Satisfacción general en el Líbano por nuevo gabinete

Sami Moubayed
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
31/07/09

Después de un considerable retraso, se anunció en Beirut el miércoles que el primer ministro designado de Líbano, Saad Hariri había logrado crear un gabinete de unidad nacional, que incluye a dos miembros de Hezbolá.

Aunque todavía no han sido publicados los nombres oficiales, se espera que el gabinete sea anunciado el 1 de agosto. Aliados de Siria, Irán, Arabia Saudí, Francia y EE.UU. estarán todos incluidos en el gabinete de Hariri. Muchos creen que este logro es el resultado directo de la mejora de relaciones entre Siria y Arabia Saudí por un lado, y Siria y EE.UU. por el otro.

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Tiene lugar sólo días después que el enviado del presidente Barack Obama de EE.UU. para Oriente Próximo, George Mitchell, finalizara una exitosa visita a Siria y un anuncio de que EE.UU. estaba levantando ciertas sanciones impuestas a Damasco por el gobierno de George W Bush en 2004.

Esta semana, Mitchell se reunió con el presidente sirio Bashar al-Assad y describió las conversaciones como “positivas”. El mismo día, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Andrew J Laine, dijo que EE.UU. había decidir eximir a Siria de sanciones “relacionadas con tecnología de la información y equipamiento de telecomunicaciones y partes y componentes relacionadas con la seguridad de la aviación civil.”

Hace meses que se habla de la reducción de sanciones como preludio para una mejora de las relaciones entre Siria y EE.UU. EE.UU. tomó la delantera en junio al anunciar que enviaría un embajador a Damasco para ocupar un puesto que ha estado vacante, por órdenes de Bush, desde 2005.

Ahora tiene lugar un progreso en el Líbano que satisface a EE.UU. Hariri, de 39 años, estaba absolutamente determinado a crear un gabinete. Es su primer intento de ocupar el puesto de primer ministro, y como cualquier otro político ambicioso no quería fracasar.

El rechazo de una oferta del presidente Michel Suleiman hubiera sido una catástrofe para su carrera política, igual como si no hubiera logrado que participaran todos los partidos, porque sin Hezbolá el gabinete habría estado condenado al fracaso desde el primer día.

Durante un mes, Hariri no logró conseguir la participación de Hezbolá debido al controvertido poder de veto que ese partido quería en el gobierno. La oposición dirigida por Hezbolá, que controla 57 escaños en el parlamento, pedía un poder de veto mediante un tercio de los puestos del gabinete, que le daría el derecho a obstruir legislación problemática, sobre todo la que se relaciona a las armas de Hezbolá, y el tribunal internacional creado para tratar el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri en Beirut en 2005.

Fuentes en la coalición pro-occidental de Hariri, 14 de Marzo, culparon a Hezbolá por el impasse, y algunos incluso afirmaron que ya que la oposición no dispone de mayoría en el parlamento, no tendría derecho al poder de veto en el próximo gabinete.

El jefe de Hezbolá, Hassan Nasralá se pronunció el viernes pasado, negando que el “dilema del tercio bloqueador” tuviera que ver con la demora en la formación del gabinete. Pero en realidad, Hezbolá estaba preocupado por la perspectiva de una nueva crisis con Hariri, especialmente después del artículo publicado en una publicación alemana hace dos meses que afirmaba de modo terminante que miembros de Hezbolá estuvieron implicados en el asesinato de Rafik Hariri, padre de Saad.

Saad Hariri y su equipo trataron en 2006 y 2007 de cuestionar las armas de Hezbolá, afirmando que querían imponer la Resolución 1559 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2004 que, entre otras cosas, llama a “disolver y desarmar todas las milicias libanesas y no-libanesas.”

Nasralá incluso acusó a Hariri, directamente después de la guerra entre Hezbolá e Israel en 2006, de haber alentado a EE.UU. e Israel para que continuaran su guerra en el Líbano, con el objetivo de aniquilar a la resistencia libanesa. En un momento, en mayo de 2008, Hezbolá incluso se enfrentó militarmente a miembros de 14 de Marzo en las calles de Beirut. Fue el resultado de un intento fracasado del primer ministro Fouad al-Siniora de desmantelar la red de telecomunicaciones del partido en el Aeropuerto Internacional de Beirut.

En vista de esas preocupaciones, fue sólo natural que Hezbolá exigiera una autoridad de un tercio bloqueador en cualquier gabinete, considerando que se había separado del gabinete de Siniora en 2007, precisamente porque no tenían el poder necesario para obstruir legislación que consideraban como dañina para el futuro político y militar del partido.

El problema del tercio bloqueador ha sido resuelto ahora de modo creativo, con el máximo de protección de las apariencias para Saad Hariri. Todos los partidos están ahora de acuerdo en que el equipo de Hariri ocupe 15 puestos en el nuevo gabinete, 10 serán para la oposición y el presidente independiente Michel Suleiman nombrará cinco. El presidente nombrará a los ministros de defensa e interior, junto con tres ministros de Estado, que serán un suní, un chií y un cristiano.

Por consenso, se acepta ahora que la oposición escogerá al ministro chií del bloque del presidente. Lo que quiere decir que la oposición tendrá técnicamente sólo 10 puestos, pero que tendrá efectivamente a 11 ministros bajo su comando. Once ministros significarían en realidad que el equipo de Hezbolá tendrá el tercio bloqueador, mientras su relación con Suleiman siga siendo fuerte. En todo caso, es un adelanto considerable para Hezbolá, que ahora logra una victoria más en el sistema político libanés.

Las carteras chiíes en el gabinete de Hariri serán divididas correspondientemente entre dos partidos pro-sirios: Hezbolá que nombrará dos ministros, y Amal, que obtiene un total de tres. Amal ya ha escogido los ministerios de Exteriores, Salud e Industria. Hezbolá aún no ha nombrado sus ministros. Cinco puestos suníes irán al equipo de Hariri, y tres al líder druso Walid Jumblatt, que incluyen el Ministerio de Información.

El príncipe Talal Arslan, protegido de Hezbolá y peso pesado druso en su propio derecho, ha sido alejado del gabinete por consenso entre Hezbolá y 14 de Marzo. Ziad Baroud, maronita, conserva su puesto como ministro del interior – después de realizar un excelente trabajo, desde todo punto de vista – al asegurar elecciones parlamentarias seguras en junio.

Elias al-Murr, ortodoxo romano, también sigue como Ministro de Defensa. Hariri tendrá carteras importantes como Economía, Educación, Cultura y Justicia. Samir Gagegea, influyente cristiano en 14 de Marzo y enérgico crítico de Hezbolá, logra nombrar dos ministros, un ortodoxo como Ministro de Obras Públicas y un maronita como Ministro de Asuntos Sociales. Su colega en la Coalición 14 de Marzo, el ex presidente Amin Gemayel, obtiene dos puestos para la Falange Libanesa, y los nombres probables incluyen a su hijo, el miembro del parlamento Sami Gemayel.

El presidente del parlamento Nabih Berri atribuyó la solución al acercamiento sirio-saudí, que llama el factor S-S. A comienzos del año, el ministro de exteriores sirio Walid al-Mouallem visitó Riad y acordó elaborar una fórmula en el Líbano con su homólogo saudí, Saud al-Faisal. Los resultados de las elecciones parlamentarias del 7 de junio favorecieron el acercamiento sirio-saudí.

El mismo efecto tuvo el aumento del diálogo entre EE.UU. y Siria, que significa que no existía una razón real para que los saudíes siguieran sin hablar con los sirios. Siria consiguió una ventaja cuando Hamás no fue eliminado en Gaza en diciembre pasado, lo que significó que las potencias mundiales que desean encontrar soluciones al conflicto árabe-israelí tuvieron que golpear a la puerta de Damasco, debido a su excelente relación con Hamás.

El gradual alejamiento de Obama de Iraq fue un motivo adicional para la cooperación de sirios y saudíes, ya que tenían planes similares para el futuro de Bagdad. Si sirios y saudíes cooperan, pueden generar calma en los distritos suníes de Iraq, lo que favorece a Obama.

El único motivo por el cual no habían logrado tener una base común respecto a Iraq fueron sus desacuerdos respecto a Líbano. Una vez que Hariri esté firmemente en el poder, y Hezbolá tenga el poder de veto que siempre ha querido, parece que la era del desacuerdo sirio-saudí ha pasado a la historia. Los observadores esperan ahora una visita del rey saudí Abdullah a Damasco, acompañado por Saad Hariri, haciendo que todos los desacuerdos regionales de la era de Bush se detengan por completo.

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Sami Moubayed es un analista político sirio.

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