R.D. Congo: La guerra parece ser contra los civiles

Aimee Ansari
IPS
11/08/09

La ofensiva lanzada por el ejército contra los rebeldes del este de República Democrática del Congo (RDC) aumentó en forma exponencial la violencia sexual en las provincias de Kivu Norte y Sur.

Un estudio realizado por la organización humanitaria Oxfam, para el que fueron entrevistadas 569 personas de 20 comunidades afectadas por el conflicto, concluyó que las poblaciones del este viven atemorizadas por las acciones violentas de las fuerzas del gobierno y rebeldes.

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La población civil soporta violaciones, torturas y trabajos forzados desde que los ejércitos congoleño y ruandés lanzaron a fines de enero una operación contra las rebeldes Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), que operan en el este de RDC desde que terminó el genocidio de 1994 en el vecino país.

La coordinadora de Oxfam Gran Bretaña en RDC, Aimee Ansari, relató a IPS la difícil situación que padecen las poblaciones de las zonas afectadas por los combates.

IPS: ¿Cuál es la situación humanitaria en el este del país?

AIMEE ANSARI: Las operaciones militares han tenido efectos devastadores en los civiles. La mayoría de las personas entrevistadas por Oxfam dijeron sentirse menos seguras ahora que hace un año.

Hay una violencia sistemática contra las mujeres, incluso con violaciones. Los saqueos son habituales y se reclutan niños y niñas para los combates. En algunas comunidades estudiadas por Oxfam se cometieron torturas.

En otras, combatientes del gobierno o rebeldes han perpetrado actos de violencia sexual horrendos contra hombres y mujeres y han violado menores hasta de cuatro años.

IPS: ¿Qué se necesita para asegurar una asistencia adecuada?

AA: Primero, hay que asumir la protección de la población civil. El gobierno congoleño debe incluir en su planificación los riesgos a los que se ven sometidas las comunidades afectadas.

En un conflicto, las fuerzas combatientes deben respetar y proteger a los civiles y no usarlos como herramientas en el mismo. Los gobiernos de la región y sus aliados tienen que atender las causas estructurales del problema.

Hay que considerar opciones fuera del ámbito militar. Las autoridades regionales e internacionales deben dotarse de recursos, desplegar y ampliar instrumentos no bélicos, como fomentar el desarme voluntario y facilitar la reinserción social de quienes se plieguen a la iniciativa.

IPS: ¿Cuál debe ser la respuesta de la comunidad internacional al conflicto en RDC?

AA: El consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene que fijar condiciones para respaldar las operaciones conjuntas que realiza con el ejército congoleño y atenerse a ellas.

Se debe prever que los violadores de derechos humanos no participen en acciones militares y garantizar un control riguroso y que se apliquen sanciones adecuadas contra los que atenten contra el derecho humanitario internacional.

La ONU y otros actores de la comunidad internacional deben instar a los gobiernos de la región y al propio Consejo de Seguridad a revisar su estrategia actual, centrada principalmente en acciones militares contra las FDLR, y a adoptar un enfoque integral que permita proteger a los civiles, detener a presuntos responsables de genocidio y reformar el programa de desmovilización y desarme voluntario.

También es importante crear un buen sistema de justicia para asegurar que se restaure la confianza en el Estado.

IPS: ¿En la actualidad, los violadores de derechos humanos son procesados?

AA: El gobierno de RDC acaba de anunciar una política de tolerancia cero. Es muy bueno, pero todavía es muy nueva. Oxfam no dispone de ninguna información sobre su eficacia ni sobre la del sistema de justicia castrense.

Tenemos entendido que hubo algunos juicios. Las fuerzas de paz de la ONU están trabajando muy bien en algunas zonas para capacitar a los efectivos del ejército congoleño en cuestiones de conducta y disciplina.

IPS: Hay muchas personas desplazadas que viven con un miedo permanente. ¿Qué consecuencias tiene eso sobre la pobreza y el hambre?

AA: Oxfam funciona muy bien y procura que las personas afectadas dispongan de alimentos y puedan cubrir otras necesidades básicas. Pero igual hay dificultades. Las zonas de combate no son seguras para las agencias humanitarias, lo que ocurre en muchas localidades de la provincia de Kivu Norte.

Si no podemos atenderlos, básicamente carecen de servicios. Las personas que viven en campamentos o están en casas de familia seguramente tengan una mejor situación que las que huyeron de la violencia y de los saqueos.

IPS: ¿Tienen agua potable y saneamiento?

AA: En los campamentos y en las casas de familia sí. Pero las personas que huyeron están en el monte. Oxfam ha desarrollado estrategias para que puedan tener agua potable, sin arriesgar su vida ni la nuestra. Pero es muy difícil.

También procura enviar camiones cisterna a zonas donde tenemos información de que hay personas escondidas. Por cuestiones de seguridad, el vehículo no puede estar todos los días en el mismo lugar y hay que moverlo.

Agua potable, buenas condiciones de saneamiento y buen estado de salud son claves para sobrevivir en zonas de conflicto, pero también para que puedan hacerlo con dignidad. La alta movilidad de las poblaciones de la zona, nos impide tener datos certeros sobre su estado de salud.

IPS: ¿Hay alguna posibilidad de que RDC logre cumplir los ocho Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio para 2015?

AA: De la situación descrita se deduce que las posibilidades del país de cumplir con las metas propuestas por la comunidad internacional están seriamente comprometidas.

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