrorista".

Los halcones y el uso del "terrorismo"

Para los expertos (que no leen formalidades informativas sino guerra de Cuarta Generación), los halcones han demostrado históricamente, desde el 11-S, que manejan una estrategia de guerra psicológica con el "terrorismo" que los demócratas todavía no han podido neutralizar.

En términos técnicos, un plan de guerra psicológica consiste en armar la crisis, y luego dar la "solución". Armar un conflicto y luego crear la "alternativa" de salida.

El 11-S en EEUU fue el detonante del conflicto, y la "guerra contraterrorista" posterior , y las invasiones a Afaganistán e Irak, fueron parte de la alternativa de solución.

¿Cuál, exactamente, es el objetivo estratégico central de una operación de guerra psicológica con el terrorismo?

Para los halcones de la Casa Blanca, una operación de guerra psicológica con el terrorismo consiste en crear un conflicto, nivelado planetariamente por los medios de comunicación, que acapare la atención mundial y desplace el centro de atención de los problemas que aquejan a Bush.

Esto es tapar la realidad con un conflicto inducido artificialmente.

Aquí es dónde se respondería la pregunta ¿Para que sirven Bin Laden y Al Qaeda?, inventados y entrenados por la CIA para luchar contra los soviéticos en Afganistán en la década del ochenta.

Por ejemplo, a fines del 2003 y al principios del 2004, en plena campaña por la presidencia de EEUU, los demócratas y sus usinas mediáticas (The New York Times, The Washington Post, NBC, ABC, etc) habían puesto en marcha un plan para demoler la imagen de Bush mediante las denuncias y apariciones de fotografías de presos torturados en Irak.

Bush superaba en las encuestas por más de 15 puntos a Kerry. En febrero, y como consecuencia de esa acción sistemática y coordinada la imagen de Bush había descendido en los sondeos a niveles parecidos a los de ahora.

Se decía, igual que ahora, que Irak había terminado con Bush. Lo que, en los sondeos, era cierto. Bush, como ahora, parecía terminado.

Pero nadie, y este es el punto central, contaba con la aparición oportuna de Al Qaeda y el "terrorismo islámico".

El 11-M en España, que muchos interpretaron como una operación para favorecer al gobierno de Aznar que salió al revés, no fue realizado con ese fin, sino que su verdadero objetivo era favorecer a Bush.

Fue una operación detonada a distancia, fuera de EEUU, pero el gran beneficiario fue Bush. Después del 11-M, y luego de la consecuente psicosis de "miedo al terrorismo" que se desató en Europa y en el resto del mundo, Bush superó nuevamente a Kerry en las encuestas.

Estratégicamente, los operadores de la guerra psicológica ya no necesitaron de otros ataques de Al Qaeda. Sólo bastó recrear el 11-S (las imágenes del "terror" grabadas en la psicología colectiva) con denuncias de "nuevas apariciones de Al Qaeda", esta vez en territorio de EEUU.

Dos meses antes de las elecciones, Cheney y los principales funcionarios de inteligencia y de la Casa Blanca, denunciaron un plan de ataque "terrorista" a los centros financieros de Nueva York.

Bush apareció varias veces en cadena durante la campaña electoral reforzando las denuncias de "ataque" y poniéndose en comandante en jefe de la "guerra contraterrorista".

Una aparición de Bin Laden en un clásico video difundido por Al Jazeera, horas antes de los comicios, bastó para que Bush ganara apretadamente las elecciones.

Informaciones confidenciales indicaban, por esos días, que la inteligencia de los halcones había evaluado que no hacía falta una operación a distancia, como el 11-M, las proyecciones señalaban que con la "recreación psicológica" del "peligro terrorista" alcanzaba.

Operaciones psicológicas del "objetivo Irán"

Hoy se vive la misma situación. Bush se encuentra acorralado por las denuncias y las campañas del aparato mediático pro-demócrata en su contra y su imagen superó en decadencia a la de cualquier presidente USA de la historia.

En este contexto, la lógica indica que un ataque militar a Irán no contaría con la aprobación masiva de la sociedad norteamericana, y menos aún, de la opinión publica internacional sensibilizada en el "anti-Bush" colectivo.

Pero los expertos de los halcones, tras el 11-S, nunca le hicieron caso a la "opinión pública" coyuntural fabricada por sus enemigos, que, como está demostrado, se puede modificar en pocas horas a partir de un conflicto inducido por las operaciones psicológicas que fabriquen otra "opinión pública".

A partir del 11-S los halcones no miran "opinión pública" fabricada por el aparato mediático de los demócratas, sino que se dedican a fabricar su propia "opinión pública" a través de las operaciones con el "terrorismo" de Al Qaeda.

Tras cada operación, realizan sondeos, mediciones de opinión pública, para verificar y ajustar la siguiente operación. Luego vuelven a hacer medición, y cuando han moldeado su "propia opinión pública" (favorable a sus objetivos) lanzan la operación final.

Los que en el presente observan y "analizan" los acontecimientos políticos y sociales en forma superficial, no ven las operaciones subterráneas en curso, por las cuales los estrategas de la Casa Blanca buscan "legitimar" y justificar un ataque militar contra Irán.

Por ejemplo, no notaron ni le dan importancia a un "detalle" que revelan todos los sondeos: la sociedad estadounidense desaprueba a Bush en toda el área de su gestión, menos en el de la "guerra contra el terrorismo".

Todos los sondeos realizados últimamente indican que dos tercios de la población norteamericana apoya un ataque militar a Irán. ¿Los fundamentos? La mayoría de los entrevistados justifica su apoyo a un ataque militar a Irán diciendo que esa nación islámica es el "mayor peligro terrorista" que afronta EEUU y el mundo. Y agrega: Irán está "detrás de todos los ataques terroristas" en el planeta.

La fabricación del "miedo a Irán"

¿Que repite esa "opinión pública" norteamericana cuando apoya un ataque militar a Irán?

Repite lo que el aparato de inteligencia de los halcones (las unidades de guerra psicológica) ha moldeado en su psicología a partir de operaciones con el "miedo al terrorismo", que tienen a Irán y al mundo islámico como sus protagonistas centrales.

Las apariciones periódicas de ataques demoledores del "terrorismo" (como acaba de suceder en la India), las denuncias de "vínculos terroristas" de Irán y Siria (como la que sucedió recientemente con Corea del Norte), y las alertas y denuncias permanentes de ataques terroristas en EEUU y Europa, forman parte de una misma estructura funcional destinada a alimentar y justificar operaciones militares contra el mundo islámico.

En ese sentido, la clave del ataque o no ataque a Irán, la decisión final que adopte Bush antes de finalizar su mandato, residirá en lo que le indiquen, como proyección, los sondeos de sus estrategas.

El detalle de que el ataque se lleve a cabo, más que en la situación internacional, está en esos dos tercios de estadounidenses que -según Gallup- apoyan en estos momentos un ataque militar a Irán, y que confía solo en Bush para librar la "guerra contra el terrorismo", a pesar de que su imagen, en general, es rechazada por mayoría abrumante.

La clave que decidirá por sí o por no un ataque a Irán antes de que Bush abandone la Casa Blanca es la "opinión pública" (siempre latente) fabricada tras el 11-S en EEUU, y reforzada, principalmente en Europa, con los ataques terroristas del 11-M en España y el 7-J en Gran Bretaña.

Esa "opinión pública", construida con el "miedo" al terrorismo" inducido mediante las operaciones de guerra psicológica, y que los halcones sacan de la galera cuando quieren, es el factor fundamental, la carta decisiva, que Bush y sus funcionarios van a jugar para lanzar un ataque militar a Irán.

Los demócratas, que controlan el aparato mediático del Imperio, no han conseguido ni la fórmula, ni la explicación, ni la acción para neutralizar las operaciones de los neocons con el "terrorismo".

Por eso, cuando se concreta el "hecho consumado" de un ataque o de una "amenaza" terrorista, optan por replegarse sin denunciar la maniobra.

Sucedió en el 11-S, en el 11-M, en el 7-J, y puede suceder con la nueva operación de guerra psicológica que ya está en curso para justificar el ataque militar a Irán.

En el curso de la preparación de los planes militares para atacar las centrales nucleares de Irán, se diseñaron y ejecutaron dos operaciones de guerra psicológica para fabricar, y luego "testear", los justificativos de un ataque militar a Irán.

A través de la primera operación, la inteligencia judeo-norteamericana fabricó y luego testeó el "peligro nuclear iraní " y el "peligro violencia islamica" controlado por Irán.

Por medio de una segunda operación, testeó la reacción de las potencias, aliadas y no aliadas, frente a un ataque militar de EEUU a Irán.

La primera se ejecutó con la publicación de las caricaturas de Mahoma, y la segunda se implementó con la "primicia" periodística de The New Yorker y The Washington Post (usinas habituales de operaciones de la inteligencia norteamericana) adelantando el ataque militar de EEUU a Irán.

Al Qaeda y Bin Laden: comodines del ataque a Irán

Hay algo que los estrategas de Bush (a partir de su experiencia con el "terrorismo" desde el 11-S) saben claramente: para ejecutar un plan de operaciones militares contra Irán con consenso social mayoritario (tanto de la sociedad norteamericana como de la mundial) hay que crear un conflicto que supere al miedo a la guerra.

Un "peligro" inducido (una fabricación de "opinión pública" sustitutiva) que haga olvidar el "anti-Bush" (inducido por los fabricantes de "opinión pública" del Partido Demócrata), y concentre sus energías en un peligro acechante inmediato que amenaza a la supervivencia de la humanidad.

Y ese peligro, es el "peligro nuclear".

Cuando la inteligencia judeo-norteamericana lanza el anuncio (a través del Yorker y del Post) de un ataque con armas nucleares tácticas de "alcance reducido", lo hace con la finalidad de preparar el terreno (en la "opinión pública" fabricada) para la aceptación del "mal menor".

¿Qué quiere decir esto?

Esto quiere decir, lanzar pequeñas explosiones nucleares concentradas en un blanco (las usinas nucleares) para evitar el "mal mayor" de una cabeza nuclear iraní lanzada indiscriminadamente sobre la población civil.

Ese es el punto estratégico central del plan de guerra psicológica orientado a justificar el ataque militar a Irán.

Paradojalmente, el propio presidente de Irán, con sus bravuconadas con el "gran ejercito iraní que cortará las manos al enemigo", con sus llamados a "borrar a Israel del mapa", y con su reciente anuncio del "Irán Nuclear", es el principal alimentador de esta estrategia basada en presentar a Irán como el "peligro nuclear" que acecha a la humanidad.

No obstante, los expertos de Bush saben que tienen que reforzar la estrategia de "preparación de terreno" con otro componente: la "violencia terrorista islámica" qué demuestre a que grados puede llegar Irán en posesión de la bomba nuclear.

Y aquí es donde ingresa el soldado de la CIA, Bin Laden, y sus bombarderos "terroristas" de Al Qaeda.

En estos momentos, potencialmente, puede decirse que Bin Laden y Al Qaeda cumplen el rol de "comodín" dentro del tablero estratégico de operaciones contra Irán manejado por el Pentágono.

Su utilización o no, va a depender de la evaluación del resultado de "preparación de terreno" para el ataque, realizado hasta ahora.

El ingreso del "terrorismo" de Al Qaeda (si es que el Pentágono decide utilizarlo) va a estar orientado a demostrar que Irán no tendrá ningún escrúpulo en utilizar la bomba nuclear contra sus enemigos.

Para ello hay que dar una "demostración": ataque terrorista (o ataques simultáneos) de Al Qaeda a blancos situados en Europa en defensa de la "causa islámica iraní", que EEUU, Israel y el eje "franco-germano" van a denunciar como una alianza estratégica de Al Qaeda con el régimen de Teherán para destruir al mundo occidental.

La pregunta inducida por esta acción psicológica-terrorista es: ¿Qué se puede esperar de Irán con una bomba nuclear?

A esto se le debe sumar el plan de "amenazas": Bin Laden y su "segundo" (Ayman al-Zawahri) amenazando con "ataques terroristas" a los que condenen el plan nuclear iraní.

De acuerdo a lo que se puede verificar hasta ahora, los planes de "amenazas" de la CIA-Al Qaeda son constantes y regulares con las apariciones de videos y cintas difundidos por el canal Al Jazeera, pantalla encubierta de la CIA en el mundo árabe.

Las "amenazas" y sus técnicas repetitivas tienen dos objetivos bien definidos:

A) recreación psicológica masiva del "peligro terrorista" a nivel planetario.
B) Operaciones de evaluación testeo sobre blancos posibles de ataques reales y medición de las reacciones que produciría en el nivel local e internacional.

Si la inteligencia judeo-norteamericana decide jugar a Al Qaeda en tablero del ataque militar a Irán (siguiendo los mismos patrones anteriores) va a lanzar una plan de evaluación y testeo con amenazas concretas de ataques inmediatos a blancos europeos, por ejemplo Italia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, y, posiblemente España.

Se va a tratar (si es que repiten los modus operandi anteriores) de operaciones de detección del blanco (país) más estratégico para generar consenso internacional a un ataque, incluso nuclear limitado, a las centrales nucleares de Irán.

Esto es, en que país (países de Europa), y bajo que modalidad y/o circunstancia un ataque de Al Qaeda puede generar el mayor nivel de impacto y de consenso a una operación militar contra Irán.

El objetivo central de un ataque terrorista real en Europa, en el contexto de la crisis Irán-EEUU, tendría como objetivo conseguir el "ablandamiento" de la masa resistente a un ataque militar a Irán entre la población y los gobiernos europeos.

EEUU y Gran Bretaña, por medio de la "psicosis terrorista" disparada con nuevos "alertas", dispositivos de seguridad en aeropuertos, y denuncias de atentados en aviones, o de planes descubiertos antes de ejecutarse, mantienen la vigencia del "peligro terrorista islámico" como neutralización a sus derrotas en Medio Oriente y afianzamiento de nuevos planes de ataque a Gaza, Siria, Libano e Irán.

Gran Bretaña, el gran aliado de Bush en el uso y aprovechamiento de la "amenaza terrorista" dio una dimensión continental a la amenaza del terrorismo islámico, denunciando amenazas y complots que tratan de demostrar que Europa en su conjunto enfrenta un riesgo "real" y "persistente" de un ataque devastador, incluido las armas nucleares.

Si se cumplen los patrones operativos, un posible ataque militar a Irán va a empezar con un plan sincronizado y persistente de "amenazas" de Al Qaeda y/o Bin Laden a EEUU y a Europa, que no será el mismo que se ejecuta en épocas "normales" en la prensa internacional.

La operación, como siempre, va estar garantizada por el bombardeo mediático y por la ignorancia y/o complicidad de los analistas, periodistas y comentadores del aparato de la prensa masiva del sistema.

Los demócratas y su aparato de inteligencia (que incluye un sector de la CIA y de la inteligencia oficial "anti-Bush" ), harán un paso estratégico al costado esperando una nueva oportunidad para demolerlo a Bush y apoderarse de la Casa Blanca.

Si se cumplen los patrones habituales, mediante esta operación de "amenazas terroristas", la inteligencia seleccionará el "blanco" (objetivo de ataque) y lo tendrá en carpeta si es que se decide utilizar el o los ataques terroristas reales antes de la operación militar contra Irán.

Como siempre, todo los elementos serán evaluados, y, como sucede en todo plan de guerra psicológica, la decisión final de ejecutar o no el ataque terrorista real, se va a tomar con los números de los sondeos (mediciones secretas) que revelarán el resultante en los niveles de la "opinión pública" de un ataque militar contra Irán.

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