La luz solar influye mucho mas de lo creído en la circulación del Atlántico norte

Scitech
Traducción al español por Electrónica Fácil Noticias
12/12/08

Un nuevo estudio pone en tela de juicio la creencia tradicional de cómo las capas de hielo influyen en la circulación oceánica durante los períodos glaciales. La distribución de la luz solar, y no el tamaño de las capas de hielo de América del Norte, ha sido la clave en los cambios de las aguas profundas del Atlántico Norte durante los últimos cuatro ciclos glaciales, según este estudio.

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Lorraine Lisiecki, coautora del estudio y profesora en el Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad de California, Santa Bárbara, investigó, junto con su equipo, 24 puntos separados en el Atlántico, analizando la información de los núcleos de sedimentos marinos.

Anteriormente, los científicos se basaban en un estudio llamado "Specmap", realizado en 1992, para averiguar cómo diferentes componentes del sistema climático actuaron recíprocamente entre sí durante los ciclos glaciales. En el Specmap se analizó la circulación del océano en un solo lugar del Atlántico.

"Lo que encontré fue que el sitio estudiado en el Specmap no concordaba con la mayoría de los otros sitios en el Atlántico", explica Lisiecki. "Resultó que el sitio que estudiaron es extraño y no se comporta como la mayor parte de los demás. El resto de los sitios muestra que la circulación no está respondiendo al volumen de hielo, sino a los cambios en la distribución de la luz solar".

Previamente, los científicos creían que la circulación profunda del océano (la masa de agua que entra en la parte profunda del Atlántico Norte) variaba o respondía según la cantidad de volumen de hielo en el Hemisferio Septentrional. La idea predominante era que durante las eras glaciales, con grandes capas de hielo sobre América del Norte, la cantidad de agua profunda del Atlántico Norte estaba reducida.

Los resultados del estudio Specmap en 1992 indicaron que la circulación se reduce cuando hay grandes capas de hielo. "Nuestros resultados muestran que esto no siempre es cierto", declara Lisiecki.

El nuevo estudio muestra que las capas de hielo no son la única parte importante de los cambios en el clima, sino que de hecho la distribución de la luz del Sol es el factor clave en la circulación de las aguas profundas del Atlántico Norte.

Según las conclusiones del estudio, el océano no siempre sigue al clima: éste ejerce su propio impacto en los procesos climáticos. En otras palabras, la circulación oceánica no sigue rígidamente al resto del clima, sino que cambia de maneras independientes a la influencia de las capas de hielo durante los períodos glaciales.

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