¿Cierre del estrecho de Ormuz en respuesta al ataque nuclear israelí?

Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
12/11/09

En caso de un inminente ataque israelí –que sí puede ser nuclear–, con la tácita bendición de EU (el único que ha lanzado dos bombas atómicas en la historia: sobre las ciudades civiles de Hiroshima y Nagasaki), Irán no podrá replicar lanzando bombas atómicas que no posee, pero al menos sí podrá cerrar, entre otras represalias tácticas de "guerra asimétrica", el superestratégico estrecho de Ormuz, por donde cruza 40 por ciento del petróleo mundial, lo cual dañaría la economía "occidental" en esta coyuntura recesiva global.

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Los juegos de guerra de Israel y el retumbar de sus tambores en el golfo Pérsico, por un lado, y la dupla anglosajona (Estados Unidos y Gran Bretaña) han alcanzado niveles ominosos.

Aunque existe una amplia literatura sobre los "orígenes de la guerra", todavía el manual óptimo de consulta es Historia de la guerra del Peloponeso, en el cual el genial ateniense Tucídides, cinco siglos aC, expone su variedad etiológica: miedo, honor, fama, provocación, etcétera.

Más allá de los accidentes, los estallidos bélicos y sus desenlaces suelen escapar al control de sus hacedores. Por encima de sus desencadenamientos, han sido más notables los desenlaces recientes de las cinco derrotas consecutivas de EU: en Irak y Afganistán, y en forma indirecta, por conducto de sus aliados, Georgia (aplastada por Rusia), e Israel tanto contra las guerrillas chiíta-libanesa de Hezbolá como contra la guerrilla sunnita palestina de Hamas.

Bajo la espada de Damocles de nuevas sanciones contra Irán (ver "Detrás de la crisis de Dubai: ¿asfixiar a Irán y al petróleo?"; Bajo la Lupa 6/12/09), pareciera que los actores actúan al borde del abismo y practican la "guerra sicológica" de un inminente ataque israelí, que paradójicamente sería nuclear, contra las instalaciones atómicas todavía pacíficas de los persas, cuando se pretende insensatamente que las masivas radiaciones de isótopos de los "buenos" del planeta (con el perturbador "reporte Goldstone" de la ONU a cuestas sobre el infanticidio en Gaza, ya no se diga la venta masiva de riñones en Brooklyn) aniquilen las radiaciones de menor cantidad de sus enemigos.

Steve Simon, exageradamente israelocéntrico y del influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés: Contingency Planning Memorandum, No. 5, noviembre, 2009), con sede en Nueva York, sopesa sus diversos escenarios muy sesgados del "ataque israelí contra Irán" para " el año entrante", como hizo "hace 28 años contra Irak y hace dos contra Siria (en Al-Kibar)", y que se localizaría en las instalaciones de Isfahan, Natanz y Arak, que se ubican a mil 750 kilómetros del acceso de la aviación israelí, que tendría que cruzar cualquiera de las rutas de Turquía, Irak, Jordania y Arabia Saudita (y quizá Kuwait), lo cual contaría con la anuencia tácita de EU.

Simon amenaza con "la opción de un ataque marítimo" de Israel en el Pérsico: "la travesía sin precedente del submarino israelí en junio de 2009 a través del Canal de Suez" que contaría con el apoyo de Egipto (¡súper sic!).

En la etapa de mayor conectividad global instantánea vivimos, contradictoriamente, la peor "era de la desinformación", y quien mejor convenza a la opinión pública mundial con sus mentiras podrá avanzar su agenda bélica en un óptimo entorno doméstico y foráneo.

En forma pueril, los omnipotentes multimedia israelí-anglosajones, que controlan de manera apabullante las conciencias de "Occidente" mediante sus muy aburridos montajes hollywoodenses (diseñados para cándidos, neófitos y oligofrénicos), se autoalaban eternamente como los "buenos" de todas sus películas y ahora han colocado a Irán del lado de los "países canalla" por su programa nuclear todavía pacífico (por lo menos, a juicio de Rusia, superpotencia nuclear) cuando ocultan la posesión clandestina de un máximo de 400 (¡así, con tres dígitos!) bombas atómicas de Israel (según el Boletín de Científicos Estadunidenses: FAS, por sus siglas en inglés).

En caso de un inminente ataque israelí –que sí puede ser nuclear–, con la tácita bendición de EU (el único que ha lanzado dos bombas atómicas en la historia: sobre las ciudades civiles de Hiroshima y Nagasaki), Irán no podrá replicar lanzando bombas atómicas que no posee, pero al menos sí podrá cerrar, entre otras represalias tácticas de "guerra asimétrica", el superestratégico estrecho de Ormuz, por donde cruza 40 por ciento del petróleo mundial, lo cual dañaría la economía "occidental" en esta coyuntura recesiva global.

Al "cierre del estrecho de Ormuz, que fácilmente haría Irán", ha llegado la evaluación de la oficina de espionaje naval de EU (ONI, por sus siglas en inglés): "Fuerzas navales de Irán: de la guerra de guerrillas a la estrategia naval moderna" (otoño 2009), publicado por Secrecy News, del excelso FAS.

Con el debido respeto a la ONI, hace mucho que Bajo la Lupa (sin tantos gastos ni alharaca ni pérdida de tiempo) había avanzado la hipótesis de que la mejor arma defensiva de Irán consistía en cerrar el estrecho de Ormuz, con el fin de elevar a la estratósfera el precio del "oro negro"

Obviamente que el israelocéntrico Steve Simon desestima su elevación que alcanzaría 200 dólares el barril durante el paroxismo bélico para luego estabilizarse con solamente un alza promedio de 10 dólares arriba de su cotización presente .

La ONI admite que "dada la importancia del estrecho de Ormuz, la interrupción del flujo de tráfico, o aun la amenaza de emprenderla puede constituir una herramienta efectiva para Irán", lo cual tendría, a pesar del efecto bélico transitorio, un impacto económico en el mediano plazo con el abastecimiento global de petróleo y gas.

Irán ha adquirido "más sistemas sofisticados de Rusia y China", y la " modernización" de su armada –con una nueva generación de submarinos domésticos, barcos de guerra, fragatas y lanchas de alta velocidad dotados de misiles crucero– "puede ayudar al cierre del estrecho de Ormuz", según la ONI, a quien no se le pasa por alto que las pequeñas lanchas con alta tecnología y sofisticado diseño, dotadas con los misiles crucero Kowsar (de fabricación casera), poseen "gran flexibilidad táctica para la guerra asimétrica". Añade que como medida precautoria y disuasiva, Irán "se ha posicionado en el golfo de Omán" (brazo del mar Arábigo que conecta el Océano Índico con el Pérsico).

Debka, portal israelí y presunto portavoz de los servicios de espionaje del Mossad, coloca en perspectiva la "quiebra de Dubai" y "su estrecha franja marítima en el golfo Pérsico que está ganando un valor (¡súper sic!) vital a la proximidad (sic) de un posible ataque israelí a las instalaciones nucleares de Irán" (4/12/09). Agrega que "Dubai se encuentra cerca de las islas iraníes de Abu Musa, Sirri, Gran Tumb y Pequeño Tumb, atestadas por las más sensibles defensas aéreas de Irán".

A juicio de Debka, "Dubai, con sus turbulencias financieras, se encuentra en aguas potencialmente perturbadoras, rodeada por preparativos de guerra enfocados al Pérsico, así como el golfo de Aden y el mar Rojo (¡súper sic!)".

El portal israelí sobredimensiona "la silenciosa confrontación entre los barcos iraníes y las embarcaciones (sic) de EU y Arabia Saudita en el golfo de Aden y en la costa yemení del mar Rojo", por lo que insta a Barack Obama a desplegar un segundo portaviones cuando EU solamente cuenta con uno: el USS Nimitz (obviamente, nuclear) en la costa de Omán. Prácticamente, el Mossad desea, para no decir exige (debido al insolente control del Congreso de EU que ejerce por conducto del omnipotente lobby israelí AIPAC), que Obama le haga su enésima guerra a Israel, esta vez contra Irán.

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