Los aliados de Estados Unidos y del Reino Unido expolian las riquezas del Congo mientras mueren millones de personas

Peter Erlinder
Global Research
Traducido por Mar Rodríguez y revisado por Manuel Talens
11/12/08

Una vez más, el sufrimiento de los africanos atrapados en una guerra sin apenas sentido para quienes no lo somos ha llegado a las portadas de los medios de comunicación occidentales, cuando la reanudación de la lucha en la zona oriental del Congo desplazó la semana pasada a más de un millón de personas [1]. La mayoría de los estadounidenses, que no prestan gran atención a los detalles de la historia ni a la política africanas, acaban de de enterarse del desastre humanitario en el Congo, como si la guerra por el control del África central, que lleva un cuarto de siglo activa, apenas hubiera comenzado ayer.

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La «historia del Congo» tras los titulares

Pero, de hecho, el desastre humanitario que el mundo contempla ahora en las pantallas de televisión no es más que la tragedia humana más reciente en una lucha de 25 años de duración por el dominio económico y político en África central que lleva haciendo estragos desde el declive y colapso final de la influencia soviética en África, en los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado. Un hecho lamentable del siglo xx es que, incluso después del final del «colonialismo» formal a mediados de siglo, las elites africanas gobernantes en casi todas las naciones africanas han buscando uno o más «patrocinadores» poderosos en el mundo desarrollado para hacerse con el poder o mantenerse en él... y para apoderarse de la riqueza personal que acompaña al poder militar y político en África.

En África, el «gobierno» es una ruta aceptada para que las elites africanas formadas y educadas avancen en el aspecto económico sin necesidad de emigrar fuera de África a las naciones más desarrolladas. Hay pocas multinacionales privadas importantes con sede en África y los monopolios gubernamentales «paraestatales» o la contratación con aprobación gubernamental con fuentes de capital privado extranjeras son las principales fuentes de desarrollo económico en gran número de países africanos. El resultado es que el poder político y militar está inevitablemente imbricado con el beneficio económico para aquellos que logran acceder al poder estatal, ya sea por las urnas o por la fuerza [2].

Además, el apoyo directo de las naciones industrializadas en forma de «ayuda» debe canalizarse por medio de las agencias gubernamentales, e incluso en la actualidad, los «ingresos procedentes de donantes» del mundo industrializado constituyen una gran proporción de los presupuestos de casi todas las naciones africanas [3]. Es más, tras el final del apoyo por parte del bloque soviético en torno a 1990, los líderes locales se vieron obligados a escoger entre la ayuda e inversión anglo-estadounidense o la de los anteriores colonizadores que forman parte de la UE, al menos hasta que China inició el desarrollo de sus relaciones económicas con algunas naciones africanas en los años recientes [4].

Diamantes de sangre, la reciente película de Leonardo DiCaprio, explica que toda guerra larga en África resulta posible únicamente con apoyo de gobiernos extranjeros o intereses privados (o ambas cosas a la vez)... con planes propios para los recursos africanos a cambio. Y eso es lo que ocurre con esta guerra de 25 años por el control de las riquezas de África central, cuyo ejemplo más reciente es el desastre humanitario en el Congo.

La reciente «iniciativa diplomática» británico-francesa para hablar de otro alto el fuego con el presidente congoleño Kabila y el ruandés Paul Kagame deja perfectamente claro quiénes son los verdaderos protagonistas en este último resurgimiento de la guerra en el Congo [5]. Ahora la mayoría comprende que los «rebeldes» congoleños están suficientemente relacionados con la Ruanda de Kagame, por lo que es más importante negociar con él que con el general Laurent Nkunda, el líder titular del ejército tutsi «rebelde» del Congo.

Pero los medios de comunicación mayoritarios no suelen tratar de las conexiones entre el sufrimiento en el Congo y Uganda o Ruanda, y menos aún en el mundo de habla anglosajona. Y cuando se dignan informarnos sobre las razones de la guerra en el Congo, se nos explica que el general Nkunda ha declarado la guerra «para proteger a la minoría tutsi», que la continuación de la lucha tiene que ver con el «genocidio de 1994 en Ruanda» y que los «genocidas hutus» deben ser expulsados de la zona oriental del Congo para proteger tanto a los tutsis congoleños como el territorio de la propia Ruanda.

Sin embargo, han pasado ya más de 14 años desde que Kagame se hizo con el control absoluto en Ruanda, lo cual implica que nadie menor de 30 años de edad ha podido estar directamente implicado en los hechos de 1994 en Ruanda, que el gobierno de ese país denomina «genocidio». Los combatientes adolescentes de hoy eran niños o todavía no habían nacido cuando los civiles asesinaban a civiles en Ruanda en 1994. Como máximo, el general Nkunda está luchando contra «los hijos de los genocidas»…y el ámbito de la lucha ha llegado mucho más allá de las áreas limitadas cerca de la frontera con Ruanda, donde se encuentran en la actualidad los refugiados ruandeses antigubernamentales (tanto tutsis como hutus).

E incluso sin considerar las guerras en Uganda y Ruanda, que duraron de 1981 a 1994, no puede negarse al menos el hecho de que el Congo lleva en guerra desde 1996… lo cual significa que la guerra no sólo abarca varias generaciones... sino también que debe estar financiada desde el exterior de África, en un caso similar al que se ve en Diamantes de sangre... y, de hecho, lo está.

Orígenes de la guerra en el Congo: informes de los expertos de Naciones Unidas (2001-03)

De hecho, las pruebas de que la guerra en la zona oriental del Congo entre 1996 y la actualidad tiene poco o nada que ver con las «etnias» o con la captura de los «genocidas» llevan existiendo mucho tiempo [6]. Del mismo modo que las «armas de destrucción masiva» que se utilizaron para justificar otra guerra de agresión por parte de Estados Unidos en Iraq... las expresiones «étnica» y «respuesta al genocidio» se han utilizando tanto desde Ruanda como desde Uganda para justificar una guerra de agresión, que se lucha por razones económicas, descritas en los informes de los grupos de expertos de Naciones Unidas (NNUU). No es ninguna casualidad que Uganda y Ruanda sean dos de los mayores receptores de ayuda económica y militar de Estados Unidos y Gran Bretaña en África [7]. Las guerras iniciadas por Yoweri Museveni en Uganda y por Paul Kagame en Ruanda han hecho estragos en el África central desde la invasión de Museveni en 1981 para hacerse con el poder en Uganda [8], sobre quien la Cruz Roja informó que había asesinado al menos a 300 000 civiles cuando tomó el poder en 1986 [9].

Las verdaderas razones de la guerra permanente en el Congo están descritas con detalle en varios informes de grupos de expertos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas [10], los cuales dejan claro que la guerra y las muertes civiles masivas en la zona oriental del Congo desde 1996 poco tienen que ver, si es que lo tienen, con «tribus», «etnias» o, incluso, con el «genocidio en Ruanda». En su lugar, tienen todo que ver con el expolio de los recursos del Congo por los militares ruandeses y ugandeses y por sus ayudantes locales.

De acuerdo con tres informes diferentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, publicados entre 2001 y 2003, la guerra en el Congo comenzó cuando Uganda y Ruanda se unieron al líder congoleño local Laurent Kabila y otras elites congoleñas para controlar los vastos recursos de la zona oriental del Congo en 1996. Los informes de NNUU muestran que, desde entonces, con la invasión de 1996 y una segunda invasión en 1998, Ruanda y Uganda se han convertido en los centros más importantes de comercio de diamantes, metales preciosos y otros recursos naturales, que no se extraen en ninguno de estos dos países... pero que existen en grandes cantidades en el Congo [11]. En 2003, los informes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fijaron el coste en vidas civiles en unos tres millones (el cálculo actual es de más de 5 millones de vidas... hasta el momento).

La expoliación del Congo por parte de Ruanda y Uganda continúa en la actualidad

Durante más de tres décadas, las credenciales «anticomunistas» del anterior presidente congoleño Joseph Mobutu le habían protegido de la crítica occidental durante la guerra fría, a pesar de su brutal cleptocracia, sólo igualada por el gobierno colonial del rey belga Leopoldo ii antes de la independencia [12]. Pero, tras el colapso de la Unión Soviética a principios de los años noventa, Mobutu se convirtió en un peón político desechable y los «rebeldes congoleños», apoyados por Uganda y Ruanda, lo sustituyeron por Laurent Kabila en 1997, el cual aceptó un tratado que dividía el dominio económico de la zona oriental del Congo entre Uganda y Ruanda en las áreas adyacentes a sus propias fronteras.

No obstante, en 1998 Uganda y Ruanda volvieron a invadir la zona oriental del Congo, después de que el nuevo presidente Kabila intentase recuperar la influencia militar y económica en las zonas de su país controladas por estos países. A diferencia de 1996, Kabila se había aliado con otras naciones africanas opuestas a la agresión con apoyo extranjero contra el Congo y entraron en la guerra tropas de Angola, Zimbabwe y Namibia en apoyo del gobierno de Kabila. A pesar del tratado de paz firmado en Lusaka en 1999, que también estableció la creación del MONUC (UN Observer Mission in the Congo, Misión de Observación de Naciones Unidas en el Congo), la guerra continuó y, en el año 2000, mientras los medios estadounidenses estaban distraídos con la campaña electoral de Bush y Gore, Uganda y Ruanda comenzaron a rivalizar por el control sobre partes del Congo y la prolongada alianza se deshizo por el control de los recursos de la zona oriental del Congo [13].

Expertos de la ONU: Expoliación de los recursos del Congo durante décadas

Para enero de 2001, esta «primera guerra mundial de África» había acabado con las vidas de más de tres millones de personas, habían asesinado a Laurent Kabila y lo habían sustituido por su hijo, Joseph. Durante muchos años, el gobierno ruandés había afirmado que sus intereses en el Congo derivaban de su intención de proteger el país de los «genocidas» que se ocultaban allí... pero la falsedad de esta afirmación quedó al descubierto en julio de 2001, cuando el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas recibió su primer informe preliminar sobre la explotación de los recursos del Congo. El primer informe preliminar documenta el saqueo de café, madera, diamantes, oro y coltán (el mayor depósito de oro gris del mundo se encuentra en el Congo) por parte de los ejércitos de Ruanda y Uganda en las zonas que cada uno controlaba [14].

Otro informe más extenso en octubre de 2002 documentó la confiscación de bancos, refinerías de azúcar y minas, y proporciona los nombres de los líderes locales y señores de la guerra vinculados con Uganda y Ruanda... además de describir las relaciones entre ruandeses, tanto hutus como tutsis, que colaboraban para enriquecerse, junto con sus patrocinadores de Ruanda y Uganda, a expensas de los congoleños nativos [15]. El informe del Consejo de Seguridad de octubre de 2003 afirma:

«….El ejército de Ruanda (Rwandan Defense Forces, RDF) continúa desempeñando una función importante, aunque muy discreta, en las operaciones [de RCD-Goma]...» Y que la red ligada con Ruanda en la zona oriental del Congo tenía como objetivo «...el control autónomo y permanente sobre el territorio de la zona oriental de la República Democrática del Congo...» (citando las operaciones de entrenamiento y las vías de comunicación con Kigali) [16].

Para 2008, la misión de MONUC como «observadora encargada del mantenimiento de la paz» había incrementado sus efectivos hasta alcanzar los 17 000 soldados, la mayor en número de la historia de Naciones Unidas, pero su comandante militar español dimitió la semana pasada «por razones personales» después de apenas un mes en su puesto, cuando las tropas de Kagame y Nkunda aplastaron los puestos militares congoleños [17] y los ciudadanos del país destruido por la guerra comenzaron a lanzar piedras a los soldados de NNUU por no protegerlos [18]. Pero MONUC es una creación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, por lo que EE. UU. y Gran Bretaña tienen poder de veto sobre sus decisiones y pueden impedir opciones más agresivas, como también ocurrió durante la guerra de Ruanda en 1994, cuando ambos países impidieron la oposición militar por parte de NNUU contra las aventuras militares de Kagame y Museveni.

Historia de la desinformación sobre el África central por parte de las grandes potencias

Aunque las fuentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han documentado de forma exhaustiva las verdaderas razones de la guerra del Congo, además del hecho de que los vicarios de Estados Unidos y Gran Bretaña están enriqueciéndose en el Congo, ninguno de esos dos países tiene gran interés en ayudar a los críticos y a los activistas en favor de los derechos humanos a «vincular los puntos» que unen la toma militar de Uganda por Yoweri Museveni en 1986 o la de Ruanda por parte de Kagame en 1994 con el horror en que está sumergido el Congo desde la invasión conjunta por esos países en 1996. Las pruebas irrefutables del «eje del Mal» que forman Museveni, Kagame y Nkunda en el África central apenas han visto la luz, si es que alguna vez lo hicieron.

Después de la toma del poder de Museveni en 1986, Uganda se convirtió en un importante receptor de la ayuda británica a África (y sigue siéndolo), además de recibir entrenamiento y armamento militar británicos [19]. Después de la toma de poder de Museveni, la CIA estableció sus principales puestos de escucha electrónica de África en Kampala, la capital de Uganda. Además, las antiguas relaciones de Kagame con el Pentágono se remontan a los años ochenta y, de hecho, había estado recibiendo entrenamiento para oficiales de Estados Unidos en Ft. Leavenworth (Kansas) justo antes de regresar a Uganda, y más tarde a Ruanda, para dirigir la invasión de 1990. Su reputación en los círculos militares estadounidenses permaneció intacta cuando se hizo con el poder en 1994 [20], durante su primera invasión del Congo en 1996 [21] y durante la segunda invasión del país en 1998 [22].

En el momento de la invasión del Congo en 1996, el ejército de Ruanda llevaba al menos dos años (quizá más) recibiendo entrenamiento militar de Estados Unidos y los lazos de Kagame con el Pentágono llevaban establecidos desde al menos diez años antes. Hoy en día Gran Bretaña continúa siendo el patrocinador extranjero más importante de Uganda y el apoyo de Estados Unidos ha incrementado el ejército de Ruanda, desde los 7000 solados entrenados por los belgas y los franceses del gobierno anterior, cuando Museveni y Kagame invadieron en el Congo 1990 [23], hasta unos 70 000 a 100 000 solados armados y entrenados por Estados Unidos en 2007 [24].

Pero la relación de mutuo beneficio entre Estados Unidos, Gran Bretaña y sus seguidores africanos es realmente mutua: no son sólo las elites de Ruanda y Uganda las que disfrutan de las riquezas robadas al Congo, sino que también hay «contratistas privados» de ambos países formando dos de los mayores contingentes de mercenarios militares en Iraq [25] y en Darfur, donde el gobierno sudanés, apoyado por China, ha rechazado las inversiones del Reino Unido y de Estados Unidos y ha recibido la etiqueta de «genocida» en un conflicto mucho menos sangriento que la aventura de Ruanda y Uganda en el Congo [26]. El ejército de Uganda [27] también forma parte de la ocupación «cristiana» de la «musulmana» Somalia [28] por parte de Estados Unidos y Etiopia, la mayor tragedia humanitaria en África antes de la acaecida la semana pasada... [29] cuando el desastre de la guerra en el Congo volvió a ocupar los titulares.

Todo aquel que visite Uganda y Ruanda de forma ocasional no dejará de advertir que ambos países centroafricanos son más ricos que sus vecinos, tanto desde el punto de vista económico como de organización social. En comparación con otros países africanos que carecen de estrechas relaciones con patrocinadores ricos, estas dos pequeñas naciones densamente pobladas parecen ser dos avanzadillas de calma y relativa prosperidad en un continente [30], pero el hecho es que la prosperidad y calma relativas de la militarizada Ruanda de Museveni y la militarizada Ruanda de Kagame se obtienen al terrible precio de más de 5 millones de vidas congoleñas, según documentan los informes de la ONU.

Cómo «rasgar el velo» de la desinformación británica y estadounidense sobre África central

Ahora no cabe duda alguna de que, cuando el comandante ugandés Paul Kagame invadió Ruanda en 1990, iba acompañado por casi el 25 % del ejército de Uganda [31], y la complicidad de ese país ha quedado confirmada por archivos estadounidenses y de NNUU, hasta ahora confidenciales, en el Tribunal de Naciones Unidas para Ruanda y, tal como sucedió en otras guerras africanas, el coste de mantenimiento de los cuatro años de la guerra de Museveni y Kagame debía proceder del exterior del país... y, con mucha probabilidad, el apoyo masivo debe proceder o debían conocerlo, los patrocinadores extranjeros más importantes de Uganda, es decir, Estados Unidos y el Reino Unido. Según afirmó una fuente antes perteneciente al Ministerio de Interior de Estados Unidos:«O Museveni estaba haciendo un mal uso (del apoyo estadounidense) que estaba recibiendo y no se le exigieron explicaciones… o lo estaba usando para el propósito previsto.» [32]

Algunos documentos y testimonios antes clasificados de NNUU y Estados Unidos, que ahora sirven de pruebas en el tribunal de Naciones Unidas en Ruanda, muestran que el propio Kagame desató el «genocidio de Ruanda» con el asesinato del anterior presidente de ese país y lanzando un asalto para hacerse con el poder pocos minutos después de derribar el avión del presidente Habyarimana la noche del 6 de abril de 1994... mucho antes de que comenzaran los supuestos asesinatos de civiles en respuesta al asesinato. La «guerra relámpago», bien planeada y organizada, controló el tercio oriental del país la tercera semana de abril y las matanzas de civiles se comunicaron a NNUU en la zona controlada por Kagame varios días después [33].

Incluso la anterior fiscal jefe del tribunal de Naciones Unidas en Ruanda, la jueza suiza Carla del Ponte [34], y el anterior investigador jefe, el abogado australiano Michael Hourigan, han pedido que dicho tribunal procese a Kagame [35]. Y aunque tanto Francia como España han emitido órdenes de búsqueda y captura a la INTERPOL contra Kagame y sus socios [36], éste continúa recibiendo invitaciones para dar conferencias en prestigiosos centros de Estados Unidos y Gran Bretaña, donde han hecho caso omiso de dichas órdenes [37].

Las conexiones entre los genocidios de Ruanda y el Congo

Pero quizá sea mucho más importante, al menos desde la perspectiva estadounidense, un documento recientemente desclasificado de NNUU [38] y algunos documentos del Departamento del Interior de Estados Unidos, los cuales muestran que su ministro del Interior, Warren Christopher, tenía informes de matanzas masivas de civiles por parte de Kagame no más tarde de septiembre de 1994 [39]. Y, a pesar de las pruebas en los documentos de NNUU y de Estados Unidos, este país han permitido que se culpe a otros de los crímenes de Kagame... y que Kagame y el ICTR (Tribunal penal internacional para Ruanda, por sus siglas en inglés) hayan logrado que se los consideren como un «genocidio» cometido por los enemigos de Kagame [40], lo cual, de ser cierto, convertiría la guerra de Ruanda en la primera de la historia en la que únicamente la facción perdedora comete crímenes y atrocidades. Algo similar a lo que ocurriría si se culpara a los japoneses no sólo de sus propios crímenes durante la Segunda Guerra Mundial, sino también de los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki, o si se culpara a los alemanes del bombardeo de Dresde, las masacres en el frente oriental y el saqueo de Berlín.

La anterior fiscal general de Naciones Unidas, Del Ponte, ha descrito cómo la recibió Pierre Prosper, el embajador de Bush para crímenes de guerra, cuando fue al Ministerio del Interior el verano de 2003. Prosper, también un antiguo fiscal del ICTR, le advirtió que debía cesar toda investigación sobre los crímenes de Kagame o arriesgarse a que la destituyeran de su cargo. Cuando la jueza Del Ponte insistió en que las pruebas exigían que se lo procesara por crímenes de guerra y genocidio, fue cesada de su cargo en el tribunal de Ruanda en menos de 90 días, ante la insistencia de Estados Unidos y de Gran Bretaña [41].

Y ahora (gracias a los documentos del Consejo de seguridad de Naciones Unidas y de los documentos originales de NNUU y de NNUU en Ruanda entre los años 2001 a 2003) sabemos que hemos sido víctimas de una campaña de desinformación en lo que respecta al origen y a las razones de la guerra del Congo. Si la función de Ruanda y de Uganda en el Congo ha sido distorsionada, ¿cómo podemos estar seguros de la versión de Kagame, que explica cómo llegó al poder en 1994 como un «salvador»... cuando el Consejo de Seguridad sabía que, menos de dos años más tarde, Kagame y Museveni invadieron el Congo para enriquecerse y son responsables de más de 5 millones de muertos desde entonces?

O bien los informes de 2001-03 son erróneos y están equivocados….al igual que la anterior fiscal en jefe de Naciones Unidas, Del Ponte…,.y el investigador principal de NNUU Hourigan… o bien la historia de la guerra del Congo, al igual que la del «genocidio de Ruanda», debe volver a investigarse... y reescribirse. Pero no necesitamos comenzar un debate antes de que la investigación de los documentos originales contemporáneos sea más completa de lo que es ahora.

Algunas de las respuestas sobre el «genocidio de Ruanda» se encuentran en los documentos anteriormente clasificados que ahora constituyen pruebas en el Tribunal de Naciones Unidas para Ruanda, pero que no han recibido más atención que los informes de los expertos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de los años 2001 a 2003 que detallan la expoliación del Congo por parte de Uganda y Ruanda. Las pruebas existen en archivos de acceso público del Consejo de seguridad de Naciones Unidas y del Tribunal de Ruanda….a la espera únicamente de que alguien las lea [42].

Notas

1 www.cnn/2008/World/Africa/10/31.

2 Véanse los ejemplos de la apropiación de los recursos del Congo por parte de Uganda y Ruanda que se describen en: Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2001/1146); Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2002 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2002/1146, 12 de octubre de 2002); Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (s/2003/1146, 20 de octubre de 2003).

3 Uganda es el cuarto mayor receptor de ayuda británica. Véase infra D. Blair: British Ally behind world’s bloodiest conflict.

4 Documento informativo del Council of Foreign Relations. www.cfr.org/publication/9557.

5 BBC World News, 1 de noviembre de 2008; www.cnn/2008/World/Africa/10/31

6 En 2001, Human Rights Watch informó de que las tropas de Ruanda en el Congo superaban a las congoleñas en una proporción de casi 4 a 1, que Ruanda controlaba un área superior a 15 veces Ruanda misma y que las afirmaciones de conflicto étnico eran una mera tapadera de la invasión de Ruanda. www/hrw.org/background/Africa/Rwanda/13101.

7 Blair, David, UK Telegraph, 29 de abril de 2006: “British Ally behind world’s bloodiest conflict”, http://www.telegraph.co.uk:

Uno de los más estrechos aliados de Gran Bretaña en África está avivando las llamas de la anarquía en la República Democrática del Congo entregando armas a brutales milicias a cambio de oro y riquezas minerales... El flujo de armas desde Uganda incumple un embargo de armas impuesto por Naciones Unidas sobre la zona oriental del Congo en 2003 y ampliado el año pasado para cubrir el país entero. Al mismo tiempo, la ayuda británica a Uganda alcanzó un total de 70 millones de libras esterlinas, de las que 30 millones van directamente a los cofres del gobierno del presidente Yoweri Museveni.…Museveni…es el cuarto máximo receptor de ayuda británica en África….

8 Paul Kagame fue jefe de la inteligencia militar de Museveni durante la guerra de 1981-86 y más tarde. Colin Waugh, Paul Kagame and Rwanda, (McFarland, London 2004) p. 25.

9 Id. p. 35. Véase, Mamdani, Mamood: When Victims Become Killers (Kampala, Fountain 2001).

10 Véase Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2001/1146); Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2002 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2002/1146, 12 de octubre de 2002); Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (s/2003/1146, 20 de octubre de 2003).

11 Blair, David, UK Telegraph, 29 de abril de 2006: “British Ally behind world’s bloodiest conflict”, http://www.telegraph.co.uk:

….Uganda invadió a su gigantesco vecino en 1998, lo cual contribuyó a iniciar la guerra civil en el Congo, que ha ido ampliándose hasta convertirse en el conflicto más sangriento que ha visto el mundo desde 1945. De acuerdo con una encuesta, unos 3,9 millones de personas han muerto, la mayoría por hambre y enfermedades provocadas por la guerra... Las cifras oficiales del Bank of Uganda muestran que el país se ha convertido en un importante exportador de oro, a pesar de que prácticamente carece de oro propio. Así, en 2004, el banco informó de una producción nacional de oro de sólo 1,4 toneladas, pero exportaciones que alcanzaban las 7,3 toneladas….

12 La explotación belga más temprana del Congo se describe en el libro de Adam Hochschild, King Leopold’s Ghost, 1998.

13 Nota 4, supra.

14 Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2001/1146).

15 Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2002 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2002/1146).

16 Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2003 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática del Congo (S/2003/1146, 20 de octubre de 2003).

17 www.france24.com/en/20081027. El general español al mando de los soldados Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, el teniente general Vicente Díaz de Villegas y Herrería, presentó su dimisión menos de un mes después de que las fuerzas rebeldes del señor de la guerra de etnia tutsi Laurent Nkunda arrebataran el control de un campamento estratégico en el este de RDC a las fuerzas gubernamentales.

18 www.MONUC.org/news/October-28-2008.

19 Uganda es el cuarto mayor receptor de ayuda británica. Véase supra D. Blair: British Ally behind world’s bloodiest conflict.

20 En abril de 1994, el coronel estadounidense Jim McDonough, (comandante de las fuerzas especiales estadounidenses en Ruanda entre los años 1996 y 1997, durante la primera invasión del Congo) consideraba a Kagame como «….una persona intelectual. Lo calificaría como un luchador operacional de primera clase.» Washington Post, 27 de abril de 1994.

21 Id.

22 El comandante estadounidense Anthony Marley, compañero de clase de Kagame en Ft. Leavenworth, fue el representante estadounidense en las negociaciones de paz de Ruanda en 1993, los Acuerdos Arusha, y escribió:

Una razón por la cual los oficiales estadounidenses están prendados del vicepresidente de Ruanda Paul Kagame es que sabe cómo comunicarse con ellos de una forma intrínsicamente estadounidense…»

Monografía n.º 35: Peace and Security in Africa, Symposium on International Peace and Security, 3 de sept. de 1998, citado en Waugh, Paul Kagame and Rwanda (MacFarland, London 2001) p. 222.

23 Prueba Military-1 DB 71 en ICTR: septiembre de 1993 UNAMIR Reconnaissance Report (Informe de reconocimiento de UNAMIR) del Gen. Dallaire.

24 http://en.wikidpedia.org/wiki/lists_of_countries_by_armed_forces. (Wikipedia lista 61 000 soldados regulares, pero no cuenta los soldados en la reserva, la policía nacional ni otras fuerzas de apoyo que operan en el Congo).

25 Angelo Asama (Kampala), 1 de enero de 2007, «Ugandans in Iraq: Soldiers of Misfortune», http://www.monitor.co.ug.

26 Ruanda proporcionó 2500 de los 10 000 soldados de Naciones Unidas en Darfur, pero ha amenazado con retirarlos porque el comandante de Ruanda, el general Karake, ha sido acusado por el juez españo Andreu de genocidio y crímenes de guerra en febrero de 2008. «Rwanda mulls withdrawal of peace troops from Darfur» Mail y Guardian, 25 de julio de 2008.

27 Reuters, 16 de octubre de 2008 – Unos 3000 soldados de mantenimiento de la paz de Uganda y Burundi se encuentran en la capital Mogadiscio, parte de una misión prevista de la UA de 8000 soldados.

28 USA Today, 8 de enero de 2007: Una nación impulsada por el cristianismo... Etiopía ha recibido casi 20 millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos desde finales de 2002... más que cualquier otro país de la región, excepto Djibouti... los militares estadounidenses y etíopes tienen «una estrecha relación de trabajo», afirmó el portavoz del Pentágono, el teniente comandante Joe Carpenter...

Reuters, 16 de octubre de 2008 – Unos -3.000 soldados de mantenimiento de la paz de Uganda y Burundi se encuentran en la capital Mogadiscio, parte de una misión prevista de la UA de 8000 soldados.

29 «Humanitarian crisis in Somalia is worse than Darfur», International Herald Tribune, 20 de noviembre de 2007. Citando fuentes de Naciones Unidas.

30 Kinzer, A Thousand Hills: Rwanda’s Rebirth and the Man Who Dreamed It, (John Wiley, Hoboken N.J. 2008).

31 Mamdani, Mamood: When Victims Become Killers, (Kampala, Fountain 2001).

32 Entrevista personal con el autor en Arusha (TZ) el 1 de julio de 2006.

33 Prueba Military-I DNT 218, Ruzibiza, The Secret History of Rwanda, (París, 2005).

34 Hartmann, Paix et chatiment les gueres de la politique (Flamarion, París 2007).

35 Prueba de la defensa en ICTR en la prueba Military-I, DNT 365. 8 de marzo de 2007 Declaración jurada de Michael Hourigan (y declaración jurada de apoyo de Amadou Deme):

A finales de enero o principios de febrero de 1997, tres (3) informadores (bien en ese momento o anteriormente miembros de la RPF) se acercaron a algunos miembros del Equipo Nacional afirmando haber participado de forma directa en el ataque mortal con cohetes al avión del presidente. Su prueba específicamente incluía la participación directa del presidente Paul Kagame, de miembros de su administrador y del personal militar. Los informantes también avisaron de que la administración de Kagama estaba participando activamente en operaciones secretas que tenían como objetivo el asesinato de expatriados ruandeses reconocidos. Uno de dichos asesinatos fue la muerte de Seth Sendashonga en Nairobi (Kenia).

36 Véase la acusación de Bruguiere en noviembre de 2006, acusando a los líderes del RPF del asesinato del anterior presidente Habyarimana y la recomendación de que se enjuicie a Kagame en el ICTR. Véase también la acusación de Andreu del 8 de febrero de 2008, acusando a 40 líderes del RPF, Paul Kagame entre ellos, con crímenes cometidos durante 1994, incluyendo el asesinato del anterior presidente Habyarimana y de genocidio.

37 Kagame fue homenajeado recientemente en el M.I.T. en agosto de 2008 y ha viajado a los Estados Unidos desde que se emitieron órdenes de arresto de la INTERPOL en 2007 y 2008.

38 Prueba ICTR Military-I DNT 259. 17 de mayo de 1994. Informe de ACNUR sobre la matanza en el puente Rusomo a Tanzania, sobre el río Kagera, en la parte sureste de Ruanda.

39 Prueba de la defensa ICTR Military-I DNT 258: Amnistía internacional, Ruanda: Reports of killings and abductions by the Rwandese Patriotic Army, April-August 1994, October 20, 1994; Prueba de la defensa ICTR Military-I DNT 261: Human Rights Watch, Absence of Prosecution, Continued Killings, septiembre 1994.

40 Prueba ICTR Military-1, DNT 264: Memorando del viceministro del Interior para África, George F. Moose al «Ministro» (ministro del Interior estadounidense Warren Christopher, bajo el presidente Clinton) informa de un memorando el 17 de septiembre de 1994:

Un equipo de investigación de ACNUR que pasó los meses de julio y agosto en Ruanda (es decir, Gersony, autor) ha informado de abusos sistemáticos contra los derechos humanos por parte de soldados de GOR (es decir, RPF), incluyendo asesinatos sistemáticos, en las partes sur y sureste del país. El equipo ha legado a la conclusión de que GOR (autor de RPF) es conocedor de estas represalias contra civiles de la etnia hutu y puede haberlos aprobado….

41 Véase, Hartmann, Paix et chatiment: les guerres del la politique. (Flammarion, París, 2007) pp. 261-72. Véase también, Del Ponte, War Criminals and Me (2008).

42 Muchos de los documentos de ICTR pueden encontrarse en el sitio web del tribunal, en: www.ictr.org. Pueden encontrarse más pruebas documentales en el caso Ntabakuze Military-1, así como comentarios seleccionados, en el sitio web creado por el autor: www.rwandadocumentsproject.net.

© Copyright Peter Erlinder, Global Research, 2008

Fuente: U.S./U.K. Allies Grab Congo Riches and Millions Die

Artículo original publicado el 4 de noviembre de 2008

Sobre el autor

Mar Rodríguez y Manuel Talens pertenecen a los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Manuel Talens pertenece asimismo a Cubadebate.

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora, al revisor y la fuente.

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