Utilizan las matemáticas para “leer” textos antiguos e indescifrables

Yaiza Martínez
Tendencias
12/06/10

La entropía revela que series de símbolos pictos aparentemente aleatorios constituían un lenguaje

Un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, en Escocia, ha aplicado la entropía o “medida del desorden” al análisis de una serie de símbolos pictos, hasta ahora indescifrables. Gracias a este método, han conseguido establecer que dichos símbolos no eran aleatorios o meramente repetitivo, sino que constituían un lenguaje. Los científicos afirman que el sistema podría aplicarse a muchos otros restos arqueológicos para interpretar escrituras enigmáticas pero, también, a la comunicación animal para descubrir, por ejemplo, qué cantidad de información se transmiten los delfines a través de los sonidos que emiten.
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¿Cómo se pueden diferenciar dibujos o imágenes aparentemente aleatorias de un pasado remoto, de lenguajes escritos con símbolos, si desconocemos el significado de éstos?

¿Cómo se puede saber que los símbolos dejados por civilizaciones del pasado en piedras, por ejemplo, constituían en realidad un lenguaje? La respuesta parece encontrarse en las matemáticas.

Según publica la revista Physorg, un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, en Escocia, ha conseguido constatar que una serie de símbolos pictos, aparentemente azarosa, era en realidad un lenguaje escrito. Y lo ha hecho gracias a la aplicación de la entropía, un concepto matemático que podría definirse como “medida del desorden”.

Los pictos fueron un conjunto de tribus celtas que habitó el norte y el centro de Escocia desde los tiempos del ImperioRomano, entre los siglos IV y X de nuestra era. Descendientes de los caledonios y otras tribus, la tierra de los pictos se convirtió en el reino de Alba (Escocia) durante el siglo X, por lo que los pictos se convirtieron en Albannach o escoceses.

De la escritura de estas tribus quedan escasos restos arqueológicos inscritos en piedra, de los que se han ocupado los especialistas, hasta ahora sin poder constatar con un método objetivo que tales restos eran verdaderamente una escritura.

Según explican los investigadores Rob Lee, Philip Jonathan y Pauline Ziman en un artículo aparecido en Proceedings of Royal Society, éste no es el único caso en que se da esta situación, porque muchas sociedades prehistóricas han dejado gran cantidad de símbolos inscritos cuyo significado se ha perdido.

El sistema matemático desarrollado para estudiar los textos pictos podría servir para conocer mejor todos esos lenguajes, para interpretar muchas escrituras enigmáticas e, incluso, para analizar la comunicación animal, aseguran los investigadores.

Leyendo la incertidumbre

En la revista Newscientist, se explica que dicho sistema matemático basado en la entropía consistió, básicamente, en un análisis estadístico de las formas artísticas dejadas por los pictos.

Los científicos aplicaron métodos estadísticos para analizar secuencias de símbolos y calcular la entropía de éstos, es decir “su desorden” dentro de las series de símbolos encontradas.

Según explican los científicos, una característica fundamental de cualquier sistema de comunicación es que contiene cierto grado de incertidumbre, en lo que a presencia de cada uno de los caracteres que lo conforman se refiere.

Esta incertidumbre puede ser considerada como “entropía de la información”, y difiere de la hallada en cualquier serie de caracteres colocados de forma aleatoria o en patrones simplemente repetitivos.

La entropía de Shannon

En su investigación, los investigadores escoceses analizaron diferentes textos pictos estableciendo en ellos la media de incertidumbre de la aparición de un carácter o símbolo, cuando el carácter que precedía a éste ya era conocido.

Cuanta menor era la incertidumbre (o mayor la dificultad de predecir el segundo carácter o símbolo), mayor era la entropía de la pareja de caracteres y, por tanto, también era mayor la probabilidad de que dichos caracteres pertenecieran a un lenguaje escrito y no a representaciones aleatorias o meramente repetitivas.

Los investigadores han bautizado esta forma de medición de textos como entropía de Shannon de dos caracteres (“di-gram”). En teoría de la información, la entropía de Shannon es una medida matemática de la cantidad media de información que contiene una variable aleatoria, esto es, una medida de la incertidumbre del valor de una variable aleatoria.

Pero los científicos se enfrentaron a un obstáculo en sus mediciones: el tamaño de las muestras de símbolos pictos era demasiado corto para aplicarles la entropía de Shannon, por lo que tuvieron que modificar la fórmula considerando un nuevo factor: las muestras de símbolos que presentaban más modos de emparejar sus caracteres tenían una completitud mayor que las muestras con relativamente pocos modos de emparejarlos.

Por otra parte, dado que algunas lenguas (como el código morse) presentan más di-grams o caracteres emparejados que otras, los investigadores consideraron también el factor de la repetición de emparejamientos.

Con todos estos factores, pudieron demostrar que los símbolos pictos se correspondían con palabras y que no eran simplemente imágenes religiosas o símbolos heráldicos, como se había creído hasta ahora.

Asimismo, al comparar los símbolos con otros textos analizados pudo establecerse que las muestras en lenguaje picto eran similares al lenguaje moderno, pero con un vocabulario más reducido, como el que podemos encontrar en relatos infantiles actuales.

Entender el lenguaje de los delfines

Aunque el significado de las palabras del picto sigue siendo un misterio, los investigadores sospechan ahora que las piedras que las contenían son monumentos a los muertos.

En adelante, Lee y sus colaboradores pretenden emplear este mismo sistema para analizar otras antiguas escrituras sin descifrar, como los petroglifos (representaciones gráficas grabadas en rocas o piedras hechos por antepasados prehistóricos, sobre todo a partir del Neolítico, y que son el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura) escandinavos de la Edad del Bronce.

Creen que la técnica también podría adaptarse para el análisis de la comunicación animal, por ejemplo, para evaluar la cantidad de significado que los delfines pueden transmitir con los sonidos que emiten.

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