Gobiernos sin respuesta: La inflación ya arrasa con las economías emergentes

IAR Noticias
12/06/08

Mientras los gobiernos y las autoridades monetarias de las potencias centrales se han mostrado hasta ahora impotentes para contener los efectos recesivos de la crisis financiera y de la escalada de los precios del petróleo en sus economías, el fenómeno inflacionario (causado por el cóctel suba del petróleo = suba de alimentos) ya comienza a impactar con fuerza en las economías emergentes que parecían permanecer inmunes al contagio desde Europa y EEUU. De esta manera, la especulación finaciera con los precios del petróleo y de los alimentos (el motor de la inflación mundial) se convierte en la causa principal de las hambrunas y conflictos sociales que ya empiezan a desarrollarse en los países periféricos y emergentes, tanto como en las naciones centrales del mundo capitalista.

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"El fantasma de la inflación empieza a causar estragos en los mercados emergentes", señala en un título, este martes, el diario The Wall Street Journal afirmando que las preocupaciones por las presiones inflacionarias que se siguen multiplicando en Europa y EEUU ya están causando estragos en los mercados financieros de los países emergentes.

Mientras analistas, "gurúes", organismos oficiales y autoridades del sistema capitalista siguen multiplicando sus advertencias sobre la reducción (enfriamiento) del crecimiento económico mundial, ya se verifica claramente un proceso inflacionario que parte de las dos economías centrales del sistema: EEUU y Europa.

Según el Journal, el proceso inflacionario ya se extiende por las economías emergentes (países en crecimiento acelerado), como es el caso de China, el mayor importador de petróleo y de materias primas del mundo, directamente afectado por la escalada del crudo.

La especulación financiera en los mercados agro-energéticos está castigando las acciones, los bonos y las divisas de los países, que ya están experimentando una inflación galopante, o donde el alza de precios se suma a otras vulnerabilidades económicas.

A comienzos del año, muchos economistas advertían que la mayor amenaza que se cernía sobre los mercados emergentes era una desaceleración económica, procedente de EEUU y de las economías europeas azotadas por el efecto del colapso hipotecario en los mercados financieros.

En un informe presentado el martes, el Banco Mundial predijo caídas en el crecimiento para este año de los países en desarrollo en su informe anual de Finanzas Globales de Desarrollo, destacando que los precios cada vez más altos del crudo y de los alimentos están desatando las presiones inflacionarias.

En muchos mercados emergentes, un alza de tasas también complica los intentos por estabilizar el tipo de cambio, una misión importante dado que sus economías suelen depender de las exportaciones.

Varios mercados emergentes ya están experimentando inflación de dos dígitos, o se acercan a ella, incluyendo Rusia, Turquía, Sudáfrica, India, Indonesia y Filipinas. La semana pasada, Rusia, Filipinas e Indonesia subieron sus tasas de interés, pero algunos inversionistas temen que no será suficiente.

Vietnam, por ejemplo, fue hasta hace poco uno de los países predilectos de los inversionistas. No obstante, un informe que revelaba que la inflación subió un 25% en mayo derrumbó el valor de la moneda local y encendió las alarmas respecto a una posible crisis financiera.

La tasa de inflación de China, que se encuentra por encima de 8% frente al año pasado, ha escalado de forma estable desde menos de 1% a principios de 2006. En India, donde la bolsa acumula una baja de 26% en lo que va de año y de 4% en apenas dos jornadas, la inflación superó en mayo la barrera del 8%.

El martes pasado, la bolsa de China acusó el golpe, y el Índice Compuesto de Shanghai cayó 7,7% para alcanzar su punto más bajo en lo que va del año. El declive tuvo lugar después de que el gobierno anunciara medidas para retirar efectivo del sistema financiero en un esfuerzo por controlar la inflación.

Al mismo tiempo, las autoridades de Vietnam se vieron obligadas a devaluar su moneda ante las presiones del mercado ligadas al auge de la inflación.

Las economías en desarrollo, algunas de las cuales ya libraron batallas contra la inflación en los años 80 y 90, se encuentran en una "situación delicada", según el Banco Mundial.

Hace un año, en un grupo de 24 grandes economías emergentes estudiadas por Bank of America, aproximadamente tres cuartas partes cumplían o estaban por debajo de sus metas de inflación, y actualmente, ninguna se encuentra en una situación tan óptima.

En general, la inflación en estos países ha vuelto a los niveles experimentados en 2002, según los cálculos de Fitch Ratings citados por el Journal.

Tras años de condiciones favorables, los mercados emergentes "empiezan a volverse más arriesgados", dijo al Jounal Simon Hallet, quien gestiona unos US$3.000 millones en acciones en estos mercados para la firma de administración de activos Harding Loevner.

Los bancos centrales de los países en desarrollo enfrentan un desafío crítico. Muchos no han elevado las tasas de interés en forma enérgica, dicen economistas e inversionistas, y han optado por recurrir a medidas temporales como los controles de precios para calmar la inflación.

"Los aumentos de la inflación están superando la reacción de los bancos centrales", señala Curtis Mewbourne, codirector de mercados emergentes de Pacific Investment Management Co., que gestiona unos US$70.000 millones en mercados emergentes.

La escalada de los precios del petróleo y su incidencia sobre el costo de los alimentos es visto por la mayoría de los especialistas como el desencadenante clave de un proceso inflacionario-recesivo a escala mundial, cuyo inmediato emergente pueden ser la desocupación masiva y reacciones sociales y sindicales con epicentro en los países periféricos.

Los precios del crudo han subido cerca de un 30 por ciento en lo que va del año, y duplicaron su precio de la misma fecha del año pasado, impulsado por especuladores que buscan protegerse contra la inflación y el debilitamiento del dólar refugiándose en acciones petroleras y de materias primas.

Mientras tanto, la escalada de los precios del petróleo y su impacto en la suba de los alimentos ya desencadena marchas de protestas, huelgas y rebeliones sociales por todo el planeta, incluso en el mundo desarrollado, los productores y las corporaciones petroleras, a los que se les suman los pulpos de la especulación financiera, embolsan cifras multimillonarias con el aumento de la demanda que no se alcanza a cubrir con los actuales estándares de producción.

Controlados por las corporaciones trasnacionales, y despojados de su condición de "bien social", el petróleo y los alimentos se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la especulación en el mercado. Y los precios no se fijan solo por la demanda del consumo, sino básicamente por la demanda especulativa en los mercados financieros agro-energéticos.

De esta manera, la feroz combinación interactiva petróleo + crisis financiera y especulación = inflación y suba de alimentos a escala global -y sin que nadie pueda detenerlos- alimentan y siguen configurando el famoso escenario tan temido de la crisis recesiva a escala global.

Analistas, "gurúes", organismos oficiales y autoridades del sistema capitalista siguen multiplicando sus advertencias sobre la reducción (enfriamiento) del crecimiento económico mundial que perfila, a su vez, un proceso inflacionario que ya se verifica principalmente en las tres economías centrales del sistema: EEUU, Europa y China.

No obstante, y mientras el aumento en los precios del petróleo y de los alimentos vapulean a consumidores de todo el mundo (sobre todo a las poblaciones más pobres y desprotegidas), los líderes políticos desde Washington hasta Beijing parecen poco dispuestos o son incapaces de responder con nuevas estrategias orientadas a neutralizar los efectos de la inflación.

La Organización de las Naciones Unidas alertó el fin de semana pasado que la economía mundial está "a punto de sufrir un grave revés", principalmente debido al precio del petróleo y de los alimentos y del empeoramiento de los mercados crediticio y de inmuebles en EEUU.

El informe de medio año de la ONU pronosticaba caídas en todas las economías del mundo, y el autor del informe, Rob Vos, resaltó que el aumento de los precios del petróleo y los alimentos contribuye a la gravedad de la situación.

El desenlace de la inflación en los países emergentes se produce por la relación existente la suba del petróleo y la escalada de los alimentos, que margina a las mayorías de la capacidad del consumo y desacelera el proceso económico.

Según la FAO, el año pasado había 854 millones de seres humanos grave y permanentemente desnutridos, sin contar los 6 millones de niños muertos de hambre y 100 millones de personas más que desde ahora mismo pueden caer en la desnutrición grave y permanente a causa del estallido de los precios.

De esta manera, la especulación capitalista con los precios del petróleo y de los alimentos (el motor de la inflación mundial) se convierte en la causa principal de las hambrunas y conflictos sociales que ya empiezan a desarrollarse por todo el planeta.

1 comentarios:

jos_nqn dijo...

No mencionan a Argentina, pero aqui es tal cual...