Tribunal falla que Estados Unidos le debe 455 millones de dólares a indígenas estadounidenses por extracción de gas y petróleo

Democracy Now!
08/08/08

Un juez federal dictaminó que el gobierno de Estados Unidos le debe a un grupo de indígenas estadounidenses más de cuatrocientos millones de dólares en regalías no pagas por la extracción de gas y petróleo. La sentencia de 455 millones de dólares es una fracción de los 47.000 millones de dólares solicitados por los nativos. Se trata de la mayor demanda colectiva contra el gobierno de Estados Unidos. La demanda pretende obligar al gobierno a pagar las regalías adeudadas a los nativos estadounidenses desde 1887 en tierras expropiadas. Los demandantes dicen que están considerando apelar.

Tormenta tropical Kammuri deja más de 100 muertos y desaparecidos en Vietnam

AFP/Telesur
09/08/08

Más de 100 personas murieron o fueron dadas por desaparecidas tras las inundaciones y corrimientos de tierras provocados por la tormenta tropical Kammuri, que arrasó las regiones montañosas del norte de Vietnam, anunciaron el sábado las autoridades.

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Al menos 72 personas murieron y otras 37 fueron dadas por desaparecidas desde que la tormenta devastó esta zona pobre y deforestada. Kammuri ya había golpeado Hong Kong y el sureste de China, precisaron las autoridades vietnamitas de emergencia.

La provincia más afectada es la de Lao Cai, cerca de la frontera china, donde murieron 36 personas y 32 fueron dadas por desaparecidas. Centenares de casas fueron destruidas y las vías de comunicación fueron cortadas, aislando regiones enteras, añadió la misma fuente.

"Corrimientos de tierra fueron constatados en varios lugares pero son las inundaciones las que causaron más muertos", afirmó Pham Van Quang, un responsable de la comisión de observación de las catástrofes naturales, añadiendo que las lluvias no habían cesado.

Bolivia: llama alcalde de Santa Cruz a militares a derrocar al presidente Evo Morales

La Jornada
09/08/08

Pérez Esquivel: EEUU encabeza a sectores golpistas en Bolivia

El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, denunció ante los embajadores acreditados en el país que grupos antidemocráticos realizan acciones violentas con la intención de sabotear y empañar el referendo autonómico del próximo domingo.

Por su parte, el alcalde derechista de la ciudad de Santa Cruz, Percy Fernández, pidió a las fuerzas armadas de Bolivia “tumbar” (derrocar) al presidente Evo Morales, “porque todavía no ha aprendido a gobernar”, llamado que según la radio Erbol ocurrió el jueves anterior durante un acto multitudinario en que estuvo acompañado de líderes cívicos y fue respaldado por otros prefectos regionales.

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En reunión con los diplomáticos, Choquehuanca mencionó entre esas acciones la huelga de hambre de los comités cívicos de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, los disparos contra el automóvil del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, las amenazas para que impedir que el presidente Morales presentara su informe en Sucre, y otras acciones.

La denuncia del canciller fue hecha mientras que desde Nueva York el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, en un mensaje sobre el referendo revocatorio de autoridades, hizo un llamado a todos los actores políticos y sociales de Bolivia, “de modo que aseguren un clima pacífico a lo largo de todo el proceso electoral y el periodo subsiguiente”.

Asimismo reafirmó el compromiso de la ONU de trabajar con el gobierno y la sociedad de Bolivia en su conjunto, con el fin de generar un ambiente de tolerancia, respeto y diálogo en el país.

Por su parte, en una carta al pueblo boliviano, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel denunció “los intentos de golpe de Estado de los sectores del poder económico boliviano encabezados por el alcalde cruceño Percy Fernández y la embajada de Estados Unidos en Bolivia, que pretenden continuar sometiendo al pueblo para defender sus intereses económicos y políticos”.

El dirigente humanitario llamó al pueblo boliviano a estar unido, hoy más que nunca, en la defensa de la democracia, en el derecho a la soberanía nacional y en apoyo al gobierno de Morales, “más allá de las diferencias que puedan tener algunos sectores”.

Agregó Pérez Esquivel: “Hoy la lucha es de todos y todas, y lo que resuelvan en esta etapa de resistencia marcará el pulso y camino en América Latina hacia la liberación y la soberanía o hacia el oscurantismo y la dominación para ser esclavizados por los poderes del neoliberalismo”.

De su lado, el presidente de la Corte Nacional Electoral, José Luis Exeni, aseveró que ya todo está listo para la realización del citado referendo autonómico, en el que estarán en juego los cargos del presidente de la república, el vicepresidente y ocho de los nueve prefectos del país.

Afirmó el funcionario que existen “reglas claras y justas” y un padrón “confiable” para que los bolivianos puedan emitir con confianza su voto el próximo domingo. Respecto de los ciudadanos que están en huelga de hambre, comentó que será decisión de ellos acudir o no a votar.

Informó que más de 3 mil 500 observadores electorales verificarán el desarrollo del proceso comicial y añadió que entre ellos hay por lo menos 300 extranjeros.

Al respecto, la embajada de México en Bolivia informó que la madrugada de este sábado arriba al país la delegación de observadores mexicanos; cuatro son del Partido Revolucionario Institucional, entre ellos el senador Heladio Ramírez y la ex dirigente nacional Dulce María Sauri Riancho, y cinco del Partido de la Revolución Democrática, entre ellos la senadora Yeidckol Polevnsky, el senador Carlos Sotelo García y los dirigentes Saúl Escobar y Gerardo Fernández Noroña.

En Tarija, mientras tanto, se cumplió a medias el paro de 24 horas convocado por los derechistas cívicos del departamento para reforzar la huelga de hambre en reclamo de la devolución de parte de los ingresos regionales por la importación de gas, que fueron utilizados por el gobierno de Evo Morales para entregar un bono alimentario a los ancianos.

La acción de protesta sólo fue acatada en la capital, pero no en las provincias, reportó la cadena radiofónica Erbol.

Respecto de las movilizaciones que durante dos semanas ha realizado la Central Obrera Boliviana (COB) por la aprobación de una nueva ley de pensiones, hoy continuó el bloqueo en la ciudad de Sucre, si bien por la tarde se informó que en las negociaciones que sostenían los líderes y el gobierno se llegó a un “preacuerdo” para superar la crisis, que será llevado a las bases para su consulta.

El ministro de Trabajo, Walter Delgadillo, informó que el preacuerdo consta de tres puntos. El primero “se refiere a los avances esenciales en relación a la nueva Ley de Pensiones”, un segundo punto a la “continuidad del proceso de construcción de una nueva legislación” y el tercero que expresa la “voluntad de llegar de forma definitiva a suspender las medidas de presión y consensuar un escenario de diálogo”.

La COB decidió dar una tregua a sus movilizaciones por la nueva ley de pensiones hasta el próximo día 12, cuando se llevará a cabo una reunión de carácter nacional en el local sindical del centro minero de Huanuni.

Gaza bajo asedio

Stephen Lendman
Global Research
Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández

Tras la victoria electoral de Hamas del 25 de enero de 2006, Israel concentró sus esfuerzos en oprimir todo cuanto fuera posible a Gaza. Se cortó toda la ayuda exterior. Se impusieron sanciones y embargo económico, y con toda falsedad se llamó organización terrorista al gobierno democráticamente elegido, aislándole. Se reforzó la represión con repetidas incursiones de las fuerzas armadas israelíes, ataques, asesinatos, asesinatos selectivos, arrestos, destrucción de propiedades y todo lo que quepa imaginar, siguiendo una pauta demasiado familiar ya para los palestinos después de seis décadas. Los gazatíes están prisioneros en su propia tierra y durante meses se les ha traumatizado de forma inmisericorde. En junio de 2007, las cosas empeoraron cuando Israel puso en marcha el estado de sitio contra el Territorio, estado de sitio descrito por muchos como medieval debido a su extrema dureza.

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El 14 de junio de 2007, en colaboración con Israel y Estados Unidos, el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, declaró un “estado de emergencia”, destituyó al primer ministro de Hamas Ismail Haniyeh y a su gobierno de unidad nacional, nombrando su propio primer ministro y un nuevo gabinete de “emergencia”. La Autoridad está ahora dividida. Abbas gobierno en Cisjordania. Hamas gobierna Gaza aunque Israel lo controla todo: la tierra, el mar, el aire, el movimiento en el interior y entre los Territorios, el registro de población, la unificación familiar y todos los bienes y servicios que entran y salen de la Palestina Ocupada. Especialmente Gaza, bajo asedio durante casi catorce meses, que depende únicamente de Israel para su fuel, electricidad y gas. Así como para otros productos esenciales.

Hamas permanece aislada. Se le impone la denominación de “entidad hostil” y, después del pasado 19 de septiembre, se vio exprimida por sanciones más estrictas aún. Se redujeron y se cortaron intermitentemente la electricidad, el fuel y el gas. Igual ocurrió con los suministros de alimentos, medicinas, agua y otros artículos fundamentales. Su producción industrial descendió un 95%, y su producción agrícola representa ahora la mitad del nivel anterior a 2007. Se detuvieron casi todas las construcciones y, según un nuevo informe de la Agencia de Ayuda a los Palestinos Refugiados en Oriente Próximo de las Naciones Unidas (UNRWA), la pobreza supera el 50% y el desempleo alcanza casi la misma cifra. Otras estimaciones no oficiales dicen que en ambas cuestiones es mucho más exacta la cifra del 80%. Las cosas están mal y siguen empeorando.

Las tiendas no tienen casi de nada porque Israel permite tan sólo la entrada de nueve productos básicos. Su disponibilidad es escasa y algunas cosas imprescindibles están prohibidas, como:

  • Ciertas medicinas;
  • Restricción de determinados productos alimenticios como fruta, leche y otros productos lácteos, harina de trigo, azúcar, sal, aceite para cocinar y artículos congelados;
  • Material de limpieza;
  • Muestras agrícolas;
  • Calzado;
  • Ropas;
  • Telas, hilos y botones;
  • Materiales de construcción: cemento, estaño, hierro, cañerías de plástico, asbestos, madera, clavos, tornillos, alambre, pintura, etc.;
  • Repuestos y suministros para productos manufacturados;
  • Aparatos eléctricos;
  • Suministros y equipamiento d oficina;
  • Ganado y forraje;
  • Libros;
  • Ordenadores;
  • Teléfonos y móviles;
  • Repuestos para aparatos de comunicación;
  • Tabaco y cigarrillos;
  • Bebidas;
  • Todo tipo de vehículos de motor, incluidos los repuestos (baterías, neumáticos, aceite para el motor, etc.;
  • Ascensores y repuestos;
  • Bombas de agua y sus repuestos;
  • La importación o exportación de materias primas para la industria, construcción y agricultura, todo lo que una sociedad moderna necesita virtualmente para funcionar y sobrevivir.

Comparando con los 9.000 productos que se importaban antes de 2007, ahora sólo se cuenta con 20.

La gente no tiene lo suficiente para comer y las condiciones siguen empeorando. Incluso se ha prohibido pescar, obligando a parar a miles de pescadores locales porque todos se arriesgan a ser acosados y detenidos en mar abierto.

Apenas llega energía, afectando a hospitales, a la disponibilidad de agua potable, al saneamiento y al funcionamiento de la vida diaria, que discurre en condiciones de extrema dureza. Las familias (incluyendo las esposas) también están incomunicadas. Algunas viven en Gaza, otras en Cisjordania e Israel y todos soportan prolongadas separaciones después de que las autoridades israelíes prohibieran viajar de una zona a otra e impusieron dramáticas restricciones en los cruces egipcios y jordanos.

Anteriormente se había denegado la reunificación familiar dede el momento en que la Knesset aprobó la Legislación sobre la Nacionalidad y Entrada en Israel (julio de 2003). Prohíbe que los palestinos de los Territorios que tengan una esposa israelí consigan la ciudadanía o el estatuto de residencia en Israel para que puedan vivir las familias unidas.

Miles de parejas casadas y sus niños se han visto afectados, obligados a permanecer separados o a dejar Israel. La nueva ley solamente se dirige a los palestinos. Es discriminatoria, ilegal, racista, no tiene nada que ver con la seguridad y es uno de los muchos actos colectivos de castigo. Además de lo que señala la ley, los árabes israelíes casados con gazatíes tienen prohibido entrar en el Territorio para visitar a sus familias.

Breve instantánea de Gaza: Mide 360 kilómetros cuadrados; en una zona que es equivalente a la mitad del tamaño de Chicago viven 1,5 millones de habitantes: la mayor y más congestionada prisión al aire libre en el mundo. Alrededor del 40% viven en ocho campos de refugiados densamente superpoblados y sus condiciones de vida eran inadecuadas, adversas y en ocasiones sombrías incluso en tiempos mejores. Bajo el asedio, son intolerables.

El derecho internacional (incluida la IV Convención de Ginebra de 1949) obliga a las potencias ocupantes a proteger a las poblaciones civiles. Su Artículo 3 (1) afirma concretamente:

    “Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable, basada en la raza, el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna, o cualquier otro criterio análogo”.

Israel desprecia el derecho y no está de acuerdo con sus normas. Después de su “desenganche” de 2005, se negó a reconocer cualquier “responsabilidad hacia los palestinos de la Franja de Gaza”, incluso aunque el argumento carece de base bajo las leyes humanitarias internacionales y de los derechos humanos. Su lenguaje e interpretación están claros y requieren de los ocupantes que garanticen la seguridad y bienestar del pueblo que ellos “controlan efectivamente”, incluso aunque sus fuerzas no tengan una presencia fija en su territorio. Las fuerzas de seguridad israelíes tienen el control total de Gaza y Cisjordania y actúan libremente en ambos Territorios. Los invaden y merodean por ellos a su antojo y controlan sus fronteras, pasos de entrada, espacio aéreo, y en el caso de Gaza, también la franja costera y el mar abierto.

Bajo el derecho de la IV Convención de Ginebra, Israel está obligado a proteger a todos los palestinos, especialmente a los enfermos, heridos, niños menores de 15 años, mujeres embarazadas, ancianos y minusválidos. Debe también permitir el paso libre de alimentos, medicinas y otros artículos imprescindibles, permitir que los equipos médicos proporcionen asistencia, y abstenerse de imponer castigos colectivos y, de facto, la ley marcial. La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) va más allá e Israel es uno de los signatarios. Reconoce el derecho de toda persona a la libertad de movimiento, a trabajar, a un nivel adecuado de vida, a la educación, a la adecuada atención sanitaria y a una vida familiar normal. Su artículo 1 afirma que: “Todos los seres humanos han nacido libres e iguales en dignidad y derechos”, incluidos los que se encuentran bajo ocupación o “controlados efectivamente” por otro estado.

Violaciones israelíes de los Derechos Humanos

En enero de 2008, John Dugard, el Relator Especial para Palestina del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, preparó un duro informe de las violaciones israelíes de los derechos humanos. Importantes organizaciones de derechos humanos y civiles han hecho lo propio, como la Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI, siglas en inglés), B’Tselem, el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR, siglas en inglés), y el Centro de Información Alternativa (AIC, siglas en inglés). Es una “organización activista conjunta palestino-israelí, progresista e internacionalmente orientada” que se encarga de difundir información, defensa política, activismo de base y análisis crítico de las sociedades israelí y palestina y del conflicto”.

Su informe del 9 de marzo de 2008 se titulaba: “La Franja de Gaza: Una implosión humanitaria”. Se ofrece aquí lo más destacado:

  • Las condiciones de la vida en Gaza son las peores desde que empezó la ocupación; han sido completamente creadas por la mano del hombre”, son evitables y la voluntad política tiene que cambiar;
  • Los gazatíes están efectivamente prisioneros; es imposible cualquier “movimiento” dentro y fuera del Territorio; “no puede seguirse impidiendo” la entrada de alimentos, agua, atención sanitaria, tratamiento de aguas fecales, saneamiento y otros artículos esenciales;
  • Debido al asedio y el colapso económico, hay “poco dinero para poder comprar alimentos y muy pocos alimentos que comprar”; los elevados precios no hacen más que exacerbar el problema;
  • La cifra de camiones que llevaban suministros comerciales y humanitarios a Gaza han caído en “picado”, de alrededor de 250 en un día de los de antes de la crisis a un máximo ahora de 45 o menos;
  • Los niveles de pobreza extrema se han “agudizado gravemente”, haciendo que el 80% de los habitantes de Gaza dependan de la ayuda humanitaria, cuando se dispone de ella, y ha tenido que incrementarse en diez veces en la última década; en 2007, los hogares gastaron (de media) alrededor del 62% de sus ingresos en comida;
  • Tuvieron que cancelarse el 95% de las operaciones industriales de Gaza porque no se disponía de los elementos necesarios para la producción y los cierres de frontera impedían la exportación; la construcción está “paralizada”; la agricultura en muy “mala situación”; el desempleo y la pobreza están por las nubes; en septiembre de 2000, 24.000 gazatíes trabajaban en Israel; actualmente, ninguno;
  • El asedio ha destruido la infraestructura de los servicios públicos; Israel impide que se repare y se mantenga; la importación de repuestos está prohibida; la electricidad y el fuel severamente restringidos; los hospitales y las instituciones públicas no puede funcionar como debieran; los cortes de energía durante entre 8 y 12 horas diarias; entre 40 y 50 o más millones de litros de aguas fecales parcialmente tratadas, o sin tratar, van a parar a diario al mar;
  • La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, siglas en inglés) dice que la cifra es más alta, hasta 60 millones de litros diarios; además, hay aguas fecales que se están bombeando hacia zonas densamente pobladas, incluidos tres millones de litros que recientemente convirtieron el campo de Yabalia en una laguna;
  • Desde que Israel bombardeó la central eléctrica de Gaza (en junio de 2006), funciona con la tercera parte de su capacidad pero necesita fuel para funcionar:
  • La Empresa Pública de Aguas para los Municipios Costeros (CMWU, siglas en inglés) proporciona agua potable y trata las aguas fecales; con electricidad, fuel, repuestos y mantenimiento escasos, la red no puede funcionar adecuadamente; como consecuencia, casi la tercera parte de los gazatíes no tienen agua corriente; en la situación anterior al bloque, sí la tenían;
  • La educación se ha deteriorado tanto que se ha acabado cancelando las clases; las tasas de abandono son altas porque las familias no pueden permitirse enviar a sus niños al colegio; para los que asisten, los días escolares se reducen cada vez más; los libros de texto y otros recursos apenas cuentan con abastecimientos; y las tasas de fracaso escolar están cercanas al 80%, al 90% en matemáticas;
  • La sanidad se ha deteriorado gravemente en el interior de Gaza y en los accesos para recibir tratamiento exterior; se deniega el permiso de salida los gazatíes que necesitan tratamiento especial [o se les exige que se conviertan en confidentes de Israel a cambio de obtener dichos permisos]; los pacientes están por esa razón muriendo por ello, incluidos los niños [230 enfermos muertos hasta el 7 de julio de 2008]
  • El asedio de Israel “ha desmantelado eficazmente la economía y empobrecido a su pueblo”; “hombres, mujeres y niños normales” son colectivamente castigados en violación del derecho humanitario internacional; estas medidas también dañan “el mismo proceso de paz”;
  • Israel controla realmente Gaza; está obligado a proteger a su pueblo pero en lugar de hacerlo les castiga con su presencia militar, ataques, asesinatos extrajudiciales, destrucción de la tierra e infraestructuras, restricciones de movimiento, falta de agua potables, alimentos, cuidadnos sanitarios y otros servicios imprescindibles, desempleo, empobrecimiento y barreras a la educación;
  • Aislar a Hamas ha sido contraproducente y ha fracasado “a todos los niveles”; se necesita una nueva estrategia de compromiso: condenar el bloqueo; hacer pública la crisis humanitaria; presionar a Israel para que le ponga fin; proporcionar ayuda de emergencia adecuada; reactivar la economía de Gaza; fortalecer el derecho internacional y trabajar en aras de un “proceso político inclusivo (productivo)”.

El Centro Al Mezan por los Derechos Humanos está también controlando el asedio a Gaza. Se define a sí mismo como “una ONG palestina independiente que tiene su sede en el campo de refugiados de Yabalia en Gaza y dispone de un mandato para promover, proteger e impedir las violaciones de los derechos humanos en general y de los derechos económicos, sociales y culturales en particular; proporcionar ayuda eficaz a las víctimas de tales violaciones; y mejorar la calidad de la vida comunitaria en los sectores más marginados de Gaza”. También proporciona ayuda legal y defensa y aumenta el nivel de conciencia sobre el continuado estado de violencia, represión y desesperadas condiciones en la Palestina Ocupada, especialmente en la asediada Gaza.

El 8 de abril publicó un duro informe titulado “El peor año bajo la ocupación: Informe del primer trimestre de 2008 sobre las violaciones israelíes de los derechos humanos en la Franja de Gaza”. Aquí están algunos de sus datos más destacados:

  • Durante el primer trimestre de 2008, Gaza experimentó una “escalada sin precedentes” en las violaciones de los derechos humanos, causados principalmente por un “aumento grave” de las violaciones del derecho internacional perpetradas por las fuerzas israelíes de defensa.
  • La cifra de 247 asesinatos superó los totales alcanzados en los primeros trimestres desde 2005 hasta 2007: igualando todos juntos los habidos en el primer trimestre de 2007;
  • La destrucción de la propiedad pública y privada aumentó en gran medida, destruyéndose también grandes cantidades de dunum [1.000 metros cuadrados] de tierra agrícola;
  • La economía de Gaza está aplastada; las cifras de pobres y desempleados se han duplicado, alcanzando “niveles sin precedente”, los peores bajo la ocupación;
  • La comunidad internacional permanece en silencio frente al sistemático castigo de “estrangulamiento” colectivo a escala sin precedentes; las vidas y bienestar de los gazatíes se han visto afectadas en todas las formas imaginables;
  • Las cifras de víctimas gazatíes y sus pérdidas materiales muestran la extensión de las violaciones bajo el derecho internacional; la indiferencia y la falta de intervención de la comunidad internacional han hecho posibles las actuales condiciones;
  • Al Mezan condena la “agresión” y las “graves violaciones de los derechos humanos” israelíes; son premeditados crímenes de guerra y contra la humanidad y uno de los ejemplos más extremos de castigo colectivo jamás perpetrados contra una población civil; Al Mezan hace un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga en aras de “investigar, perseguir y enjuiciar a todos aquellos que ordenaron y/o ejecutaron esos crímenes”.

El Enviado Especial de EEUU para Oriente Medio critica la política de la administración

El pasado noviembre, el anterior comandante de la OTAN, el General retirado James Jones, fue nombrado Enviado Especial para Oriente Medio de la administración estadounidense con este refrendo: Es la “persona que necesitamos para asumir esta misión vital… un dirigente experimentado que puede dedicarse globalmente y al más alto nivel a los desafíos de seguridad regionales…” Su tarea: trazar una plan estratégico de estabilización de la seguridad para complementar las negociaciones de paz israelo-palestinas.

No se dice ni una sola palabra sobre un informe que Jones está preparando y que parece que a sus superiores no va a gustarles nada. Tampoco a los israelíes. Según Haaretz (22 de julio), es “extremadamente crítico… con las políticas de Israel en los territorios y su actitud hacia los servicios de seguridad de la Autoridad Palestina (AP) del Presidente Mahmoud Abbas, de los que dice que no son más que tropas represivas de choque haciendo el trabajo sucio de Israel y que están dedicados a perseguir a los seguidores de Hamas en Cisjordania.

Los oficiales de la administración tienen ya un resumen del borrador y está “levantando roncha ya. Sus conclusiones sobre Israel son muy duras y los que lo han visto dicen que deja muy mal a Israel” en dos aspectos al menos:

  • En cuanto a su “definición, bastante amplia” de la seguridad de Cisjordania “bajo algún acuerdo de estatus final” y
  • En cuanto a “su actitud hacia los servicios de seguridad palestinos”.

Eso no es todo. Jones critica también a Washington. Culpa a los responsables de la administración por su fracaso “a la hora de reformar los servicios de seguridad de la AP”, por no coordinarlos y por no prepararles para “reforzar la ley en Cisjordania”. Hamas controla Gaza. Los funcionarios de la Administración estadounidense y los israelíes quieren quemar el informe, pero Jones se dispone, al parecer, a publicarlo completo. Hasta ahora, su contenido no es público y sólo se insinúan algunos de los aspectos que se están discutiendo.

Gaza bajo asedio: “Una atrocidad, un crimen, una abominación” (Jimmy Carter)

Esas fueron las declaraciones de Carter en un discurso pronunciado el 17 de abril en la Universidad Americana de El Cairo. Se está “matando de hambre a los palestinos y los esfuerzos estadounidenses por socavar a Hamas son contraproducentes”. A finales de mayo realizó una visita a Gales, a la ciudad de Hay, donde hizo un llamamiento a las naciones de la UE para que se desligaran del asedio de Washington, “uno de los crímenes más grandes contra los derechos humanos sobre la tierra y ver a los europeos marchando unidos a esa acción es vergonzoso”. Pidió a los dirigentes de la UE que volvieran a considerar su postura si Hamas acuerda un alto el fuego, y eso es lo que probablemente estaba detrás de su viaje y comentarios, aunque Carter sabe que Hamas, unilateralmente, observó en el pasado durante meses un alto el fuego y que de nuevo declaró otro el 19 de julio. ¿Adónde quiere entonces llegar Carter?

El pasado abril, se reunió con Jaled Meshaal (el dirigente exiliado de Hamas) en Damasco a instancias de Israel y de la administración Bush, no por iniciativa propia o como los medios dijeron que lo hizo a pesar de la feroz oposición a su viaje. Enviados de alto nivel jamás se distancian de la política estatal o actúan independientemente. Dónde van, a quién ven, y lo que dicen tiene un objetivo, que no siempre es transparente. Carter lo explicó en parte en un comentario al Guardian de Londres: “La encuesta más importante realizada en Ramallah decía que la opinión en Cisjordania está cambiando respecto a Hamas, porque la gente cree que Fatah se ha vendido a Israel y a Estados Unidos”.

Para Washington e Israel, evitar esa posibilidad es fundamental, y lo que es más importante, evitar el escenario de pesadilla de un frente árabe unido (o uno musulmán unificado) contra Occidente harían que la administración Bush y/o Israel atacaran Irán, Siria y/o Hizbollah en el Líbano. Es muy posible una guerra más amplia, pero los planificadores conocen el riesgo: incendiar toda la región o lo que es peor, incitar la III Guerra Mundial.

La estrategia de Washington e Israel puede estar cambiando, pero no por preocupaciones humanitarias. Mantener a Gaza bajo asedio y permitir que crezca el apoyo hacia Hamas no beneficia al proyecto imperial. Pero tampoco ayuda a los gazatíes, y nada da a entender que el cambio vaya a ser inmediato.

Relato del asedio de un Centro Palestino por los Derechos Humanos (PCHR, siglas en inglés): “Nadando entre las aguas residuales”

Es uno de los muchos relatos del PCHR que muestra cómo las vidas de los gazatíes se han deteriorado bajo el asedio. Empieza de la siguiente forma: “Pienso que el mar está probablemente contaminado. Algunas veces me extraño de ver manchas blancas en mi piel; pero seguimos yendo a la playa cada día porque no tenemos ningún otro sitio donde ir”. Esa es la voz de Salim, hablando en su nombre y en el de sus amigos. Van a la plaza de la Ciudad de Gaza, y uno de los muchachos tenía hoy una pequeña botella con pececillos y un cangrejo en su interior. Los peces están muertos, y sabemos por qué. Cerca hay una “alcantarilla vertiendo agua sucia en la corriente de oscuros residuos que fluyen hacia el mar” donde los chicos nadan.

La gente acude en masa a las playas en verano porque hace mucho calor, pero algunos de ellos están “nadando entre la mierda”. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, siglas en inglés), alrededor de 60 millones de litros al día de aguas residuales sin tratar o parcialmente tratadas van a para al mar alrededor de la Ciudad de Gaza, porque el fuel y los suministros eléctricos son escasos y ya hace meses que las condiciones eran desesperadas. Según un trabajador de la OCHA, “el mar está cada vez más sucio y más contaminado debido a la carencia crónica de fuel y repuestos. Necesitamos catorce días de suministros ininterrumpidos para poner en marcha un ciclo adecuado de tratamiento de aguas residuales en bien de la salud pública de Gaza”.

La Empresa Pública de Aguas para los Municipios Costeros de Gaza (CMWU, siglas en inglés) suministra el agua al Territorio y administra sus tres plantas de tratamiento de aguas residuales. Debido a la escasez de energía y de repuestos, el agua del grifo sin filtrar es salina e imbebible, y las plantas de tratamiento de residuos no pueden funcionar con normalidad. Eso fuerza al CMWU a verter las aguas fecales en el mar para no inundar las zonas residenciales.

La preocupación es grande y va en aumento. La Organización Mundial de la Salud tomó muestras en 30 lugares de la costa de Gaza para analizar si contenían contaminantes fecales animales y humanos. Encontró trece zonas contaminadas a lo largo de siete playas donde no se podía nadar, incluidas tres playas en el centro y sur de Gaza y otras cuatro alrededor de la Ciudad de Gaza. La playa donde Samer y sus amigos nadan es una de ellas.

La OMS advirtió que “Hay que evitar el estallido de enfermedades de transmisión por el agua debido a su capacidad para provocar la infección simultánea de gran parte de la comunidad”, sobre todo de gastroenteritis, infecciones oculares y auditivas, dermatitis, disentería, infecciones del tracto urinario y respiratorio y cepas de e-coli. Estos patógenos causan esas enfermedades y la muerte, por eso es vital evitarlos.

Gaza no puede hacerlo sin suficiente fuel y electricidad y sin que se mejore la situación de sus plantas y equipamiento. El director de la Unidad de Derechos Sociales y Económicos del PCHR, Jalil Shaheen, dice: “Las restricciones israelíes son una clara violación del derecho universal a la salud y a un medioambiente limpio. Bajo el derecho humanitario internacional, Israel, como potencia ocupante, está obligado a facilitar el acceso a todos los servicios esenciales para la vida. El acceso al agua potable y a un mar de aguas limpias son derechos humanos básicos”.

Israel sigue indiferente a todo. El asedio continúa. Las necesidades esenciales para la vida siguen sin cubrirse. Las condiciones sanitarias prosiguen su deterioro, y el agua de grifo imbebible de Gaza y el mar contaminado son dos de las razones de tal situación. Nada se hace para remediarlo y los habitantes de Gaza siguen viéndose obligados a aguantarlo todo.

Plan de Activistas para “romper el asedio de Gaza”

El 6 o 7 de agosto, alrededor de 40 activistas desarmados miembros del Movimiento de Solidaridad Internacional, la Comisión Israelí contra la Demolición de Casas y otros grupos saldrán de Chipre en dos barcos de madera para “llegar hasta el puerto de Gaza y romper el asedio”. A bordo irá una monja católica de 81 años, un superviviente del Holocausto de 83 años, un superviviente de la Nakba, un profesor israelí, varios palestinos de Gaza, 16 nacionalidades, cuatro religiones, la prensa internacional y, según se informa, tres miembros del Parlamento Europeo. Se ha invitado a los barcos privados que lo deseen a unirse al grupo.

“Seguramente las fuerzas ocupantes de la defensa israelí (IDF, siglas en inglés) nos detendrán pero forma parte del asunto mostrar que Gaza está clausurada”, dijo la portavoz Angela Godfrey-Goldstein. El portavoz de la Oficina de las IDF no comentó qué acciones pensaban tomar. Sin embargo, buques israelíes patrullan regularmente las aguas costeras y niegan a todos los navíos el acceso a Gaza, en violación del derecho internacional.

ONGs de todo el mundo hacen un llamamiento para poner fin al asedio a Gaza:

Llamamiento Global para Actuar contra la Pobreza (GCAP, siglas en inglés) es una entre muchas. Hay una “creciente alianza entre sindicatos, grupos comunitarios, grupos religiosos, organizaciones de jóvenes y mujeres, ONGs y otras compañas trabajando juntos a través de más de cien plataformas nacionales… para poner fin a la pobreza y a la desigualdad, la injusticia y el sufrimiento humano”. Hay una profunda preocupación por el sufrimiento de 1,5 millones de personas de Gaza bajo el asedio israelí y se pide que se ponga fin al mismo. Quieren que los dirigentes mundiales y el Consejo de Seguridad exijan que Israel “acate inmediatamente el derecho humanitario internacional y las resoluciones de Naciones Unidas y ponga fin a su política de castigos colectivos”, terminando el asedio contra Gaza.

Otras voces de ONGs con demandas similares son:

  • En enero de 2007, ocho organizaciones israelíes por los derechos humanos se unieron en colaboración en una campaña internacional para poner fin inmediatamente al bloqueo de Gaza; son:
    1. La Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI, siglas en inglés)
    2. Amnistía-Israel
    3. Bimkom, Planificadores por los Derechos Civiles.
    4. Gisha, Centro Legal por la Libertad de Movimiento
    5. Hamoked, Centro para la Defensa de los Individuos
    6. El Comité Publico contra la Tortura en Israel (PCATI, siglas en inglés)
    7. Médicos por los Derechos Humanos-Israel
    8. Yesh Din, Voluntarios por los Derechos Humanos

Otras:

  • La Asociación por el Pensamiento Libre y la Cultura de Gaza dice: “Vivimos con el temor de la devastación de nuestra sociedad. El asedio de Gaza es un crimen horrible… díganselo al mundo, no digan luego que no sabían nada”.
  • Los Comités Palestinos de Ayuda Agrícola (PARC, siglas en inglés) dicen: “El bloqueo imposibilita las exportaciones, por eso los granjeros abandonan sus cosechas; las incursiones israelíes provocan inmensa destrucción en tierras y empresas; casi todos las industrias de Gaza están arruinadas; este castigo colectivo tiene que acabar”.
  • La Sociedad Palestina de Ayuda Médica dice: “Gaza en solitario sin Cisjordania no puede sobrevivir; necesita fronteras libres y libre acceso; 1,5 millones de seres sin comercio ni agua, es imposible de soportar”.
  • El Centro para Asuntos de la Mujer dice: “Gaza es una prisión, su pueblo está atrapado y la consecuencia es la violencia, no sólo la violencia entre facciones, también la violencia doméstica está aumentando”, y
  • El Centro Palestino por los Derechos Humanos (PCHR9 dice: “¿Cómo puede ser Gaza un lugar normal, cómo podemos vivir aquí una vida normal? Necesitamos libertad de movimiento entre Gaza y Cisjordania y acceso abierto al mundo exterior”.

Muchas otras organizaciones por todo el mundo están pidiendo también:

  • Acabar con el asedio de Gaza
  • Acabar con la política ilegal israelí de aislamiento
  • El derecho al trabajo y a un adecuado nivel de vida
  • El derecho a la sanidad
  • El derecho a la educación;
  • El derecho a vivir
  • El derecho a poner fin a 41 años de ocupación ilegal.

El mundo entero no puedo esperar ya. Ni tampoco el pueblo de Gaza, ni el pueblo de Cisjordania, ni todos los que por todo el planeta les apoyamos.

Stephan Lendman es investigador asociado del Centro para Investigaciones sobre la Globalización. Vive en Chicago y se puede contactar con él en: lendmastephen@sbcglobal.net


La vida a través de la negación de la realidad en EE.UU.

Tom Engelhardt
Tom Dispatch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
09/08/08

Mándame una postal, envía unas líneas
con tu punto de vista.
Sé preciso en lo que quieres decir,
tuyo sinceramente, me consumo.
-- los Beatles, “Cuando cumpla 64”

Puse pié a tierra en este planeta, por así decirlo, el 20 de julio de 1944, posiblemente no el mejor día del siglo. Fue, en realidad, el día del fracasado complot de oficiales alemanes para asesinar a Adolf Hitler.

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Mi madre era caricaturista. Era conocida en esos años como “la muchacha caricaturista de Nueva York” o por lo menos la llamaban así en un periódico que todavía poseo, parte de una campaña de venta de bonos de guerra en el que la considerable compra de bonos consistía en comprar un dibujo de tu persona. En una ocasión en los meses antes de mi nacimiento, había viajado en tren, sola, por todo lo ancho de un continente estadounidense movilizado, pero todavía en paz, para visitar Hollywood con el encargo de alguna revista de retratar a las estrellas. Todavía tengo, sobre mi pared, una foto suya en ese año sobre la “cubierta” de un “barco pirata” en un terreno de Hollywood mientras dibuja a uno de esos gloriosos y apuestos ídolos de matinée. Como yo estaba dentro de ella, no forma exactamente parte de mi banco de memoria. Pero esa foto me dice que ella, como él, valía un bosquejo.

Ciertamente, era apropiado que ella dibujara la tarjeta anunciando mi nacimiento. Ahí estoy en ese anuncio, apenas nacido y ya caricaturizado, un bebé con nada puesto excepto sus pañales – excepto que, sobre mi cabeza, llevo el gorro militar de gala de mi padre, que todavía guardo dentro de mi closet y, por supuesto, saludo. “¡Hola! – de Thomas Moore Engelhardt," dice la tarjeta. Y así fui registrado oficialmente, entrando a un mundo en guerra.

Para entonces, mi padre, mayor en el Cuerpo Aéreo del Ejército de EE.UU. y oficial de operaciones del Primer Grupo de Comando Aéreo en Birmania, había, creo, sido reasignado al Pentágono. Siendo normalmente un hombre voluble, se mantuvo notablemente silencioso por el resto de su vida sobre sus experiencias en la guerra.

Fui, en otras palabras, un hijo tardío de un matrimonio tardío. Mi padre, quien, justo después de Pearl Harbor, a los 35 años, se presentó como voluntario al ejército, era la especie de personalidad a la que – en general- los soldados estadounidenses de 26 años de la Segunda Guerra Mundial se habrían referido como “papi,”

Él, como mi madre, abandonaron este planeta hace décadas, y yo sigo aquí. Así que pensad en esto como... ¿qué? Ya no se trata, obviamente de un ¡hola! de Thomas Moore Engelhardt, ni tampoco – por lo menos todavía – de un modesto adiós, sino tal vez de un informe moderadamente tardío de una comisión de un solo hombre sobre el mundo de paz y guerra por el que he pasado desde ese primer saludo.

Si me imaginara como tostada quemada

¿Qué quiero expresar justo ahora con sólo dos semanas de mi año 65 en este planeta?

Quisiera comenzar como sigue: Si, en la tarde del 22 de octubre de 1972, me hubieras dicho que, en 2008, el enemigo más formidable de EE.UU. sería Irán, habría bailado una giga. Bueno, tal vez no una giga, pero te digo que me habría quedado atónito.

Esa tarde de octubre, el presidente John F. Kennedy se presentó ante la nación – lo escuché por la radio – para decirnos a todos que en la isla de Cuba estaban preparando emplazamientos de misiles soviéticos con “una capacidad de ataque nuclear contra el Hemisferio Occidental.” Se trataba, dijo, de “una concentración secreta, rápida y extraordinaria de misiles comunistas – en un área de la que bien se sabe que tiene una relación especial e histórica con EE.UU. y las naciones del Hemisferio Occidental.” Cuando llegaran a ser totalmente operativas, esas armas con ojivas nucleares llegarían “tan lejos hacia el norte como Hudson Bay, Canadá, y tan lejos al sur como Lima, Perú.” Por cierto, yo sabía lo que Hudson Bay, lejos en el norte, significaba para mi persona.

“Será política de esta nación,” agregó Kennedy en tono alarmante, “considerar todo misil lanzado desde Cuba contra cualquier nación en el Hemisferio Occidental como un ataque contra EE.UU., que requiere una plena reacción de represalia contra la Unión Soviética.” Y terminó, en parte, como sigue: “Conciudadanos: que nadie dude de que

éste sea un esfuerzo difícil y peligroso en el que nos hemos involucrado. Nadie puede prever precisamente qué dirección tomará o qué costes o víctimas se incurrirán...”

Nadie podía tener dudas sobre la inminente amenaza: guerra nuclear global. Pocos oyentes habíamos visto el SIOP (Plan Operativo Único Integrado) altamente confidencial) de 1960, en el que los militares de EE.UU. habían hecho sus preparativos para un masivo primer ataque con 3.200 armas nucleares contra el mundo comunista. Se suponía que eliminaría por lo menos 130 ciudades, y se calculaba que las víctimas se aproximarían a 300 millones, pero, incluso sin acceso a ese SIOP, nosotros – yo – sabíamos bastante lo que podría sobrevenir. Después de todo, había visto versiones, perfectamente desclasificadas, en los cines, incluso si el poder de destruir a escala planetaria estaba transpuesta a mundos extraterrestres, como en ese éxito de público de ciencia ficción de 1955 “Regreso a la Tierra,” o imputado a extraños rayos extraterrestres, o a violentos monstruos radioactivos.

Ahora, pasaba en la vida real, mi vida, sin un director evidente, y los efectos especiales probablemente los haría yo, muerto.

Fue el momento singular en mi vida – que dice tanto sobre la vida de un estadounidense que no fue a la guerra en algún país distante – cuando imaginé verdaderamente que yo era una tostada quemada en perspectiva. Realmente creí que podría no sobrevivir la semana, y hay que recordar que entonces yo era estudiante de primer año en la universidad, con sólo 18 años, y que todavía me preguntaba cuándo iría a comenzar la vida. Entre 1939 y 2008, en gran parte del mundo, poca gente podía haber imaginado que se escaparía de modo tan fácil, no en esos tres cuartos de siglo en los que fueron arrasadas porciones tan importantes del mundo.

Si tú., vaticinador en esa noche aterradora, hubieras murmurado en mi oído noticias sobre nuestros enemigos aún a décadas de distancia, los iraníes, los... ¿estás bromeando?... Iraquíes, o un puñado de fanáticos en el interior de Afganistán y un área fronteriza de Pakistán... bueno, es una frase que, en esos días, me habría costado terminar. ¿Muerte proveniente de Waziristán? No lo creo.

En verdad, esa noche, yo había estado convencido de que ese era “mi” futuro – que, en los hechos, yo tendría un futuro – podría haber caído de rodillas frente a esa radio de la que emergía la peculiar voz de Kennedy y agradecer a mi buena estrella; o tal vez – y probablemente correspondería mejor a la posición de un torpe y tímido muchacho de 18 años - habría reído estruendosamente ante la obvia absurdidad de todo. (“Lo absurdo” era entonces una categoría importante en mi vida. ¿Fanáticos de Afganistán? Perdóneme...

Ahí estamos ahora, y el mundo no se convirtió en un chicharrón en la larga confrontación de las superpotencias de la Guerra Fría. Bueno, todavía me parece como algo parecido a un milagro, una sorpresa de la historia que da esperanza... de cierto modo. La pregunta, por cierto, es: “¿Por qué, ante todo esto, no me siento mejor, más esperanzado, ahora?

Después de todo, fue un argumento para directores de películas de ciencia ficción de esa era desaparecida hace tiempo – perfectamente dispuestos a poblar Los Ángeles de gigantescas hormigas mutadas, chirriantes (“¡Ellos!” [La humanidad en peligro]), el Ártico con "The Thing From Another World" [El enigma de otro mundo] y Washington D.C. con un extraterrestre con su poderoso robot, capaz de fundir tanques o destruir el planeta ("Klaatu barada nikto!") – nuestro presente seguramente hubiera sido considerado demasiado improbable para la pantalla. No lo habrían tocado ni con una vara de 3 metros, y sin embargo es lo que ocurrió realmente – y el planeta, ceniza eventual (junto con nosotros como cenicillas eventuales) todavía existe, notablemente.

O, para decirlo de un modo más limitado, más sombrío, consideremos la suerte de la base militar estadounidense en Guantánamo – un símbolo extra-especial de esa “relación especial e histórica” mencionada por Kennedy entre la pequeña isla de Cuba y el gigante “vecino” en el noroeste. En ese discurso a la nación en 1962, el presidente anunció que iba a reforzar la base, incluso mientras evacuaba a familiares. Y sin embargo, como yo en mi año 65, también sobrevivió indemne a la Crisis de los Misiles cubanos. Unas cuatro décadas después, en los hechos, sigue teniendo una tal relación especial e histórica con Cuba que el gobierno de Bush pudo utilizarla para establecer públicamente todas sus nuevas categorías de injusticia en el exterior – su mini-gulag global de prisiones secretas, sus políticas públicas de tortura, detención sin acusación, desapariciones, cualquier otra cosa. Nada de lo cual, a propósito, hubiera sido tocado por esos directores con la misma vara. En los años cincuenta, sólo nazis, miembros del ejército imperial japonés, y agentes del KGB podrían haber saboreado públicamente la tortura en la pantalla. El show “24” de FOX TV es claramente un artefacto de nuestros días.

Un paroxismo de destrucción de sólo unos pocos kilómetros de ancho

Claro está que, en 1962, incluso antes de que hablara Kennedy, tampoco podría haberme imaginado a mí mismo con 64 años, igual como no me hubiese imaginado vivir la “Cuarta Guerra Mundial” – como una serie de neoconservadores gustaban de llamar la Guerra Global contra el Terror del presidente – una “guerra” librada sobre todo contra miles de fanáticos islamistas dispersos por el planeta y un “eje del mal” formado por tres poderes regionales relativamente débiles. Ciertamente esperaba cosas de mayor dimensión, mucho peores. Y no es sorprendente: Cuando tenía que ver con guerras, todo el peso de la historia de la mayor parte del siglo pasado apuntaba exponencialmente hacia un cataclismo con pocos o ningunos sobrevivientes.

Desde mi adolescencia, estuve, se podría decir, en la escuela de la vida de Tom Lehrer (como en el texto de su canción de 1959: "We Will All Go Together When We Go" [Nos iremos todos juntos cuando nos vayamos) – y no estaba tan solo:

Freiremos juntos cuando friamos.

Seremos patatas fritas

No habrá más miseria

Cuando el mundo sea nuestro asador.

Sí, freiremos juntos cuando friamos...

Y hornearemos juntos cuando horneemos,

Y no habrá nadie presente en el velorio.

Con participación total

En esa grandiosa incineración,

Casi tres mil millones de bifes bien hechos.

Nací, después de todo, sólo un año y unas pocas semanas antes de que EE.UU. incinerara atómicamente Hiroshima y luego continuó, incinerando atómicamente la ciudad de Nagasaki, y terminó la Segunda Guerra Mundial. Llegó la victoria, pero entre escenas de carnicería planetaria, genocidio y devastación, en una escala y sobre una superficie previamente inimaginable.

En estos últimos años, el gobierno de Bush ha invocado regularmente las glorias del papel estadounidense en la Segunda Guerra Mundial y en las ocupaciones de Alemania y de Japón que la siguieron. Incluso antes de eso, los estadounidenses habían estado viviendo algo como una fiesta de la “generación más grandiosa” (completa con bestseller, éxitos de público en los cines. y dos miniseries en la televisión). Desde el punto de vista de EE.UU., sin embargo, la Segunda Guerra Mundial fue sobre todo una guerra “mundial” en el mundo que movilizó, no en la franja del planeta que había convertido en una morgue de destrucción. Después de todo, EE.UU., (junto con el resto del “Nuevo Mundo”) quedó esencialmente sin ser tocado por ambas guerras “mundiales”. El Norte de África, Oriente Próximo y Nueva Guinea sufrieron incomparablemente más daño. Fuera de un solo ataque contra la flota estadounidense en Hawai, a miles de kilómetros del continente americano, el 7 de diciembre de 1941, la breve ocupación japonesa de un par de pequeñísimas islas Aleutianas frente a Alaska, una guerra de submarinos frente a sus costas, y pequeñas cantidades de bombas incendiarias en globos a la deriva desde Japón al Oeste estadounidense, este continente permaneció en paz y bastante atravesable por una caricaturista de 35 años en tiempos de guerra.

Dudo que los estadounidenses hayan llegado a comprender la verdadera significación de esa frase: Guerra Mundial – como la maquinaria industrial de devastación total envolvió gran parte del planeta durante el último siglo. Hubo en el pasado, claro está, guerras mundiales, o casi-mundiales, “conocidas como mundiales,” incluso si no eran consideradas como tales. Los mongoles, después de todo, habían abandonado las estepas del noreste asiático y conquistado China, sólo para ser rechazados de Japón por los primeros ataques kamikaze (“viento divino”) de la historia, tifones que repelieron la flota mongola en 1274 y de nuevo en 1281. Jinetes mongoles, sin embargo, se abrieron paso hacia oeste a través del continente eurasiático, conquistando tierras y causando estragos, llegando al borde mismo de Europa mientras, en 1258, saqueaban y quemaban Bagdad. (No volvió a ocurrir hasta 2003.) En los Siglos XVIII y comienzos del XIX, los británicos y franceses libraron algo más parecido a una “guerra mundial,” en realidad guerras seriales en y alrededor de Europa, en el Norte de África, en sus colonias del Nuevo Mundo e incluso hasta en India, así como en el mar, dondequiera sus barcos llegaban a encontrarse.

A pesar de ello, aunque la guerra podría haberse estado globalizando, siguió siendo, esencialmente, un asunto local o regionalmente concentrado. Y, por cierto, en las décadas antes de la Primera Guerra Mundial, fue librada en general en las periferias globales por potencias europeas que probaban, poco a poco, la rudimentaria tecnología industrial de matanza masiva – la ametralladora, el avión, el gas tóxico, el campo de concentración – contra nadie de más importancia que ignorantes “nativos” como en Iraq, Sudán, o África del sudoeste alemana. Esa gente del lugar – y los medios que la mataban – apenas fueron dignos de atención hasta que, en 1914, los europeos, repentina e increíblemente, comenzaron a matar a otros europeos utilizando medios semejantes y en cantidades impresionantes, mientras llevaban la guerra hacia una nueva era de destrucción. Fue, por cierto, una coyuntura global.

Aunque la Guerra Civil de EE.UU. había sido una vista previa de guerra, estilo industrial, incluyendo la guerra de trincheras y el uso de poder de fuego masivo, la Primera Guerra Mundial ofreció la primera demostración a escala natural de lo que significaba la guerra industrial en el corazón de la civilización avanzada. La ametralladora, el avión, y el gas tóxico llegaron de sus campos de ensayo en las colonias para diezmar a una generación de juventud europea, mientras el tanque, que entró en acción en 1916, anunció la llegada de un nuevo mundo de rápidos adelantos en armamentos. A pesar de ello, esa guerra – incluso cuando llegó a Oriente Próximo, África y Asia – no fue imaginada como una “guerra mundial” mientras tenía lugar. En esos días, era conocida como la Gran Guerra.

Aunque partes de Rusia zarista fueron devastadas, el estilo de firma más esencial de destrucción fue cualquier cosa excepto mundial. Se concentró – como una lupa para concentrar los rayos solares – en una franja de tierra que iba de la frontera suiza al Océano Atlántico, que pasaba en su mayor parte por Francia, y que casi nunca excedía unos pocos kilómetros de ancho. Allí, en el “Frente Occidental,” combatieron ejércitos enemigos durante cuatro años increíbles, – para utilizar un término estadounidense de la Guerra de Vietnam – un “molinillo de carne” de una guerra de un tipo nunca antes visto. “Los combates,” sin embargo, apenas describían el evento. Fue un paroxismo de muerte y destrucción.

Ese reducido espacio fue bombardeado por muchos millones de obuses, desgarrado y devastado a fondo. Fue arrasado todo lo construido, o que crecía sobre él y, al hacerlo, fueron despiadadamente masacrados muchos miles en algunos de los días de “guerra de trincheras”. Después de esos cuatro insoportables años, la Gran Guerra terminó en 1918 con un quejido y en una amarga paz en el Oeste, mientras, en el Este, en una guerra civil, los bolcheviques llegaban al poder. La semi-paz que siguió resultó ser poco más que un armisticio de dos años entre derramamientos de sangre.

Estamos hablando, por supuesto, de la “guerra para terminar todas las guerras.” Ojalá hubiese sido así.

La Segunda Guerra Mundial (o la sospecha cada vez más fuerte de que ocurriría) puso retrospectivamente ‘Primera’ en la Gran Guerra y la convirtió en la Primera Guerra Mundial. Veinte años después, cuando llego la “Segunda”, el mundo estaba industrial y científicamente preparado para nuevos niveles de destrucción. La guerra podía, en cierto sentido, ser imaginada como el paroxismo ampliado, científicamente intensificado, de la violencia en el frente occidental – después de todo, el poder aéreo ya había, para entonces, comenzado a mostrar su utilidad – de modo que la especie de destrucción de tierras arrasadas en esa franja de tierra de trincheras en el Frente Occidental podía ser impuesta ahora a países enteros (Japón), continentes enteros (Europa), espacios casi inconcebibles (toda Rusia desde Moscú a la frontera polaca donde, al llegar 1945, no quedó casi nada en pie). Donde había habido “civilización,” poco quedó después del segundo espasmo global de violencia permanente fuera de cadáveres, escombros, y espantapájaros humanos que se esforzaban por sobrevivir en las ruinas. Con la organización del Holocausto por los nazis, incluso el genocidio llegó a ser industrializado y el gas tóxico de la Guerra Mundial anterior fue utilizado de un modo mucho más eficiente.

Fue, desde luego, una forma de “globalización,” aunque muy pocas veces se considera su verdadera naturaleza cuando los estadounidenses destacan las experiencias de esa, su más grandiosa generación. Y no puede sorprender. Excepto en el caso de esos soldados que combatieron y murieron en el extranjero, simplemente no fue vivida por los estadounidenses. Es difícil creer ahora que, en 1945, la civilización europea, que había vivido una orgullosa paz de 1871 a 1914 mientras dominaba dos tercios del planeta, haya estado en ruinas absolutas; que se haya convertido en un sitio de genocidio, que sus ciudades hayan sido reducidas a escombros, sus campos devastados, sus tierras repletas de civiles muertos, sus calles inundadas de refugiados; una descripción que en tiempos recientes sería reconocible sólo en un sitio como Chechenia, o tal vez Sierra Leone.

Naturalmente, no fue la Primera o la Segunda, sino la Tercera “Guerra Mundial” la que cubrió casi la primera mitad de siglo de mi propia vida, y eso, temprano, pareció llegar a su culminación en la Crisis de Misiles de Cuba. Si se hubiera seguido la lógica de las guerras anteriores, sólo dos décadas después de la devastación “global,” pero todavía algo limitada, de la Segunda Guerra Mundial, la destrucción de la guerra habría sido aumentada exponencialmente una vez más. En ese breve período, la tecnología – en la forma de las bombas A y H, y las flotas aéreas que van con ellas, y de misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares – ya existía como para transformar a todo el planeta en una versión de esos pocos kilómetros del frente occidental, entre 1914 y 1918. Después de un intercambio nuclear entre las superpotencias, gran parte del mundo habría sido quemado totalmente, muchos cientos de millones o incluso miles de millones de personas destruidas, y – ahora lo sabemos – un invierno global inducido que podría concebiblemente habernos enviado en la dirección de los dinosaurios.

La lógica de la maquina de desarrollo de la guerra parecía conducir de modo inexorable, precisamente en esa dirección. De otro modo, cómo se podría explicar que EE.UU. y la Unión Soviética, mucho después de que ambas superpotencias tuvieron la capacidad de destruir toda vida humana en el Planeta Tierra, simplemente no hayan podido dejar de actualizar y aumentar a sus arsenales nucleares, hasta que EE.UU. tuvo unas 30.000 armas nucleares cerca de mediados de los años sesenta, y los soviéticos unas 40.000 en los años ochenta. Fue como si las dos potencias se prepararan para destruir numerosos planetas. Una guerra semejante hubiera producido el significado total de “mundial” y ningún océano, ninguna línea de defensa, habría dejado a salvo a algún continente, algún sitio. Es lo que la Tercera Guerra Mundial, que habrían tenido que bautizar retrospectivamente, hubiera significado (y, claro está, todavía podría significar).

O pensemos de otra manera en el desarrollo de la “guerra mundial” durante el Siglo XX. Pasó solo una generación, no más, entre el primer vuelo de los hermanos Wright en Kitty Hawk y el primer ataque con 1.000 bombarderos. En 1903, un frágil avión vuela 37 metros. En 1911, un teniente italiano en un avión sólo ligeramente menos frágil, que todavía parecía desafiar alguna ley esencial, lanza una bomba sobre un oasis en el Norte de África. En 1944 y 1945, armadas aéreas de 1.000 aviones parten y devastan ciudades alemanas y japonesas.

El 6 de agosto de 1945, todo el poder de esas armadas fue compactado en el vientre de un solo B-29, el Enola Gay, que lanzó su única bomba sobre Hiroshima, destruyendo la ciudad y a muchos de sus habitantes. Todo esto, de nuevo, tuvo lugar en poco más que una sola generación. De hecho, Paul Tibbets, quien piloteó el Enola Gay, nació sólo 12 años después de que despegara el primer avión rudimentario. Y sólo siete años después de la rendición de Japón, se probó la primera bomba H, un arma cuyo brutal poder destructivo hizo que la bomba que destruyó Hiroshima pareciera una simple bagatela.

Hay que reconocer que por doquier siguieron existiendo trazas de humanidad en medio de la carnicería. Después de todo, el avión que cargó esa primera bomba llevó el nombre de la madre de Tibbets y la bomba misma fue bautizada “Little Boy” [Niñito], como si se tratara de una experiencia natalicia. El nombre del segundo avión, “Bockscar,” no fue más que un chiste basado en la similitud del nombre de su piloto, Frederick Bock, quien ni siquiera lo piloteó ese día, y un “"boxcar" [furgón de mercaderías] de ferrocarril. Pero los eventos parecían impulsar a la humanidad hacia lo inhumano, hacia la transformación del planeta en un vasto Campo de la Muerte, hacia acontecimientos que ninguna palabra, ni siquiera “guerra mundial,” parecía captar.

Llegada a la Era de la Negación de la realidad

Fue, ciertamente, de este mundo del que EE.UU. emergió triunfante en 1945. La Gran Depresión de los años treinta no reapareció, a pesar de temores durante la guerra en sentido contrario. En un planeta en el que muchas de sus grandes ciudades se habían convertido en gran parte en escombros, un mundo de campos de refugiados y de privación, un mundo destruido (para apropiarme del título de un libro sobre el lanzamiento de la bomba atómica,) EE.UU. no había sido tocado.

La guerra mundial había, en efecto, demolido a todos sus rivales y convertido a EE.UU. en una fuerza motriz de la expansión económica. Esa guerra y la bomba atómica habían de alguna manera marcado el comienzo de una era dorada de abundancia y consumismo. Todos los sueños y deseos postergados del EE.UU. de la depresión y de tiempos de guerra – la lavadora, el televisor, el tostador, el automóvil, la casa suburbana, lo que quieras – repentinamente estaban a la disposición de considerables cantidades de estadounidenses. Los militares de EE.UU. comenzaron a desmovilizar y los antiguos soldados volvieron no a escombros, sino a nuevas casas en serie y educación por la Ley del Soldado.

El gusto de cenizas podrá haberse sentido en las bocas globales, pero el gusto del néctar (o por lo menos de Coca Cola) estaba en las estadounidenses. Y a pesar de ello todo esto quedó ensombrecido por nuestra propia “arma de la victoria,” por la oscura línea de pensamiento que condujo rápidamente a escenarios de nuestra propia destrucción en periódicos y revistas, en la radio, en películas, y en la televisión (pensad en "The Twilight Zone"[Dimensión desconocida / En los limites de la realidad]), así como en una avalancha de novelas que llevaron a los lectores más allá del fin del mundo y hacia paisajes que contenían futuros irradiados, hiroshimatizados repletos de “mutantes” y de campeones de la supervivencia. Los jóvenes, con su propio dinero de bolsillo para gastar a su gusto por primera vez en la historia – adolescentes a punto de convertirse en líderes de las tendencias de la moda – se vieron arrojados a un mundo mordaz, pero extrañamente emocionante, como he escrito en otro sitio, de “desesperación triunfalista.”

A nivel económico y gubernamental, el mundo de asoleado consumismo – abierto las 24 horas, 7 días a la semana –se refundió crecientemente con el mundo infatigable de las oscuras alertas atómicas, de armadas de aviones con armas nucleares en eterna vigilancia listas para despegar al instante para eliminar a los soviéticos. Después de todo, los pacíficos gigantes de la producción del consumo ahora tenían la doble función de gigantes de la producción de armas. Un keynesianismo militar impulsaba la economía de EE.UU. hacia una forma de consumismo en la que el deseo de un coche y de un misil cada vez más grande, de fogones eléctricos y tanques, de consolas de televisión y submarinos atómicos, estaba casado en las mismas entidades corporativas. Las compañías – General Electric, General Motors y Westinghouse, entre otras, que producían los íconos del hogar estadounidense, eran también importantes contratistas en el desarrollo de sistemas de armas que eran el preludio del Pentágono en su propia era de abundancia.

En los años cincuenta, entonces, pareció perfectamente natural que Charles Wilson, presidente de General Motors, llegara a ser secretario de defensa en el gobierno de Eisenhower, tal como generales y almirantes en retiro consideraran natural que pasaran a ser empleados de corporaciones que habían contratado sólo poco antes por cuenta del gobierno. Washington, dirección general de la abundancia global, también fue transformado en la dirección general de las fuerzas armadas planetarias. En 1957, 200 generales y almirantes, así como 1.300 coroneles u oficiales navales de rango similar, en retiro o con licencia, trabajaron para agencias civiles, y el financiamiento militar pasó a un Congreso que lo redirigió a distritos en todo el país. Hay que pensar en todo esto como el comienzo, no tanto del (medio) Siglo Estadounidense, sino de una Edad Estadounidense de la Negación de la realidad que duró hasta... bueno, pienso que en realidad puedo fijarle una fecha... hasta el 11 de septiembre de 2001, el día que “lo cambió todo.” Bueno, tal vez no “todo” pero, ahora, es mucho más claro precisamente qué cambiaron los ataques de ese día, el colapso de esas torres, el asesinato de miles – y precisamente cuán terrible, cuán cobarde pero, considerando nuestra historia previa, lo poco sorprendente que fue en realidad nuestra reacción a esos hechos.

Esas fechas – 1945 hasta 2001 – 56 años en los que la vida fue organizada, en un grado significativo, para salvaguardar a los estadounidenses contra un “Pearl Harbor atómico,” contra el pensamiento de que dos grandes océanos ya no eran protección suficiente para este continente, que EE.UU. era ahora parte de un mundo capaz de ser postrado. En esos años, el sol de la suerte brilló permanentemente sobre EE.UU., incluso mientras los periódicos estadounidenses, sólo semanas después de Hiroshima, comenzaron a dibujar círculos concéntricos de destrucción alrededor de ciudades estadounidenses y a imaginar su futuro en ruinas. Hay que pensar en esto como la historia sombría de esa era, la abrumadora ansiedad al borde de la abundancia, como esas calaveras, recuerdos de muerte, cuidadosamente colocadas entre cornucopias en pinturas holandesas de naturalezas muertas del Siglo XVII.

En esas décadas, la “carrera armamentista” nunca declinó, ni siquiera mucho después de que ambas superpotencias tuvieron una capacidad superabundante para destruirse mutuamente. Los armamentos para terminar con el mundo eran “perfeccionados” constantemente - MIRVed, sobre rieles, divididos en “tríadas” terrestres, marítimas, aéreas y, por cierto, cada vez más poderosos y exactos. Sin embargo, los estadounidenses, para utilizar la famosa frase de Herman Kahn, prefirieron casi siempre no pensar demasiado en lo “impensable” – y lo que significaba para ellos.

Cuando comenzaron los años ochenta, sin embargo, en una marea de asco ante décadas de negación de la realidad, se alzó brevemente un vasto movimiento antinuclear – en 1972 tres cuartos de un millón de personas marcharon contra esas armas en la ciudad de Nueva York – y el presidente Ronald Reagan reaccionó con su lucrativo (para la industria de armamentos) proyecto de fantasía de lanzar por lo alto al espacio un “escudo impermeable” contra armas nucleares, su programa de “Guerras Estelares”. Y entonces, en un casi-momento tan sorprendente como inesperado, en 1986, en Reykjavik, Islandia, Reagan y el dirigente soviético Mikhail Gorbachev casi hicieron que una fantasía semejante se realizara, no en el espacio, sino aquí mismo en el planeta Tierra. Llegaron al “borde” mismo – para utilizar un término de crisis nuclear de esos días – de un programa genuino para seguir decididamente el camino hacia la abolición de armas semejantes. Fue, de alguna manera, el casi-momento de más esperanzas de un siglo terrible y, ciertamente, fracasó.

Gracias en gran parte, sin embargo, a un hombre, Gorbachev, quien eligió conscientemente un camino de no-violencia, después de cuatro décadas de enfrentamiento nuclear en un mundo totalmente militarizado de MAD (destrucción mutuamente asegurada) – y para la sorpresa, incluso incredulidad, del Washington oficial – la URSS simplemente desapareció, y eso casi de un modo totalmente pacífico.

Se podría medir la era de la negación de la realidad hasta ese momento tanto por el nivel de resistencia oficial a reconocer ese hecho obvio y por el audible suspiro de alivio en EE.UU. Por fin había pasado todo. Fue, por supuesto, llamado una “victoria,” aunque resultó ser todo lo contrario.

Y sólo entonces comenzó la verdadera locura. Aunque hubo, en EE.UU., modestos barboteos sobre un “dividendo de paz,” la idea de “paz” en realidad nunca se impuso. Los miles de armas en el arsenal nuclear de EE.UU., que al parecer habían perdido su sentido y cuya existencia debería haber sido un recuerdo embarazoso de la Era de la Negación de la realidad, fueron simplemente empujadas más hacia la sombra y generalmente ignoradas u olvidadas. Asignadas inicialmente a ninguna otra tarea, y sin el menor hipo de protesta en su contra, fueron colocadas en una especie de limbo estratégico y, como la loca en el ático, no fueron mencionadas durante años.

Mientras tanto, quedó claro a fines del siglo que el “dividendo de paz” iría en su mayor parte al Pentágono. En el momento mismo cuando, sin la Unión Soviética, EE.UU. podría haber aceptado su propia vulnerabilidad a largo plazo y comenzado a trabajar hacia un mundo en el que la destrucción era una parte menos obvia del orden del día, el gobierno de EE.UU., en lugar de hacerlo, se lanzó, como la Mayor de las Grandes Potencias (la “nueva Roma,” la “nueva Gran Bretaña”), a una serie de guerras neocoloniales en las periferias. Comenzó a desarrollar una constelación de nuevas bases militares dentro y alrededor de los centros petrolíferos del planeta, mientras reforzaba un poderío militar y tecnológico con la intención de no tolerar futuros oponentes. La famosa frase de Orwell de su novela 1984: “guerra es paz,” ya estaba en vigor antes de que asumiera el segundo gobierno de Bush.

Llámeselo un momento a la Mr. Spock, en el que sólo se quisiera decir “ilógico.” Al quedar solo una superpotencia, la Edad Estadounidense de la Negación de la realidad no se disipó. Sólo se profundizó y cualquier evaluación seria del verdadero planeta en el que todos vivimos fue cuidadosamente evitada.

En esos años, se determinó esencialmente que el mundo era “plano” y, en ese “campo de juego raso,” se globalizaba gloriosamente, nos dijeron. Se proclamó que esa Era de Globalización oficial – parecía que no se podía mirar a ninguna parte sin ver esa palabra – era otra era fabulosamente asoleada de maravilla y abundancia. Todos en el planeta se pondrían ahora zapatillas Air Jordan y camisetas Mickey Mouse, comerían bajo los Arcos Dorados, y serían bombardeados con “información”... ¡Hurra!

Las noticias circulaban por el planeta casi instantáneamente en esa autoproclamada nueva Era de la Información. (¡Oh!, sí, hubo muchas nuevas y gloriosas “eras” en ese breve lapso histórico de auto-celebración.) Pero, con la Unión Soviética en el cubo de basura de la historia – olvidad que Rusia, a punto de convertirse en una importante potencia energética, todavía mantenía sus fuerzas nucleares – y con el planeta, incluyendo los antiguos territorios soviéticos en Europa Oriental y Asia Central abierto a la penetración “globalizadora,” pocos se preocuparon de mencionar ese otro nexo de fuerzas que se habían globalizado en el siglo anterior: las fuerzas de destrucción planetaria.

¿Y los estadounidenses? No hay que creer que George W. Bush fue el primero en instarnos a “sacrificarnos” gastando nuestro dinero y visitando Disney World. Esa fue la historia de los años noventa y representó la más profunda de todas las denegaciones, un cerrar de los ojos total ante cualquier futuro razonablemente posible. Si el mundo era plano, ¿por qué no íbamos a conducir felices directamente más allá de su borde? El vehículo todo terreno, la hipoteca de alto riesgo, la McMansión en el suburbio distante, el viaje de 160 kilómetros al trabajo... lo que sea, lo hicimos. Pagamos el precio, por así decir.

Y mientras quemábamos petróleo y gastábamos el dinero que a menudo no poseíamos, y en cantidades prodigiosas, la “globalización” iba avanzando lentamente hacia los campos empobrecidos de Afganistán.

Una acción feroz por la negación de la realidad en la retaguardia

Esto, claro está, casi nos lleva a nuestro propio momento. A los neoconservadores, que se colocan sus salacotes y planean su Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense (que se quería como el antiguo Siglo XIX, sólo más grande, mejor, y totalmente estadounidense), la única fuerza que realmente importaba en el mundo eran los militares estadounidenses, que dominarían, y el gobierno de Bush, compuesto inicialmente de tantos de ellos, estuvo de acuerdo, lo que no es sorprendente. Resultó ser uno de los grandes errores de interpretación de la naturaleza del poder en nuestro mundo.

Ya que lo que sucedió antes en este informe ha sido largo, quisiera que esto – nuestro propio momento opacado y deprimente – fuera relativamente corto y bueno. El 11 de septiembre de 2001, terminó la Era de la Negación de la realidad en el “hongo nuclear” del World Trade Center. No fue por error que, dentro de 24 horas, el sitio donde habían caído las torres fue declarado “Zona Cero”, un término previamente reservado para una explosión atómica. Desde luego, no había ocurrido realmente una explosión semejante, ni un Apocalipsis de destrucción. Ninguna ciudad, continente, o planeta habían sido vaporizados, pero para los estadounidenses, esperando secretamente todas esas décadas que su “arma de la victoria” volviera a casa, pareció brevemente como si lo fuera.

El choque de descubrir, por primera vez y de un modo intuitivo, que EE.UU. continental, también, podría estar en algún epicentro planetario de destrucción fue indudablemente inmenso. En los medios, momentos apocalípticos – ántrax, plagas, bombas sucias – sólo se multiplicaron y la mayoría de los estadounidenses, todavía seguros en sus hogares, se acuclillaron aterrorizados para esperar varios guiones fatídicos que nunca tuvieron lugar. Mientras tanto, otras realidades globalizadoras insidiosas pero desagradables, que iban de la “adicción al petróleo” de EE.UU. al cambio climático, siguieron siendo asiduamente ignoradas. En EE.UU., fue, se podría decir, la “verdad inconveniente” de esos años.

La reacción ante el 11-S fue, para decir lo menos, sorprendente – y extremadamente cobarde. Aunque la Guerra Global contra el Terror del gobierno de Bush (es decir la Cuarta Guerra Mundial) ha sido representada de muchas maneras, nunca, sospecho, ha sido vista como lo que puede haber sido con la mayor probabilidad: una acción desesperada y feroz de retaguardia para extender la Edad Estadounidense de Negación de la realidad. Mostraríamos, como urgió el presidente directamente después del 11-S. nuestra confianza en el sistema estadounidense actuando como si nada hubiera pasado y, desde luego, haciendo esa visita a Disney World. Mientras tanto, como “comandante en jefe” nos emparedaría y libraría una “guerra global” para apartar a las fuerzas que nos amenazaban. Mejor todavía, esa guerra tendría de nuevo lugar sobre su suelo, no el nuestro, por siempre jamás, amén.

El lema del gobierno de Bush podría haber sido: Paga cualquier precio. O sea: otros pagarían cualquier precio – desaparición, tortura, falso encarcelamiento, muerte desde el aire y por tierra – para que nosotros nos mantengamos en negación de la realidad. Una pugnaz y desastrosa “guerra” contra el terrorismo, junto con sub-guerras, apodadas “frentes” (centrales u otros), serían realizadas para imponer por la fuerza nuestra continua Edad de Negación de la realidad al resto del planeta (y suavizar los costes de nuestra adicción al petróleo). Sería la nueva Pax Estadounidense, una “cruzada” de sorpresa y conmoción (para utilizar una palabra que se escapó de la boca del presidente poco después del 11-S) lanzada en nombre de la “seguridad” y de la “seguridad nacional” estadounidenses.” Casi ocho años después, como en la actual campaña presidencial de 2008, siguen siendo ídolos a los cuales los políticos estadounidenses, los medios dominantes, e hipotéticamente numerosos ciudadanos siguen mostrando una obediencia atemorizada.

El mensaje del 11-S fue, en realidad, bastante claro – lejos del tema de quién lo transmitía y con qué intención. Fue: Este es el futuro de EE.UU.; tratadlo como sea, os guste o no, vais a ser parte de la dolorosa historia moderna de este planeta.

Y la ironía que lo acompañó fue la siguiente: Mientras más feroz la reacción, mientras más tratamos de imponer a otros el coste de la negación de esta realidad central, más rápido parecía que se aproximara la historia – esa sombría historia fantasma de la era de la Guerra Fría.

Tarjeta postal desde el borde

Lo que he escrito hasta ahora no ha sido exactamente una tarjeta postal. Pero si tuviera que reducir todo esto al tamaño de una tarjeta, podría escribir:

Nuestra esperanza es: La historia nos sorprendió y conseguimos superarla. De alguna manera. En ese peor de todos los siglos, el último, no pasó lo peor, de ninguna manera.

Y nuestro problema es: Todavía podría suceder – y, 64 años después, de más maneras que las que nadie hubiera podido imaginar.

Y una conclusión provisoria: Y sucederá, de una u otra manera, a menos que la historia vuelva a sorprendernos, a menos que, de una u otra manera, nos sorprendamos nosotros mismos y EE.UU. termine su era de negación de la realidad.

Y una pequeña posdata: No es demasiado tarde. Nosotros – nosotros, estadounidenses, – todavía podemos hacer algo que importe respecto al destino de la Tierra.

Copyright 2008 Tom Engelhardt


El Vaticano condena la prohibición de mendigar adoptada en Italia

TeleSur/aporrea.org
08/08/08

El Vaticano, a través del encargado del Concejo Pontificio para la justicia y la migración, el cardenal Renato Martino, condenó este viernes como inaceptables las medidas adoptadas en Italia contra la mendicidad.

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"Mendigar es un derecho fundamental para aquellos que tienen hambre y frío. El pobre tiene derecho a pedir un pedazo de pan y de querer la ayuda del prójimo", afirmó el purpurado en una entrevista al diario Il Corriere della Sera.

"Prohibir la mendicidad es inaceptable en general. Hoy en día no existe otro medio en los casos de extrema necesidad y creo que por el momento nadie ha encontrado otro mecanismo", agregó.

Dos ciudades, entre las más turísticas de Italia, Venecia y Florencia, prohibieron desde hace poco pedir limosna.

Verona y Ravena (nordeste) también prohibieron la mendicidad, mientras el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, anunció que está evaluando la adopción de medidas similares.

En Asís, la ciudad donde nació y murió San Fracisco (1182-1226), conocido como el santo de los pobres, se veta desde abril pasado que los mendigos vaguen a 500 metros de distancia de las iglesias, los lugares de culto y las plazas y edificios públicos.

Georgia inicia una ofensiva militar contra provincia separatista y Rusia envía tanques

IAR Noticias
09/08/08

Luego de que Rusia advirtiera este domingo del peligro de un conflicto militar "a gran escala" entre Georgia y su región separatista de Osetia del Sur -a la que apoya Moscú-, este viernes los combates se intensificaron tanto en Osetia como en sus alrededores, cuando las tropas de Georgia, apoyadas por aviones, lanzaron una ofensiva contra las fuerzas separatistas en un intento de retomar el control del territorio. Georgia denuncia la presencia de tanques rusos en su territorio, y tanto la UE como EE UU han llamado a las partes a frenar la escalada de violencia, que amenaza con incendiar el Cáucaso y con hacer estallar las ya tensas relaciones entre Moscú y la OTAN.

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Los temores de una guerra entre Rusia y Georgia se avivaron este viernes ante anuncios de que tanques rusos ingresaron a sectores de Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, apenas horas después de que el gobierno georgiano dijera que sus tropas habían tomado la ciudad.

Georgia sostiene ahora que sus fuerzas controlan una parte de Tsjinvali y los rusos otra zona.

Tanques rusos ingresaron el viernes en Georgia, cerca de la convulsionada región separatista de Osetia del Sur, informó el Gobierno de Tiflis, que acusó a Moscú de iniciar un guerra en el territorio.

Antes de que se informara de los tanques rusos avanzando hacia Tsjinvali, el presidente ruso Dmitry Medvedev advirtió que Moscú "defendería a sus compatriotas".

"Yo debo proteger la vida y la dignidad de los ciudadanos rusos, estén donde estén. No vamos a dejar que sus muertes queden sin castigo", subrayó.

Rusia tiene fuertes vínculos con la región separatista y el 90% de los osetios del sur tiene pasaportes de

Los combates entre las fuerzas georgianas y los separatistas apoyados por Rusia se intensificaron en Tskhinvali, la capital de Osetia del Sur, después de que Tiflis enviara tropas a recuperar el territorio, que se separó en los años 90.

Marat Kulajmetov, comandante de las fuerzas de paz rusas en el territorio, dijo a la agencia Interfax desde Tskhinvali que "como resultado de muchas horas de bombardeos de armas pesadas, la ciudad está prácticamente destruida".

Andrei Chistyakov, un corresponsal de la cadena de televisión rusa Vesti-24, dijo que al menos 15 civiles habían muerto en Tskhinvali, donde miles de personas acudieron a refugios subterráneos: "Los cuerpos de esa gente fueron vistos en jardines y en las calles".

Previamente, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, dijo que su país defendería a sus ciudadanos en Osetia del Sur. Entretanto, el canciller ruso, Sergei Lavrov, habló de "limpieza étnica".

Por su parte, medios de comunicación georgianos aseguran que baterías antiaéreas del ejército de su país habrían derribado dos cazas rusas Su-24, algo que las autoridades rusas niegan.

Asimismo, se ha informado de la muerte de al menos diez integrantes de las fuerzas de paz rusas en la capital de Osetia del Sur.

Este viernes el presidente de Georgia, Mikheil Saakashvili, acusó a Rusia de realizar una incursión en territorio georgiano, y ha señalado que vehículos armados han entrado en la región separatista de Osetia del Sur.

"Ciento cincuenta tanques rusos, transportes de personal blindados y otros vehículos han entrado en Osetia del Sur (...). Esta es una clara intrusión en el territorio de otro país. Tenemos tanques rusos en nuestro territorio, aviones en nuestro territorio a plena luz del día", señaló el mandatario citado por Reuters.

Saakashvili añadío que "las fuerzas georgianas han derribado dos aviones de combate rusos sobre el territorio de Georgia", aunque no ha dado más detalles.

Sin embargo, un alto funcionario de Seguridad, ha precisado que aviones rusos han bombardeado la base militar Vaziani, situada a unos 25 kilómetros de Tiflis, la capital georgiana.

"Nadie ha resultado herido, pero algunos edificios han sido destruidos", ha señalado el funcionario Kakha Lamaia, quien ha agregado: "ellos nos han declarado la guerra".

Fuentes del Ministerio del Interior georgiano han señalado, por su parte, que dos aviones rusos de combate han sido abatidos.

La Casa Blanca solicitó este viernes a las partes en conflicto que "pongan fin de inmediato a la violencia y entablen negociaciones para resolver pacíficamente la crisis".

Desde Pekín, donde se encuentra el presidente de EE UU, George W. Bush, para asistir a la apertura de los Juegos Olímpicos, el portavoz de la presidencia, Gordon Johndroe, ha sido el encargado de llamar a la pacificación.

La Unión Europea, por su parte, está "muy preocupada" por la evolución "dramática" de la situación en la región georgiana de Osetia del Sur, indicó hoy Cristina Gallach desde Bruselas, portavoz del Alto Representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana.

"Lamentamos la pérdida de vidas humanas y el sufrimiento de la población civil", añadió Gallach, quien también recordó el mensaje de la Unión "a todas las partes" implicadas en el conflicto para que "cese inmediatamente" la violencia.

La Unión Europea mantiene, además, "contactos permanentes" con sus socios internacionales sobre la evolución de la situación, concluyó.

También la OTAN, por boca de su secretario general, Jaap de Hoop Scheffer, llamó a las partes a detener "inmediatamente" los choques armados y a utilizar el diálogo directo como solución. Scheffer también se mostró "seriamente preocupado por los sucesos que están registrándose en la región georgiana de Osetia del Sur" y, como el resto, asegura que la Alianza sigue de cerca la situación.

Ante el agravamiento de la situación, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) instó a las partes a negociar.

"La intensa lucha en esa zona puede escalar a una guerra", advirtió el ministro de Exteriores finlandés y presidente de turno de la OSCE, Alexander Stubb.

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha pedido la apertura de un corredor humanitario para proceder a la "evacuación de la población civil de la zona de conflicto y para el paso de ambulancias para evacuar a los heridos".

Además, pide a georgianos, osetios y rusos que "respeten las leyes internacionales humanitarias, no apunten a los civiles y se aseguren de que el material y los transportes médicos puedan atender a los heridos".

Georgia lanzó el jueves por la noche un "asalto" a la república separatista de Osetia del Sur y tenía rodeada la capital regional, Tskhinvali, para "restaurar el orden constitucional", anunciaron los gobiernos georgiano e independentista.

"Está en curso un asalto, con combates en los alrededores de Tskhinvali", declaró a la AFP en la noche del jueves el portavoz del Ministerio del Interior georgiano, Chota Otiachvili.

Horas más tarde, el ministro de Reintegración georgiano, Temur Iakobachvili, anunció a la AFP que "Tskhinvali está rodeada por las fuerzas armadas georgianas", subrayando que Tíflis no tiene como objetivo "asaltar Tskhinvali, sino neutralizar las posiciones de los separatistas".

Anteriormente, el presidente oseta, Eduard Kokoity, había anunciado, en declaraciones a la agencia rusa Interfax, el estallido de "combates violentos" entre las fuerzas georgianas y osetas cerca de Tskhinvali y calificó la ofensiva como una acción "pérfida y vil" del gobierno del presidente georgiano Mijail Saakachvili.

Según el el jefe de las fuerzas georgianas de mantenimiento de la paz en esta región separatista, el general Mamuka Kurachvili, el gobierno georgiano ha decidido "restaurar el orden constitucional" en Osetia del Sur.

El presidente pro-occidental de (aliado del eje EEUU-UE) Georgia, Mijeil Saakashvili, dijo el viernes que sus fuerzas habían "liberado" gran parte de Tskhinvali, capital de la región, y acusó a Rusia de conducir una operación "a gran escala" contra Georgia y aseguró que el Ejército ruso está bombardeando "ciudades pacíficas" del territorio georgiano, según informó la agencia de noticias Novosti-Georgia.
Saakashvili ordenó una completa movilización de los reservistas militares.

"Puedo declarar ante todo el mundo que Georgia es víctima de una agresión militar a gran escala", repitió en un mensaje televisado a la nación. "En los últimos minutos y en las últimas horas se ha sometido a bombardeo el territorio georgiano por parte de Rusia. No es sino una agresión internacional clásica", añadió.

"Quisiera dirigirme a la comunidad mundial, quisiera pedir que la Federación de Rusia ponga término de inmediato a los bombardeos de las ciudades pacíficas de Georgia", destacó el líder georgiano. "No tenemos nada que temer. Es nuestra patria y defendemos Georgia y nuestro futuro. La victoria será la nuestra porque defendemos nuestra patria", concluyó Saakashvili.

A su vez, según agencias rusas, Moscú informó que varios soldados rusos de la fuerza de paz han muerto como consecuencia de un bombardeo del Ejército georgiano contra sus bases en la capital de la región separatista de Osetia del Sur.

"Las tropas georgianas abrieron fuego directamente contra las bases de emplazamiento de las tropas rusas en Tsjinvali", indicó un portavoz del comando, quien precisó que varios proyectiles de artillería y misiles impactaron contra los cuarteles.

"Los líderes de Georgia han recurrido a acciones muy agresivas en Osetia del Sur, de hecho comenzaron una potente ofensiva utilizando armamento pesado y artillería", dijo el primer ministro ruso Wladimir Putin en Pekín, donde se encuentra de visita.

"Hay víctimas, incluidos pacificadores rusos", añadió, hablando en una reunión con el presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev. "Esto es muy triste y desencadenará una respuesta", dijo, sin dar más detalles.

La agencia de noticias rusa Interfax informó que tropas georgianas habían entrado en Tskhinvali tras mantener intensos combates durante la noche.

El portavoz del Ministerio del Interior Chota Otiachvili dijo que las fuerzas georgianas habían también luchado contra dos convoys de "mercenarios" que habían entrado en Osetia del Sur desde Rusia, camino a Tskhinvali.

La situación se agravó en los últimos meses en ambos territorios, tras la decisión de Moscú en abril de estrechar sus vínculos con los dirigentes independentistas, lo que refuerza las sospechas del Gobierno de Georgia, que acusa a Rusia de querer anexionarse ambas regiones.

Rusia considera que Georgia, para su indignación aspirante a entrar en la OTAN, quiere retomar por la fuerza el control de Abjasia y Osetia del Sur.

El embajador especial ruso Yuri Popov anunció que este viernes se producirá "un encuentro en torno a las 13H00 (09H00 GMT) bajo mediación rusa" en Tskhinvali entre el ministro de Reintegración georgiano, Temur Iakobachvili, y el viceprimer ministro suroseta, Boris Chochiev.

El presidente de la también república separatista georgiana de Abjasia, Sergei Bagapch, prometió "apoyo" a su homólogo oseto. Un millar de voluntarios abjasios se dirigen hacia Osetia del Sur para ayudar a los osetos, dijo Bagapch a la agencia Interfax.

El presidente de la república rusa de Osetia del Norte, Taimuraz Mamsurov, también anunció que "centenares de voluntarios" parten hacia su vecina del sur. "No podemos detenerles... Yo mismo salgo para Tskhinvali", aseguró a Interfax.

La tensión en Osetia del Sur, poblada por 70.000 habitantes, y en otra región separatista georgiana, Abjasia, ambas apoyadas por Moscú, se agravó durante los últimos meses y tiene como telón de fondo las rivalidades ruso-georgianas por el control de la región.

Osetia del Sur, que proclamó su independencia en 1992 tras el desmoronamiento de la URSS, quiere adherirse a la Federación de Rusia, de la que ya forma parte Osetia del Norte.

El conflicto se inscribe en el marco general de la nueva "guerra fría" por áreas de influencia que mantienen Rusia y el eje EEUU-Unión Europea en el espacio postsoviético.

De la cual también forma parte la crisis Rusia-EEUU por la instalación de un escudo nuclear norteamericano en Polonia y la República Checa.

Caída en el crecimiento de la eurozona

IAR Noticias
09/08/08

El euro caía a un mínimo de 5 meses contra el dólar el viernes después de que el Banco Central Europeo (BCE) resaltara los riesgos de una caída en el crecimiento, mientras que las bolsas y el precio del petróleo mostraban descensos.

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El índice del dólar frente a una cesta de las principales divisas subía a su nivel más alto en más de cinco meses mientras analistas e inversores ven lógico un rebote desde los mínimos de principios de año al ponerse de manifiesto que la desaceleración está afectando a otras economías.

En este contexto, el euro cedía un 0,7 por ciento frente a sus últimos cambios en Nueva York para cotizar a 1,5208 dólares. La divisa europea llegó a caer en la sesión asiática hasta 1,5195 dólares, su nivel más bajo en cinco meses.

El euro también caía frente a la divisa japonesa alrededor de un 0,5 por ciento hasta 166.75 yenes.

Mientras, el dólar repuntaba un 0,2 por ciento frente al yen cambiándose a 109,61 unidades, cerca del máximo de siete meses alcanzado esta semana.

La cobertura de posiciones cortas en dólares también hizo caer a otras divisas de alta rentabilidad como el dólar australiano o el neozelandés, que se dejaban un uno y un dos por ciento, respectivamente.

Tras dejar los tipos de interés sin cambios el jueves en el 4,25 por ciento, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo que esperaba que el crecimiento en la zona euro se debilitara sustancialmente este año pese a que prevé que la inflación se mantenga por encima de la meta del banco.

En todo caso, los inversores interpretaron los comentarios de Trichet con respecto a la desaceleración económica como un síntoma de que es más difícil que el banco central suba tipos e incluso, eventualmente, podría cambiar su actual política monetaria restrictiva.

Hay pruebas crecientes de que los problemas económicos se están propagando a otras partes del mundo desde Estados Unidos, epicentro de una crisis de crédito que ya lleva un año. El Royal Bank of Scotland informó el viernes de una pérdida de 691 millones de libras esterlinas en el primer semestre.

Si bien la pérdida de RBS es una de las mayores en la historia corporativa de Reino Unido, no fue la catástrofe que algunos habían esperado, ayudando a estabilizar las acciones de otros bancos. Esto sostenía un alza en el índice FTSEurofirst 300 del 0,2 por ciento.

El índice MSCI para las principales acciones del mundo caía un 0,56 por ciento.

El promedio Nikkei de Tokio finalizó con un alza del 0,3 por ciento, impulsado por una ganancia del 5,5 por ciento en las acciones de Toyota Motor después de que la automotriz se aferrara a su pronóstico de beneficios pese a una caída del 28 por ciento en sus beneficios trimestrales.

Fuera de Japón, las acciones en Asia-Pacífico cayeron un 0,87 por ciento.

El dólar se apreciaba casi un 1 por ciento frente a una canasta de monedas, mientras que se fortalecía a 1,5134 dólares por euro, casi 10 centavos por encima del récord mínimo establecido el mes pasado.

El petróleo ligero estadounidense caía más de 2 dólares, y tocó un mínimo diario por debajo de los 118 dólares por barril, a casi 30 dólares del máximo histórico tocado en julio.

El oro al contado caía a un mínimo de 863 dólares por onza, su peor nivel en ocho semanas.

Fannie Mae pierde US$2.300 millones

BBC
08/08/08

Dos días después de que su empresa gemela Freddie Mac revelara pérdidas por US$821 millones, Fannie Mae, una de las grandes compañías de financiamiento de créditos hipotecarios en Estados Unidos, presentó un balance aún peor.

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La crisis crediticia del mercado inmobiliario estadounidense, llevó a Fannie Mae al saldo en rojo y a pérdidas netas en tres meses de US$2.300 millones hasta el pasado 30 de junio, comparado con ganancias de US$1.970 millones el año anterior.

Lea: Freddie Mac, peor de lo esperado

Fannie Mae y Freddie Mac son dos gigantes del mercado hipotecario que manejan la mitad de los préstamos inmobiliarios en Estados Unidos y manejan entre ambos un volumen de dinero del orden de US$5 millones de millones.

Respaldadas por el gobierno, ambas firmas hipotecarias son dueñas o garantizan cerca de la mitad de las deudas de créditos hipotecarios del país.

Como garantes de los créditos, Fannie Mae y Freddie Mac deben pagar cuando la gente está en mora con sus préstamos.

Mercado difícil

Pero como resultado de los recientes infortunios del mercado de vivienda y la consecuente crisis de las hipotecas subprime, ambas compañías han tenido serias dificultades.

Fannie Mae dijo que la actual crisis de vivienda ha agregado a sus desgracias la suma de US$5.300 millones en costos crediticios.

Las últimas pérdidas de la firma, que son tres veces mayores de lo que los analistas estimaban, siguen a US$2.200 millones desaparecidos en los primeros tres meses del año.

"Los resultados de nuestro segundo trimestre reflejan las condiciones cambiantes en los mercados inmobiliarios y de crédito que comenzaron en 2006 y se han profundizado a través de 2007 y 2008", dijo Daniel H. Mudd, presidente y director ejecutivo de Fannie Mae.

Agregó que la firma también ha dado pasos para conseguir US$7.000 millones adicionales para ayudar a sostener el más difícil mercado de vivienda en más de 70 años en Estados Unidos.

Y como parte del plan Fannie Mae redujo su dividendo de US$0.35 a US$0.05, aumentando sus derechos y dando pasos para reducir en un 10% sus costos.