Rusia "prueba" a Obama: Cumbre Medvédev-Chávez y escalada militar en el Caribe

IAR Noticias
11/11/08

Los analistas en Washington coinciden: Con Obama como "figura" central, y Bush todavía en el poder, la "guerra fría" con Rusia (por el control de áreas energéticas) será el primer escollo peligroso que deberá enfrentar el presidente electo de EEUU antes de asumir el 20 de enero.

Después de consolidarse en el control militar sobre Georgia y el vital oleoducto que transporta el petróleo del Caspio a Europa, y luego de desafiar a la OTAN y dividir la sociedad USA-UE, a principios de septiembre, Moscú lanzó una nueva movida en el tablero de la guerra energética disparada desde el Cáucaso, anunciando que buques de la Armada Rusa realizarán ejercicios navales con la Armada Venezolana en aguas del Mar Caribe durante el mes de noviembre.

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Y hay plato fuerte: Para finales de noviembre está prevista en Caracas una cumbre Medvédev-Chávez en el marco de una ofensiva de Moscú en el "patio trasero" que incluye un despliegue de su flota, equipada con poder nuclear, en el Mar Caribe donde realizará ejercicios conjuntos con fuerzas venezolanas.

La "cumbre" forma de una estrategia que intenta integrar a Chávez como nuevo jugador en el tablero de la "guerra fría" Washington-Moscú, donde América Latina y la región petrolera del Caribe se convierten en un nuevo posible escenario de la guerra por el control de la energía entre Rusia y EEUU.

De esta manera, Moscú abre un frente de la guerra energética en América Latina: Mientras controla el vital oleoducto BTC en Georgia (que Moscú esgrime como un "arma" para presionar a Europa) la dupla Medvédev-Putin conserva la ofensiva y le asesta un nuevo golpe a la hegemonía imperial de EEUU.

En su estrategia, Rusia abarca desde Brasil a Argentina, pero sus principales pilares son Venezuela y Cuba, con los que ha formado un triángulo para "debilitar la influencia norteamericana", afirma Vladímir Simago, vicepresidente del consejo empresarial ruso-venezolano.

El presidente venezolano visitó dos veces Rusia este año, donde suscribió acuerdos estratégicos con Moscú, y el presidente, Dmitri Medvédev, que planea visitar Perú entre el 19 y 21 de noviembre para asistir al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), luego se dirigiría a Venezuela para un encuentro histórico con Chávez.

Se trata -dicen analistas rusos- de una jugada demostrativa de que Moscú resolvió elevar la apuesta de su desafío militar llevándola al propio "patio trasero" de Washington.

Hay un precedente inmediato: La instalación de la base militar rusa en Venezuela que Chávez anunció en su última visita a Moscú y que luego hubo de desmentir ante la reacción que generó en Washington.

En su visita a Moscú para comprar armas, en julio pasado, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ofreció a Rusia una alianza estratégica en materia de petróleo y de cooperación militar.

Según las agencias rusas, el presidente de Venezuela propuso a Rusia la instalación de bases militares de apoyo en territorio de Venezuela.

Chávez, según la agencia RIA Novosti, dijo : "si algún día una flota rusa llega por el Caribe, izaremos banderas, tocaremos tambores... porque sería la llegada de un amigo, que llegaría a dar la mano, sería la llegada de un aliado nuestro. Rusia se ha convertido hoy en uno de nuestros más grandes aliados en todo el planeta... ".

Chávez calificó a Rusia de "aliado estratégico" e informó sobre el próximo ingreso al país, de un nuevo sistema defensivo ruso con cohetes de largo alcance, capaces de llegar a blancos situados a unos 200 kilómetros.

Las declaraciones se produjeron semanas después de que Washington anunciara la reactivación de su IV Flota, que ya navega por aguas del Caribe.

Justo después de que Moscú enviara dos aeronaves de la aviación estratégica rusa, las cuales estuvieron estacionadas varios días en una base venezolana, la flota rusa, compuesta por cuatro barcos de guerra, incluyendo el crucero Pedro El Grande, partió hace varias semanas y arribará al Mar Caribe a finales de noviembre.

A este escenario se suma el hecho de que, antes que los cuatro buques rusos lleguen al Caribe, el buque anfibio estadounidense USS Kearsarge de la IV Flota realizará una "misión humanitaria" por Centroamérica, el Caribe y Sudamérica.

Todo este panorama, sumado a una previsible nueva reacción de EEUU contra Chávez, ya lleva a algunos analistas a hablar de una posible "militarización" de América Latina con el conflicto del Cáucaso como eje central.

En julio, el diario moscovita Izvestiya aseguró que la Fuerza Aérea rusa estudiaba trasladar bombarderos de largo alcance a Cuba en respuesta al sistema de defensa antimisiles que Estados Unidos planea instalar en Europa central. La información fue luego desmentida por La Habana.

Este lunes, y en coincidencia con la ofensiva rusa en el Caribe, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, sostuvo conversaciones oficiales con su par ruso, Serguei Lavrov, en su última jornada de visita a este país, encaminada al fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

Pérez Roque descartó que los vínculos con Moscú sean coyunturales y consideró que éstos no deben depender de ninguna otra consideración que las bilaterales, y deben ser independientes además de las relaciones de Rusia y Cuba con Estados Unidos, aclaró.

Las conversaciones con Lavrov incluirán las relaciones ruso-cubanas, las perspectivas de cooperación, las reformas del sistema de Naciones Unidas, sobre una nueva arquitectura financiera y las posiciones comunes en foros internacionales.

En América Latina, la opinión generalizada es que Washington se toma muy "en serio" las movidas rusas de infiltración en su patio trasero, ya sea por medio de la venta de armas o de las alianzas comerciales, a las que ahora se agrega la presencia de la flota rusa en el Caribe.

La reactivación de la IV Flota USA patrullando aguas latinoamericanas es una señal clara -dicen expertos regionales- de que EEUU está lanzando una señal preventiva a quienes se atrevan a poner los pies sobre los recursos estratégicos de la región (petróleo, agua potable y biodiversidad) que considera como suyos.

El Pentágono y el Departamento de Estado ven como "potencial peligro" (con posibles ramificaciones en otros países) el desembarco comercial-militar del eje Rusia-China-Irán en América y Venezuela como plataforma.

La "agenda Obama"

La "agenda Obama" del presidente ruso, comenzó con un desafío: Dmitri Medvédev, recibió en pie de guerra la consagración de Barack Obama como presidente electo de EEUU, advirtiendo que Rusia desplegará cohetes tácticos Iskander en la región occidental de Kaliningrado en respuesta a la instalación del escudo antimisiles de EEUU en Europa del Este.

Los asesores del lobby sionista demócrata que controla a Obama "tomaron nota" del discurso del presidente ruso responsabilizando a EEUU de la crisis financiera global, del estallido bélico en el Cáucaso y del escudo antimisiles en la Europa de la OTAN.

Para Medvédev, el conflicto fue aprovechado por la OTAN para enviar barcos de guerra al Mar Negro y para la instalación "forzosa" del sistema antimisiles estadounidense en suelo europeo, que "provocará medidas de respuesta por parte rusa".

El líder ruso denunció que EEUU continúa con sus planes del despliegue del escudo antimisiles, mientras la OTAN "rodea de bases" a Rusia.

El aterrizaje de dos bombarderos nucleares en Venezuela, en septiembre pasado, estaría indicando que el Kremlin ya está dando una respuesta latinoamericana a la "nuclearización" del ex espacio soviético en Europa del Este iniciado con el acuerdo de EEUU y Polonia para instalar un escudo atómico que amenaza la seguridad de Rusia.

¿La nuclearización del Caribe en respuesta a la nuclearización del espacio post-soviético? La matemática cierra, al menos en la lógica de Putin, dicen analistas rusos.

En cuanto a los frentes de conflicto que acechan a Obama, el programa nuclear de Irán (que ya tuvo el viernes un primer encontronazo entre Obama y Teherán), Irak, Afganistán, Medio Oriente y la nueva guerra fría con Rusia figuran al tope de la agenda del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Y aunque Chávez ya anunció su predisposición para hablar con Obama, es indudable que su posición como aliado de Rusia en la guerra energética, y como aliado de Ahmadineyad en el conflicto nuclear con el eje sionista USA-UE, lo aleja cada vez del presidente controlado por el lobby judío liberal.

Y hay un dato clave a tener en cuenta: Si bien Bill Clinton es el gurú estrella del plantel de futuros funcionarios del gabinete de Obama, la política exterior del presidente imperial electo va a estar teñida, como eje prioritario, de un color "anti-ruso".

Entre el poder que se mueve en las sombras, detrás de Obama, se encuentran Joseph S. Nye, representante del Grupo Bilderberg y Director para América del Norte de la Comisión Trilateral, y Brzezisnki, en cuya cabeza estuvo el diseño estratégico de la ofensiva de EEUU contra Rusia y los enclaves de ex repúblicas soviéticas durante la administración Clinton.

Además, detrás de Obama se encaraman el Open Society Institute de Soros, la Ford Foundation, el Council of Foreign Relations, y la llamada Escuela Económica de Chicago, donde se nuclea la crema de los tanques de pensamiento del poder financiero sionista que se había apoderado de Rusia con Yeltsin, y que luego fue expulsado por la corporación nacionalista de Wladimir Putin.

Entre los "cerebros" fundadores del "mito Obama" se encuentra Zbigniew Brzezinski, articulador estratégico de la política exterior de Carter contra la Unión Soviética, gurú "ideológico" del lobby sionista que acompañó a Clinton, y mentor doctrinario en las sombras de la campaña electoral de Kerry.

En este escenario, la planificada cumbre Medvédev-Chávez ya se proyecta en el marco latinoamericano como un nuevo capítulo de la vieja "guerra fría" entre Putin (el presidente en las sombras de Rusia) y el lobby sionista financiero USA que hoy controla a Obama.

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