Un equilibrio entre las grasas Omega-3 y Omega-6 mejora la salud física y mental

Psychosomatic Medicine
Traducción de Mónica Gómez Santos
23/07/09

Un nuevo estudio confirma de nuevo la evidencia que sugiere que el desequilibrio en los ácidos grasos en la dieta puede estar asociada a un incremento de las patologías cardiacas y la depresión durante el último siglo.

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Cuanto mayor era el porcentaje de grasas omega-6 en sangre respecto a grasas omega-3, mayor era la probabilidad que tenían los participantes de sufrir de depresión y más probable era que sufrieran de tensión alta y que produjeran una mayor cantidad de compuestos inflamatorios.

Compuestos que promueven la inflamación, como el factor de necrosis tumoral alfa e interlukin-6 se han relacionado con problemas cardiacos, Diabetes de tipo 2, Artritis y otras enfermedades.

Las grasas Omega-3 se encuentran en alimentos como el pescado, el aceite de lino y las nueces. Las grasas Omega-6 se encuentran en los aceites refinados, que se usan hoy en día en muchos productos procesados, desde la margarina a productos de panadería.

La cantidad de grasas Omega-6 de la dieta occidental se incrementó de forma sustancial cuando los aceites vegetales refinados (girasol, maíz, soja) empezaron a formar parte de la dieta en los albores del siglo XX.

El vínculo entre las grasas Omega-3 y la prevención de la depresión, problemas cardiovasculares y muchas otras enfermedades se hace cada día más evidente.

Este último estudio muestra, entre otras cosas, que 6 pacientes a los que se diagnosticó depresión tenían casi 18 veces más cantidad de grasas Omega-6 en su sangre. Según los resultados de los estudios, depresión y una dieta poco saludable van de la mano, lo que significa que la gente que come comida nutritiva evita generalmente las enfermedades.

Nuestros antepasados subsistieron en una dieta que tenía una cantidad equilibrada de grasas Omega-6 y Omega-3 (en un ratio de 1:1). Sin embargo, la actual dieta occidental es muy alta en grasas Omega-6. El ratio de Omega-6: Omega-3 se acerca a 20 a 1, e incluso, en mucha gente es de 50 a 1.

Recuerde, que consumir más ácidos grasos Omega-3 no significa comer alimentos procesados enriquecidos con Omega-3, puesto que su cuerpo no está preparado para procesar ácidos grasos aislados que no se encuentran en la naturaleza. La mejor solución es equilibrar la ingesta de ácidos grasos omega-3 tomando los alimentos más adecuados para su tipo metabólico y suplementar su dieta con aceite Omega-3.

Mi fuente favorita de Omega-3 es el aceite de Krill, pero el aceite de pescado también funciona bien. Ambas soluciones son mucho mejores que confiar en el lino como fuente principal de grasas Omega-3

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