Yo espío, tú espías, el tren espía...

Carlos Álvaro Roldán
El Mundo
04/06/08

Berlín.- En Alemania, o "el Gran Hermano de 80 millones de habitantes", según un chascarrillo en boga, te pueden espiar alegremente si trabajas de 'mileurista' en un supermercado o en una gran tienda especializada, si eres directivo bien pagado en una gran multinacional de la comunicación, si perteneces al comité de empresa de dicha firma y además estás en su Consejo de Vigilancia, y por supuesto si eres periodista. Sólo para empezar. Lidl, Aldi, Schlecker y el ex monopolio telefónico Deutsche Telekom lo atestiguan.

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Más arriba, desde el Ministerio del Interior de Wolfgang Schäuble, cualquier alemán puede ser susceptible de 'espionaje' legal gracias a la nueva ley que obliga a las operadoras a guardar durante seis meses todos los registros de las llamadas. Deutsche Telekom, la principal de ellas. Y el motivo puede ser cualquier sospecha de terrorismo. Parte de la norma se encuentra paralizada por el Tribunal Constitucional de Karlsruhe y estos días se siguen produciendo nuevas protestas en el país.

Y en una vuelta de tuerca inesperada, ahora resulta que también el tren, la Deutsche Bahn, podría haber espiado a diestro y siniestro. Así lo ha asegurado el diario económico 'Handelsblatt', añadiendo un grado al ya abultado estupor de los medios de comunicación.

Según este periódico, el antiguo monopolio de ferrocarriles alemán habría contratado los servicios de la misma empresa de detectives que trabajó para Deutsche Telekom entre 2005 y 2006, en busca de un 'topo' que filtraba información a los periodistas. Y aprovechando que el río Speer pasa por Berlín, los especialistas privados tuvieron acceso no solo a los números de teléfono móvil y fijo sino también a los datos bancarios de directivos, sindicalistas y periodistas.

Como informaba EL MUNDO hace unos días, esta empresa de detectives, con sede social en la capital alemana, Network Deutschland, estaría formada por antiguos 'superespías' de uno de los cuerpos de elite de la siniestra STASI, la policía política de la desaparecida Alemania comunista. Los ferrocarriles habrían pagado 800.000 euros por el 'trabajo'.

'Handelsblatt' citaba a un portavoz de Deutsche Bahn confirmando que los detectives habían trabajado a sus órdenes pero nunca para espiar a sus empleados. Según Wolfgang Schaupensteiner, el servicio de Network Deutschland se englobó en la lucha contra la "corrupción" interna. Eso sí, van a dejar de contratarlos, ha garantizado.

Desde la empresa de detectives se dejaba a la Bahn como a aquel rey de cuento que descubría que le habían timado con un traje invisible. Network Deutschland aclaró que el 'trabajo' se refería a "investigaciones que englobaban relaciones telefónicas, datos bancarios y un exhaustivo examen de determinados objetivos”.

¿Quién será el siguiente espía?

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