Los golpistas cambian de libreto: Zelaya denuncia una trampa

IAR Noticias
06/10/09

Sorpresivamente, el presidente golpista, Roberto Micheletti, levantó el Estado de Sitio, y dio un giro de 180 grados en su postura al reconocer como posibilidad que Zelaya vuelva la presidencia y anunciando castigos para los "responsables" de haberlo sacado del país. Para Zelaya, le están tendiendo una celada política a su regreso apoyado por un sector del Congreso de EEUU.

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En un giro rocambolesco, el presidente golpista, Roberto Micheletti, afirmó el lunes que los responsables de haber sacado del país al depuesto presidente, Manuel Zelaya, a quienes no identificó, serán llevados ante la justicia y "castigados".

Micheletti reiteró que "se cometió un error" al enviar a Zelaya a Costa Rica después de su derrocamiento, el 28 de junio, porque la Constitución hondureña "protege la presencia de los hondureños, sin extradición, en el país".

"Definitivamente es una decisión que tomaron algunos sectores (a los que no mencionó) y van a ser castigados de conformidad con la ley", indicó Micheletti en rueda de prensa junto a la legisladora republicana estadounidense, la militante "gusana", Ileana Ros-Lehtinen, quien hoy llegó a Honduras para apoyar al Gobierno de facto.

"Estoy totalmente seguro que serán llevados a los tribunales, como corresponde a cualquier error que se haya cometido" al haber expulsado a Zelaya del país, añadió Micheletti en un claro intento por blanquearse de toda responsabilidad en el Golpe de Estado.

En una entrevista a la revista brasileña "Veja", que se difundió el domingo, Micheletti declaró que a Zelaya "los militares deberían haberlo llevado a los tribunales, pero decidieron sacarlo del país para evitar un derramamiento de sangre".

Por eso decidieron llevarlo a Costa Rica; (en Honduras) no habría una prisión segura para él", dijo. Zelaya permanece desde hace dos semanas en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde apareció después de ingresar clandestinamente al país el 21 de septiembre pasado.

Los militares hondureños derrocaron a Zelaya en aplicación de un mandato judicial emitido por instancia de Micheletti y de los golpistas civiles poco antes de intentar celebrar, el 28 de junio, una consulta popular para promover una Asamblea Constituyente, declarada ilegal por distintos órganos del Estado.

Zelaya denuncia trampa

Desde su refugio en la embajada brasileña, el depuesto Manuel Zelaya denunció los anuncios de Micheletti como una "burla" y una emboscada política para distorsionar el proceso negociador.

Manuel Zelaya manifestó que desconfía del diálogo con el Gobierno de facto para hallar una salida a la crisis y pidió que se abra la embajada brasileña, donde se encuentra recluido, para recibir tanto a partidarios como a opositores.

Refiriéndose al levantamiento del Estado de Sitio, señaló que el decreto fue una trampa nada más para cancelar a los medios de comunicación que son opositores al régimen (...) "No van a abrir esos medios de comunicación", agregó desde la delegación brasileña, rodeada por un cerco militar que espera arrestar a Zelaya bajo acusaciones de violar la Constitución y corrupción.

Micheletti dijo que podría alcanzarse una posible salida a la crisis si ambos renuncian a la presidencia y nombran a un mandatario interino, algo que Zelaya ha rechazado.

"El que decide quién es el presidente de un país es la mayoría del pueblo, el señor Micheletti con qué propiedad habla en nombre del pueblo cuando fue una cúpula militar la que lo puso", dijo el derrocado presidente.

Funcionarios del Gobierno de facto afirmaron que el miércoles -cuando se espera la llegada al país de una misión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA)- se abrirá el diálogo nacional para buscar superar el conflicto, sin dar más detalles de las delegaciones que participarían.

"El diálogo al que ellos han convocado no le tengo ninguna confianza ni credibilidad, me parece que es un juego más al que la comunidad internacional no se debe prestar", dijo Zelaya en una entrevista telefónica con Reuters desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

"Para que este diálogo sea efectivo (...) necesito hablar con mis opositores para encontrar el camino de la solución", agregó.

El derrocado líder, atrincherado en la embajada brasileña desde que volvió a Honduras hace dos semanas de forma clandestina para reclamar el poder, afirmó que su deseo es estar el menor tiempo posible dentro de la sede diplomática, donde también se encuentran su esposa y decenas de simpatizantes.

Zelaya reiteró su propuesta de que ambas partes firmen el "Acuerdo de San José", que plantea su restitución a la presidencia y la formación de un Gobierno de unidad.

El presidente destituido puso como condición que este plan - propuesto por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias - se firme en la misma embajada brasileña, donde dijo sentirse a salvo de las amenazas de muerte que habría recibido.

El Congreso USA, dividido

La posición de Micheletti comenzó a virar luego de una reunión el viernes, en la Casa Presidencial en Tegucigalpa, con un grupo de parlamentarios republicanos que apoyan al gobierno de facto.

La presencia de la delegación de legisladores conservadores puso en evidencia las profundas divisiones que genera la crisis hondureña en el Congreso de Estados Unidos y en la Casa Blanca.

Una delegación republicana encabezada por el senador Jim DeMint, miembro del comité de Asuntos Exteriores del Senado, y los congresistas Doug Lamborn, Aaron Schock y Peter Roskam viajó en la mañana del viernes a Honduras.

DeMint y su comitiva se reunieron con Micheletti, representantes de la Corte Suprema y algunos candidatos de las convocadas elecciones de noviembre, pero no se entrevistaron con las fuerzas que apoyan al depuesto presidente Manuel Zelaya.

Mientras tanto, desde el sector que busca la vuelta de Zelaya, un grupo de congresistas demócratas envió una carta abierta al Congreso de Honduras para ratificar que "la posición única" de Washington es urgir la firma de los Acuerdos de San José y la restitución de Zelaya en el poder.

En la mañana del viernes el portavoz de DeMint, Wesley Denton, le aseguró a la cadena BBC que el senador "no va a negociar nada, sino a escuchar a las partes" y que se trataba de "una misión para corroborar hechos".

El viaje de DeMint estuvo precedido por un forcejeo entre el republicano y el presidente del Comité de Exteriores, el senador demócrata John Kerry, a quien acusaron de bloquear los recursos para la salida de la comitiva.

DeMint ha apoyado abiertamente el derrocamiento de Zelaya y es el responsable de que se bloqueara en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado la confirmación de Arturo Valenzuela como subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, precisamente por sus diferencias con el manejo que está haciendo la Casa Blanca de la crisis hondureña.

Ningún representante del partido Demócrata participó en la misión republicana, pero dieron a conocer una carta enviada al Congreso de Honduras cuya presentación coincidió con el fin de las rondas de reuniones entre DeMint y funcionarios hondureños.

"Han recibido a visitantes de nuestro Congreso, que representan el partido minoritario, el Partido Republicano, quienes expresaron un punto de vista muy distinto al de la posición de la administración del presidente Obama y a la del partido mayoritario, el Demócrata", se lee en la carta.

Los demócratas dejaron claro que apoyan los esfuerzos del presidente Barack Obama para "restituir el orden constitucional" en Honduras, algo que consideran posible solamente subscribiendo los acuerdos de San José

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