Nuevo misil capaz de hundir portaaviones daría a China enorme poder disuasivo

IAR Noticias
06/08/10

Nada proyecta el poderío aéreo y naval de Estados Unidos como los portaaviones: Descomunales bases desplazables que pueden alcanzar los sitios conflictivos más remotos, garantizando el control de los mares sin rival alguno. Eso ahora podría cambiar.

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China está fabricando un misil capaz de hundir portaaviones y que puede ser disparado desde tierra con tanta precisión que podría hacer blanco en el portaaviones más avanzado desde una distancia de 1.500 kilómetros (900 millas).

Los analistas dicen que el misil llamado Dong Feng 21D será sometido a un ensayo final probablemente hacia fin de año, aunque hay dudas acerca de si realmente tendrá la precisión necesaria como para hacer blanco en una nave en movimiento.

El arma, que fue exhibida en un desfile militar el año pasado, podría alterar el equilibrio de poder en el Pacífico y afectar las posibilidades de Estados Unidos de intervenir en sitios como Taiwán o Corea del Norte, de ser necesario. También impediría a los barcos estadounidenses acercarse a los 18.000 kilómetros (11.200 millas) de costa china.

Si bien una bomba nuclear podría hundir un portaaviones --suponiendo que alguien esté dispuesta a usarla--, lo notable del Dong Feng 21D es el que pueda golpear un blanco tan distante y en movimiento.

El Ministerio de Defensa chino no respondió a solicitudes de entrevista de la AP.

La armada china ha crecido mucho en las dos últimas décadas y es la más grande de Asia. Ha ampliado su presencia y protege rutas marítimas comerciales vitales para los chinos.

Beijing se muestra cada vez más firme en sus demandas de que Estados Unidos no se entrometa en grandes extensiones marinas --buena parte de los mares Amarillo, Oriental de China y del Sur de China--, donde reclama exclusividad.

Se opone a que Estados Unidos y Corea del Sur realicen maniobras militares en el mar Amarillo, frente a la costa del noreste chino, diciendo que la participación del portaaviones George Washington, con una pista de 333 metros (1.092 pies) y 6.250 marinos a bordo, sería una provocación, pues Beijing estaría al alcance de los F-18 estadounidenses.

El George Washington fue finalmente enviado a maniobras con Japón en el Mar de Japón, mas lejos.

Los estadounidenses niegan que hayan cedido a presiones chinas.

"Nos reservamos el derecho a movernos en aguas internacionales en cualquier sitio del mundo", expresó el contraalmirante Daniel Cloyd, comandante del contingente estadounidense que participó en las maniobras, las cuales concluyeron a fines de julio.

El nuevo misil podría alterar esa política y ahuyentar a Estados Unidos de ciertas zonas.

"China puede alcanzar a (naves de) Estados Unidos mucho antes de que Estados Unidos pueda acercarse lo suficiente a tierra firme como para devolver el golpe", expresó Toshi Yoshihara, profesor adjunto del Colegio Naval de Guerra de Estados Unidos.

Misiles capaces de hundir portaaviones "podrían tener un impacto psicológico en quienes elaboran las políticas de Estados Unidos", declaró Yoshihara a la AP en un correo electrónico. "Deja en claro que Estados Unidos ya no domina el mar como lo ha hecho desde la Segunda Guerra Mundial".

Yoshihara sostuvo que hay bastantes nervios en Washington por más que se hable poco del tema.

Un arma capaz de hundir portaaviones, o mantenerlos alejados de la costa, podría evitar a los chinos tener que crear una flota de portaaviones capaz de contrarrestar la estadounidense.

El secretario de Defensa estadounidense Robert Gates aludió al tema en un discurso en septiembre pasado.

"Al analizar los programas de modernización militar de países como China, no hay que prestarle demasiada atención a sus posibilidades de contrarrestar a Estados Unidos en forma simétrica --soldado por soldado, barco por barco-- y enfocarse más en su capacidad de afectar nuestros movimientos y de reducir nuestras opciones estratégicas", manifestó.

Gates indicó que las inversiones chinas en programas cibernéticos, en armas contra satélites, barcos y aviones, junto con sus misiles, "podrían comprometer la forma en que Estados Unidos proyecta su poder" a través de bases aéreas y grupos de ataque basados en portaaviones.

Resta por verse si China logra perfeccionar esta nueva tecnología y, en todo caso, cuánto le tomará hacerlo. Hacer blanco en un portaaviones en movimiento no es sencillo y requiere sistemas direccionales muy avanzados.

Hay quienes pronostican, no obstante, que China estará en condiciones de disparar esos misiles en un par de años.

Un portal de la agencia noticiosa oficial china, Xinhuanet, planteó hace poco un escenario en el que Estados Unidos despacha al George Washington para ayudar a Taiwán ante un ataque chino.

Los chinos responderían con tres disparos del DF 21D: El primero alcanzaría el casco y produciría incendios, obligando a suspender los vuelos; el segundo apagaría los motores y sería acompañado por ataques aéreos convencionales, mientras que el tercero, dice el despacho, "enviaría al George Washington al fondo del océano".

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