'Escandalosas' y ‘perturbadoras’ escuchas de la NSA, indican los críticos

Justin Rood
Noticias ABC
10/10/08
Traducción: El Averiguador

Un panel del senado está investigando versiones que señalan que trabajadores secretos del gobierno escucharon comunicaciones de miembros de servicio americano, periodistas y trabajadores de ayuda en el extranjero.


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En el anuncio de la investigación, el jefe del comité de inteligencia del senado, Jay Rockefeller (D-WV), llamó a las acusaciones, realizadas en Noticias ABC, “extremadamente perturbadoras”.

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El jefe del comité de inteligencia nacional, Silvestre Reyes, también está en busca de respuestas por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) acerca de las aparentes violaciones a la privacidad americana. “La NSA debe hacernos saber acerca de qué trata esta historia”, indicó un vocero de Reyes a Noticias ABC el día jueves. “Fuimos más allá e hicimos una investigación y hemos estado en contacto con la NSA. Estamos a la espera de información más detallada”.

En Capitol Hill, la reacción fue rápida y afilada ante las noticias acerca de que oficiales de inteligencia de EEUU escucharon cientos de conversaciones privadas, incluyendo charlas de alcoba entre oficiales militares y sus esposas.

“Este escandaloso episodio es un recordatorio de que los poderes de vigilancia del gobierno pueden ser utilizados para invadir los más íntimos pensamientos de aún las personas de más confianza”, dijo Lisa Graves, del Centro de Estudios de Seguridad Nacional, y ex oficial del Departamento de Justicia.

“El informe es una acusación, no solo de la administración de Bush, sino de todos aquellos líderes políticos, Demócratas y Republicanos, que han estado diciendo que a la rama ejecutiva se le pueden confiar poderes de vigilancia que esencialmente no tienen supervisión”, acusó Jameel Jaffer, director del programa de seguridad nacional de la Unión de Libertades Civiles Americanas.

“Cuando dicen, ‘confíen en nosotros, no estamos escuchando a los americanos’, esto demuestra que sí lo están haciendo”, dijo Jennifer Granick, de la Fundación Frontera Electrónica (EFF) con base en San Francisco. Su grupo está demandando al gobierno federal para detener los programas de escuchas sin garantías y responsabilizar a oficiales del gobierno. “Esto debería ser preocupación de todos”.